El resurgir del euro, ¿espejismo o realidad?
No parece que el Banco Central Europeo vaya a quedarse impasible ante una significativa apreciación del euro
Desde marzo, hemos asistido a fuertes movimientos en los mercados financieros, y no lo está siendo menos para el mercado de divisas y, en particular, para el euro. La moneda única se apreció un 6% respecto al dólar desde enero y un 11% desde los mínimos registrados en marzo, hasta alcanzar los 1,20 dólares a principios de septiembre.
¿Qué hay detrás de la reciente fortaleza del euro? Un elemento central ha sido el acuerdo sobre el fondo de recuperación europeo Next Generation EU (NGEU), que ha supuesto un avance muy importante en la institucionalidad e integración de la zona euro, y ha marcado un punto de inflexión en su cotización. En particular, los acuerdos alcanzados sobre el NGEU abren las puertas a una posible unión fiscal, y podría convertirse en un instrumento más permanente que reforzaría los fundamentos de la UEM y, por tanto, el fortalecimiento de la moneda única.
Otro aspecto importante para explicar la significativa apreciación del euro sería la debilidad generalizada del dólar. La depreciación experimentada desde el segundo trimestre del año vendría explicada por el deterioro de los fundamentales de la economía estadounidense (las expectativas de crecimiento descuentan una prima de riesgo relacionada con la mala gestión de la covid-19, a lo que se suma más recientemente las dudas sobre la aprobación de otro paquete de estímulo fiscal) y una política monetaria muy acomodaticia.
Entonces, ¿qué se puede esperar en los próximos meses? Es previsible que la divisa oscile en torno a los niveles actuales guiada por el apetito por el riesgo global y la huida hacia activos seguros como el dólar si la covid-19 se recrudece o, por el contrario, apreciando el euro si la evolución de la pandemia fuese mejor de lo esperado. Además, las tensiones geopolíticas y las elecciones en EE UU también serán fuente de volatilidad para la moneda en el último trimestre del año. No obstante, en el medio plazo hay elementos para pensar que el euro debería apreciarse muy gradualmente en el próximo año apoyado por la reducción de los diferenciales de tipos de interés (UEM-EE UU), y también por la mayor demanda de euros para adquirir el nuevo activo europeo: los coronabonos, que servirán para financiar el NGEU. En todo caso, no parece que el Banco Central Europeo vaya a quedarse impasible ante una significativa apreciación del euro, puesto que ya se ha mostrado preocupado con niveles de 1,20 dólares debido a que la fortaleza de la moneda podría lastrar la recuperación de la zona euro y frenar la efectividad de sus esfuerzos por reavivar la inflación. En definitiva, el retorno a la normalidad será crucial para la evolución a medio y largo plazo de la divisa.
María Martínez, de BBVA Research
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