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¿Cómo será la recuperación económica?

Existen varias teorías sobre cómo volverán a la normalidad los distintos sectores de la economía después de la pandemia

Los economistas especulan sobre cómo será la recuperación tras la hibernación de la economía por la pandemia de la covid-19. Este proceso puede darse de diversas formas, que en las gráficas toma el aspecto de V, U y L. ¿Qué significa realmente esta sopa de letras?

La teoría de la recuperación en V

Es la más optimista porque tras una fuerte caída de la economía, pero no demasiada pronunciada en el tiempo, vuelve a la normalidad con rapidez. “En apenas unos meses regresa al estado anterior”, apunta Juan José Herranz, profesor de finanzas de la escuela de negocios ESERP.

La teoría de la recuperación en U

Después de una recuperación progresiva, en la que, tras una caída aguda de la economía en poco tiempo, la vuelta a la expansión económica necesita de un período de tiempo más largo para recuperarse. Un período en el que el Producto Interior Bruto (PIB) puede contraerse durante varios trimestres, pero que una vez superado es probable que la economía se sitúe en los niveles anteriores a la recesión.

La consultora Deloitte realizó en marzo un estudio que añadía un nuevo modelo, a medio camino entre la U y la L y que toma la forma de un símbolo de diplosoma o tick de visto (✔). Esta forma de recuperación supone que, tras una caída abrupta de la economía, la recuperación es más lenta que si lo hiciera en forma de U y más rápida que si fuera en L.

La teoría de la recuperación en L

Se dibuja como el más pesimista de los escenarios. Tras una caída muy aguda de la economía, la reactivación económica es muy lenta. Puede durar, incluso, varios años.

¿Cómo será la recuperación económica en España?

Es difícil vaticinar este concepto, pero según el estudio de Deloitte, la recuperación de la crisis del coronavirus necesitará varios meses. En principio, parece que desde que se levante el confinamiento pasarán al menos siete meses hasta que los sectores claves de la economía de este país estén cerca de la normalidad anterior.

En cuanto al tipo de recuperación y según la encuesta Global Confidence Barometer, de Ernst and Young, la mayoría de los ejecutivos (54%) cree que la recuperación económica será en forma de U, con un período lento de la actividad hasta 2021; mientras que un 38% opina que será en V con un retorno a la actividad normal hacia finales de 2020. Solo un 8% piensa que será en L con un período de recesión en donde la actividad no repuntaría como mínimo hasta 2022.

En general, la eficacia de las medidas económicas que se tomen va a ser determinante para la recuperación. Pese a que algunos analistas apuntaban en el principio del confinamiento que la recuperación en forma de V era una posibilidad, parece que con el paso del tiempo esta teoría ha perdido peso. “Solo sería viable si el parón hubiera durado dos o tres semanas”, explica Fernando Castelló Sirvent, economista, director de Castelló Consulting y profesor de la escuela de negocios ESIC. Una afirmación que refuerza Juan José Herranz: “El elevado peso del sector comercio, con un 12% del PIB, y el del del turismo, con un 15%, y su previsible lenta recuperación, va a provocar que la economía en general no pueda remontar de forma rápida”.

La teoría de la U parece ser la más probable junto con la recuperación en forma de signo de visto o diplosoma, dado que cada sector tendrá una recuperación diferente y la economía en general lo hará de forma gradual, poco a poco.

Cualquiera de estas opciones tiene también sus puntos débiles. “Las pymes y micropymes, que representan casi el 99% de las empresas en España y disponen de menos recursos, son las más afectadas. Según estas empresas vayan logrando recuperarse y se adopten medidas de estímulo que las favorezcan, la reactivación en general tenderá a una U”, subraya Castelló. “Las empresas pequeñas son flores más frágiles en el jardín y hay que cuidarlas más”, apostilla.

En este escenario, las medidas económicas que pueden desarrollarse para conseguir una recuperación en U, según Castelló, podrían resumirse en ayudas para mantener el empleo y que las empresas no pasen de ERTE a ERE o a concurso de acreedores; ofrecer liquidez a las empresas mediante créditos blandos y facilidades para hacer frente a pagos; y fomentar políticas sectoriales específicas para sectores muy afectados como el del turismo o el ocio. En definitiva, ofrecer certidumbre a la población con medidas que protejan a las empresas, a los trabajadores y que favorezcan las inversiones que estaban en marcha antes de la pandemia.

En este mismo contexto, Herranz señala que “es probable que también aparezca un mercado de fusiones y adquisiciones. Una posibilidad para que las empresas crezcan e impulsen el aumento de los negocios en un mercado en recuperación”.

¿La económica recuperación será igual para todos los sectores?

Según el citado estudio de Deloitte en el que se muestra cómo será la recuperación económica de España en los distintos sectores, la vuelta a la actividad de las empresas comenzará a finales de mayo. En los últimos días de este mes y en los primeros de junio se iniciará un periodo de estabilización, de recuperación de los servicios, que irá ascendido hasta finales de año. No será hasta enero de 2021 cuando finalmente se llegué a la etapa de recuperación económica.

Pese a esto, la recuperación no será igual para todos. “De entre todos los sectores de la industria española, algunos se recuperarán antes que otros según los patrones de consumo y la organización en la producción. Las tecnológicas y las bodegas son un buen ejemplo de recuperación en V; la automoción, en U, y el ocio en L”, señala Herranz.

Tres sectores y sus (posibles) modelos de recuperación

Bodegas, una recuperación en V

“Los sectores que tienen en la exportación su punto fuerte serán los que tendrán esta recuperación más optimista”, señala Castelló. Uno de ellos podría ser el sector de las bodegas, ya que exporta gran parte de su producción. “De hecho, dos de cada tres botellas salen fuera de España”, apunta Ángel Villafranca, presidente de la OIVE (Organización Interprofesional del Vino de España). Esto compensa el hecho de no poder vender el producto en restaurantes y bares nacionales, que tardarán en volver a abrir sus puertas y trabajar con normalidad.

Actualmente, países como China y el resto de Asia, con gran peso en la compra de vino español, han abierto sus puertas y funcionan a un ritmo normal. “Cuando se abran el resto de las fronteras, es posible que en pocos meses recuperemos ventas. De todas formas, debemos ser cautos y, tras este tiempo, ver la situación en la que han quedado algunas bodegas que, ahora, tienen ingresos muy ajustados”.

Automoción, recuperación en U

Sectores estratégicos con gran peso económico en este país como es la automoción, que sustenta un 10% del PIB y un 9% del empleo, serán probablemente de los que seguirán la ruta de este modelo.

“Si se implementan medidas efectivas es probable que el sector cumpla este sistema de reactivación en U”, explica Raúl Palacios, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam). “Las medidas que garanticen el empleo y que estimulen la demanda interna serán las que hagan posible crecer en unos meses”, añade.

Cines, teatros, hoteles…, recuperación en L

Es, sin duda, la más pesimista por su profunda caída y su lenta recuperación. Cines, teatros, hoteles o bares serán algunos de los sectores que lamentablemente sigan este modelo. Representantes de la hostelería y el sector turístico dan por perdido el 2020.

En la industria del entretenimiento, como el cine o el teatro, ya ni siquiera hablan de crisis, sino de paralización. “Cero actividad, que es distinto a crisis”, explica Enrique Salaberría, presidente del grupo Smedia, que cuenta con teatros en Madrid como el Fígaro y el Gran Vía. Aun así, comenta Manuel Morales, director general de la distribuidora Wanda, “sería posible remontar si se adoptan medidas ágiles que apoyen, por ejemplo, la vuelta al cine”.

¿Qué es la recuperación en W?

Además de las tres teorías principales (V, U y L), surge una nueva. Esta teoría se podría desarrollar en casi todos los sectores, si en el último trimestre del año hubiera un rebrote de la enfermedad que provocara una nueva recaída de la actividad económica. Si esto pasara, la reactivación económica se caracterizaría por periodos sucesivos de recesión y de crecimiento.

Una situación que se evitaría si se consigue controlar la pandemia, sobre todo al dar con una vacuna o una terapia que eliminara las posibles consecuencias tras la vuelta a una normalidad económica y social.

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