Ofensiva empresarial para agilizar los planes de recuperación
Se suceden las proclamas de diversas organizaciones para proponer medidas y aprovechar los fondos europeos con la participación privada
En una semana repleta de proclamas empresariales, la patronal CEOE presentó el jueves un catálogo con 21 iniciativas estratégicas para la recuperación y transformación de la economía con el objetivo de contribuir a una inversión lo más eficiente posible de los fondos asociados al Plan Europeo de Recuperación Next Generation EU. El catálogo se presentó un día después del Manifiesto para Fomentar la Internacionalización elaborado por la propia CEOE y cuatro organizaciones empresariales más (Cámara de España, Foro de Marcas Renombradas, Club de Exportadores e Inversores y la Asociación Española de Directivos) con la pretensión de trasladar a los poderes públicos y la sociedad civil la necesidad de apoyarse en el sector exterior como factor capital para hacer frente a la crisis sanitaria y sentar las bases de la recuperación económica y social. Por último y saltando fronteras, el European Round Table for Industry (ERT), un club que forman 57 empresas industriales (entre ellas las españolas Ferrovial, Iberdrola, Inditex y Telefónica) difundieron un documento en el que respaldan las propuestas de Bruselas en materia de descarbonización, transición energética y transformación digital.
En definitiva, una batería de medidas que redundan en torno a la idea de aprovechar los fondos de recuperación de la UE para fomentar la transición a la neutralidad climática, la economía digital y la circular, así como la distribución inteligente de la energía y soluciones avanzadas de movilidad. En España se concreta en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que, precisamente, busca la reindustrialización del país con la transición ecológica y digital como pilares y que cuenta con una aportación europea de 140.000 millones de euros.
A partir de ahí, la patronal amplia el foco para que los fondos hagan de tracción y arrastre hacia las pymes y los autónomos a través de la capacidad de inversión de las grandes empresas. A su juicio, estas podrían movilizar cuatro euros por cada uno que se invierta de origen público, aclarando que no todos los 140.000 millones se cuadruplicarían, ya que no todo se va a destinar a la colaboración público-privada.
Es momento de pedir y el catálogo patronal es ambicioso. Asentado en los cuatro ejes de moda que hay que tener presente para estar en la pomada y no perder el tren de la industrialización del siglo XXI (transición digital, transición ecológica, cohesión social y territorial y compromiso con la igualdad), desarrolla 114 líneas de inversión que se implementan a través de 400 proyectos específicos que, a juicio de la CEOE, deben llevarse a cabo por medio de los mecanismos que mejor encajen entre la colaboración público-privada, los pertes (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica), los consorcios, las licitaciones de contratos públicos o las convocatorias de subvenciones.
En la panoplia de proyectos incluye propuestas relacionadas con el turismo, la digitalización de las pymes, el sector agroalimentario, la salud y la investigación clínica, los medios de comunicación, los medios de pago, iniciativas relacionadas con el agua, las redes y las energías renovables, la movilidad sostenible, la llamada economía azul, la descarbonización de la industria, el hidrógeno, las infraestructuras y la logística, un hub aeronáutico y multimodal, la economía circular, reforma y rehabilitación integral de edificios, regeneración urbana, industrias culturales y creativas, deporte, reto demográfico, formación profesional y, como remate, el compromiso empresarial con la igualdad.
Por su parte, las cinco organizaciones presentaron al Rey y a Reyes Maroto, ministra de Industria y Comercio, un decálogo que coloca la internacionalización como “una prioridad de la política económica, al mismo nivel que la digitalización y la sostenibilidad y como una misma moneda, que no es otra que la competitividad de la economía española”. Las organizaciones defienden, además de aprovechar los fondos para modernizar el tejido productivo, los beneficios del libre comercio como motor de desarrollo frente a las tendencias proteccionistas y plantean, también, la necesidad de establecer una cultura de colaboración público-privada, así como potenciar los beneficios fiscales y los instrumentos financieros para ayudar a esa internacionalización y favorecer el establecimiento de sinergias y coordinación entre las distintas Administraciones y los organismos en aras de esa internacionalización.
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