El FMI mejora sus previsiones de déficit y deuda pública para España
El agujero entre ingresos y gastos quedará en 2020 en el 11,7% y la deuda no alcanzará el 120%, cerca de los pronósticos del Gobierno
El pasado mes de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sacó los colores a España con dos cifras que colocaban al país en el furgón de cola de la economía mundial: su producto interior bruto caería en 2020 un 12,8%; y el desajuste en sus cuentas públicas ascendería hasta al récord histórico, como mínimo desde la Guerra Civil, del 14,1% del PIB. Es decir, unos 140.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, el dinero que el Estado destina a las pensiones de sus nueve millones de jubilados.
Tres meses más tarde, la radiografía económica del año pasado sigue siendo deprimente: el batacazo del PIB será del 11,1% y el déficit público se quedará en el 11,7%. Son porcentajes pésimos, sí, pero no tanto como había pintado hace tres meses el organismo con sede en Washington. La deuda pública, además, no superará el 120% del PIB ni en 2020 ni en 2021, como sí creía el Fondo hace unos meses. Estos pronósticos, tanto de deuda como de déficit, se acercan bastante a los que maneja el Gobierno para este bienio teñido de negro por el coronavirus.
¿A qué se debe esta corrección? Sobre todo, a que el tercer trimestre del año pasado fue mejor de lo esperado. Eso sirvió para impulsar los datos de crecimiento de 2020 —aunque también se rebajaron las previsiones para 2021— y a que las proyecciones de desajuste en las cuentas públicas fueran algo menos malas. “La recuperación más rápida en las economías avanzadas se debe en parte a las políticas expansivas y a un acceso más rápido a las vacunas que en otros países en vías de desarrollo”, explicaba el lunes la economista jefa del Fondo, Gita Gopinath.
Pese a esta ligera mejoría, la pandemia sigue lastrando las arcas públicas de todos los países. Según las proyecciones del FMI, 2020 cerró con un déficit público de la economía global del 11,8% y este año quedará en el 8,5%. Y la factura de la crisis sigue aumentando a pasos agigantados. Son ya 14 billones de dólares (unos 11,6 billones de euros) lo que las economías más industrializadas han pagado para cabalgar la ola de la crisis: unos ocho billones de dólares en gastos adicionales y otros seis en inyecciones de capital, préstamos o garantías. La factura ha aumentado en dos billones de dólares desde octubre del año pasado, la última vez que el Fondo contabilizó estas pérdidas.
España destaca como la gran economía del euro con un mayor déficit público en 2020: su 11,7% del PIB solo se acerca al 10,9% de Italia y al 10,6% de Francia. Pero fuera del club europeo, muchos países la superan. Destaca Canadá, con un agujero del 20%, y le siguen Estados Unidos (17,5%), el Reino Unido (14,5%) y Japón (13,8%).
En cuanto a la deuda pública medida en función de su PIB, sigue ganando por goleada Japón (con casi un 260%). Luego están Italia (que roza el 160%) y Estados Unidos (en torno al 130%). El organismo con sede en Washington prevé que la deuda pública española esté tanto este año como el anterior en el 118%, cerca de lo que prevé el plan presupuestario que la vicepresidenta Nadia Calviño ha enviado a Bruselas. En ese documento anticipa para 2020 una deuda pública del 118,8%, y que esta baje al 117,4% este año. En cuanto al déficit, el Gobierno confía en que el año pasado se quedara en el 11,3% y bajarlo este año al 7,7%.
Recuperación “incierta”
En su documento hecho público este martes, el FMI reconoce que la mayoría de países logrará este año reducir sus elevadísimos déficits públicos gracias a la recuperación que las vacunas permiten atisbar. “Pese a todo, sin nuevas políticas de apoyo fiscal que vayan más allá de las incluidas en los planes presupuestarios para 2021 podrían reducir el impacto de una recuperación que sigue siendo muy incierta”, añaden como aviso a aquellos que empiezan a hablar ya de la necesidad de consolidar las cuentas públicas.
Mientras no se divise el final de la crisis, será necesario continuar con “una actuación decisiva” por parte de los Gobiernos, para asegurar “el despliegue de las vacunas, proteger a las familias más vulnerables y a las empresas viables”, asegura Vítor Gaspar, director del departamento de Asuntos Fiscales del FMI.
El incremento de la deuda y el déficit público se han hecho especialmente visibles en los países más ricos. Los países en vías de desarrollo registran también mayores déficits, pero en su caso no se debe tanto a las políticas públicas desplegadas para hacer frente a las consecuencias sociales de la crisis, sino tan solo a la caída de ingresos por la recesión, según el análisis del FMI. “La deuda pública ha subido en todo el mundo, hasta alcanzar a finales de 2020 el 98% del PIB global, cuando el año anterior, antes de la pandemia, ese porcentaje se situaba en el 84%”, añaden Gaspar y el resto de economistas de su equipo.
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