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Los presupuestos de la recuperación

Unas cuentas públicas aprobadas por consenso son clave para combatir los efectos de la crisis provocada por la covid-19

En un año marcado por la incertidumbre que ha generado la pandemia de la covid-19, el Gobierno se enfrenta ahora a dos retos económicos de calado: la aprobación de unos nuevos presupuestos y la elaboración del plan de inversiones para recibir el fondo de recuperación europeo, la herramienta aprobada por la UE para responder de forma colectiva ante la crisis económica desatada por el coronavirus. España aspira a acceder a 140.000 millones de euros, que se destinarán sobre todo a proyectos dirigidos a combatir la enfermedad y el cambio climático, y a fomentar el empleo juvenil.

Afrontar todas estas cuestiones no es sencillo. La crisis sanitaria, social y económica que ha supuesto la pandemia ha complicado la capacidad financiera del Estado. Con un nivel de deuda pública que supera el 100% del PIB, la capacidad de maniobra es muy escasa.

Ante este escenario, resulta crucial aprobar unos presupuestos que sean capaces de combatir los efectos de la crisis global causada por el coronavirus. “La política presupuestaria es la principal vía de defensa que, desde el punto de vista político y económico, tenemos para la lucha contra las consecuencias de la covid-19”, ha admitido recientemente el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. En su opinión, los nuevos presupuestos deben ir acompañados de una serie de reformas estructurales urgentes (incluida una reforma fiscal) encaminadas a un crecimiento de la economía.

Porque si en algo coinciden todas las instituciones financieras es en que es imprescindible alcanzar un consenso político amplio para sacar adelante unas cuentas públicas vitales para pilotar la recuperación económica. Unos presupuestos aprobados por un pacto entre políticos, actores económicos y agentes sociales aportarían credibilidad a la economía española. También animaría a los inversores, fundamentales para generar empleo y riqueza. Porque solo desde el consenso, las medidas aprobadas podrán perdurar en el tiempo y ser efectivas.

Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) conviene en que la recuperación está sujeta a una elevada incertidumbre, y que los presupuestos que acuerde el Parlamento deben adaptarse a las necesidades específicas de una fase completamente nueva en la economía española, con una caída del PIB sin precedentes en la historia reciente de España y una tasa de paro que podría acercarse al 23% a final de año.

Llamamiento a la unidad

“Estamos ante la peor crisis económica que hemos vivido”, ha advertido el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet. En las últimas semanas, directivos y empresarios han insistido en la idea de que para salir de la crisis es necesario reforzar las medidas sanitarias sin frenar la economía.

En el mismo sentido también se ha manifestado Ana Botín, la presidenta de Banco Santander, quien ha afirmado que “todos queremos una economía más sostenible, inclusiva y digital”. En su opinión, las medidas económicas que ha puesto en marcha el Ejecutivo como dique de contención contra la crisis, como los ERTE y los créditos ICO, han sido efectivas.

De hecho, la compañía ya ha concedido 28.000 millones de euros en financiación ICO a pymes y autónomos en 195.000 operaciones. Sostenibilidad presupuestaria, pensiones sostenibles y estabilidad institucional para atraer inversiones son, para Ana Botín, las líneas de la política económica “que funciona”. Porque en su opinión, la recuperación de la economía y del tejido productivo pasa por ayudar a las empresas y por invertir los fondos de recuperación europeos en los proyectos y sectores que generen empleo, para que tengan “un efecto multiplicador”.

Para que eso ocurra, las autoridades deben ser capaces de establecer un marco de seguridad jurídica y fiscal para atraer inversiones que sean realmente productivas y beneficiosas para el futuro del país. En otras palabras, se deben aprovechar los presupuestos y los fondos europeos para transformar las debilidades de la economía, e impulsar un nuevo modelo productivo que ayude a crecer la economía y a dinamizar el mercado de trabajo.

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