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EMPRENDEDORES

El autobús también se comparte

La empresa catalana BusUp fomenta el transporte colectivo entre compañías de una misma zona

Josep Catà Figuls
Alex Canals, Eva Romagosa, Thibaud Kistle y Rui Stoffel, de BusUp.
Alex Canals, Eva Romagosa, Thibaud Kistle y Rui Stoffel, de BusUp.

Son las siete de la mañana y un grupo de personas espera un autobús para ir a la oficina. No se trata de un vehículo del servicio público, sino de un medio de transporte que una empresa ofrece para sus empleados. Hasta aquí, todo normal. En Cataluña, por ejemplo, docenas de líneas de Seat recorren las ciudades metropolitanas para transportar a los empleados de la planta de Martorell. Lo distinto es que en este autobús conviven trabajadores de distintas empresas de una misma zona. Ir al trabajo con la competencia ya no es un inconveniente, y las empresas empiezan a ver el lado positivo.

Prueba de ello es el rápido éxito que está cosechando la compañía catalana BusUp. Fundada en 2016, se dedica a fletar autobuses a demanda: para fiestas, bodas, excursiones, conciertos y otros eventos o para trasladar a pasajeros al aeropuerto. La compañía se dio cuenta de que existía otro mercado y de que estaba creciendo. Con Internet, el teletrabajo y la conciencia creciente entre las empresas por reducir sus emisiones contaminantes, BusUp puso en oferta sus autobuses para las zonas empresariales de las ciudades. Así, compañías de un mismo polígono contratan un servicio de autobús que comparten entre todas las empresas.

Crecimiento

La empresa ha crecido rápido: en 2018, cuando empezó su actividad, facturó 300.000 euros; el año siguiente lo cerró con 1,8 millones y la previsión es que en 2020 facture 9 millones. La compañía, con 42 empleados dedicados al desarrollo tecnológico y a la atención al cliente, prevé obtener beneficios en 2021. Después de conseguir una inversión de 3,8 millones de euros, están en Barcelona, Lisboa, São Paulo, Bilbao y Madrid.

El modelo de negocio de ­BusUp se basa en atender a la demanda que estaba desperdigada. Mediante una aplicación móvil, los usuarios introducen un punto de origen y otro de destino. La aplicación, mediante algoritmos que conectan a este usuario con los demás, propone un horario y una ruta. También puede recibir una demanda concreta de una empresa o un grupo de empresas que requieran transporte frecuente a un polígono. BusUp se pondrá en contacto con los empleados interesados y creará una ruta según sus preferencias. La tecnología es, de hecho, lo único que aporta BusUp, que no es propietaria de autocares ni tiene en nómina a conductores, ya que solo actúa como enlace tecnológico entre los usuarios y las empresas de transporte a cambio de una comisión. El modelo recuerda al de plataformas digitales como Glovo o Uber, pero desde la compañía lo rechazan. Según BusUp, su tecnología sirve para potenciar a las tradicionales empresas de transporte y proporcionarles clientes.

“Hemos transformado el autobús de empresa. Las rutas habituales se han ido vaciando y el modelo de autobús para una sola firma ya solo funciona en las grandes compañías”, explica Eva Romagosa, directora de sistemas de información de la empresa y cofundadora de BusUp junto con el consejero delegado, Rui ­Stoffel, y Àlex Canals.

Canals, consejero delegado de la empresa de autocares con el mismo nombre, dio con la tecla: el sector del transporte en autocar estaba atascado y necesitaba un revulsivo tecnológico. Primero, porque el transporte de trabajadores decrecía a causa de la descentralización laboral, que llevaba a los empleados a usar cada vez más el coche. Y después, porque el negocio de los autocares turísticos también se contrae por un cambio en los hábitos de consumo. Romagosa amplía: “Antes las empresas estaban más concentradas en el mismo sitio, ahora están más desperdigadas. Y, con el cambio de hábitos de consumo, las líneas de autobús dejaron de ser rentables: todo el mundo iba en coche al trabajo. Esto crea un problema para las empresas y los empleados, que buscan una alternativa más sostenible”.

El primer cliente fue un festival de música en Cataluña. La compañía destaca que hasta 93 empresas han contratado el servicio y que lo usan más de 9.000 personas solo para ir a trabajar. Después de ocho meses de actividad, el servicio tiene 250 trabajadores registrados y, según la empresa, ha evitado casi 3.000 viajes en coche privado.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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