La banca española duplica su deuda con el BCE para financiar los créditos del ICO
El aumento de los préstamos del instituto emisor a todas las entidades de la eurozona es aún mayor: se triplica desde el inicio de la crisis sanitaria
Los bancos españoles echan mano del Banco Central Europeo (BCE) para prestar a las empresas al calor del ICO. Desde el inicio de la crisis sanitaria, a principios de marzo, las entidades que operan en España casi han duplicado su deuda con el instituto emisor hasta superar con creces los 256.000 millones de euros —la quinta parte del PIB—, según los datos publicados este viernes por el Banco de España. Las peticiones de dinero al Eurobanco, en máximos desde principios de 2013, tienen que ver en gran medida con la avalancha de avales públicos para evitar una sequía total de crédito.
La Gran Reclusión, como ha bautizado el FMI a esta crisis sin precedentes, lo ha dinamitado todo. Y la banca comercial, por definición uno de los eslabones más conectados a la economía real, no es ajena a este cambio radical de escenario. El impulso oficial del crédito a empresas en forma de avales para evitar su colapso durante los meses de ingresos cero (o cercanos a cero) ha propiciado, a su vez, una mayor recurrencia de las entidades financieras al banco central, que les presta desde hace años en condiciones muy favorables con el objetivo de que el dinero fluya lo máximo posible hacia los sectores productivos.
La secuencia es, grosso modo, como sigue: los bancos toman prestado del BCE a tipos muy bajos para prestar, a su vez, a unas empresas más necesitadas que nunca de liquidez para poder seguir operando. Solo en julio, la deuda de la banca española con el instituto emisor repuntó un 31% respecto al mes anterior, acumulando ya un aumento del 97% desde finales de febrero, cuando la incidencia de la covid-19 en España era mínima. Este incremento, aunque muy sustancial, es sin embargo notablemente inferior al registrado por el conjunto de la banca de la eurozona, que solo en julio subió casi un 40% y que va camino de triplicar sus obligaciones con el BCE: los poco más de 617.000 millones de euros de febrero se convirtieron el mes pasado en casi 1,6 billones.
“Es un giro en la tendencia del sistema financiero, impulsado por un cambio en la política monetaria del BCE con programas para incentivar la transmisión del crédito a la economía real y no agravar los problemas económicos derivados del confinamiento”, apunta María Rodríguez, del área de banca de AFI. Con este impulso a la liquidez, remarca, las entidades españolas “han podido hacer frente al incremento de la apelación al crédito por parte de las empresas, a través de las ayudas del ICO a la liquidez empresarial”. Para poder prestar en un volumen “tan grande como el que requieren los préstamos ICO (no olvidemos que el ICO da una garantía pero que la totalidad del préstamo lo da la entidad de crédito)”, completa Francisco Uría, de la firma de servicios profesionales KPMG, “tienen que obtener recursos y eso implica recurrir al BCE que, de hecho, ha adoptado medidas para facilitar ese acceso”.
El stock de crédito al sector privado, que en mayo (un mes en el que la economía solo empezaba a sacudirse el cartel de “cerrado hasta nueva orden”) ya creció un 2,1% interanual tras varios ejercicios en negativo. “Los préstamos al consumo se han frenado, pero el nuevo crédito empresarial se ha multiplicado respecto a un mes normal precovid”, completa Fernando de la Mora, jefe de la consultora Alvarez & Marsal para España y Portugal.
El incremento de la financiación del BCE a la banca española (81.000 millones en los dos últimos meses) coincide en gran medida con la línea de avales del ICO de hasta 100.000 millones. “La vinculación es muy estrecha”, señala Joaquín Maudos, del IVIE. “Además, hay que tener en cuenta las excelentes condiciones de financiación del BCE, con un tipo negativo de hasta el 1% si se cumplen determinados requisitos, lo que incentiva a apelar”. Con todo, tanto el volumen total prestado como el porcentaje que representa la banca española en el total de préstamos del BCE a entidades financieras de la zona euro sigue lejos del máximo registrado en la crisis de deuda del sur de Europa.
En adelante, todo dependerá de lo que ocurra con los avales públicos: cuando se agoten, profundiza Maudos, decaerá el renovado interés de las entidades por el dinero del Eurobanco. “Las expectativas económicas no son nada favorables, todo lo contrario. Y eso supone menos demanda de crédito futuro”. La apelación de la banca española al instituto emisor, por tanto, solo tiene visos de aumentar si se ampliara la línea de avales del ICO que el Gobierno anunció en los primeros compases del estado de alarma. “En cuantía”, recuerda el economista del IVIE, “el aumento del salvo vivo de préstamos con el emisor es similar al de la línea de avales”. Son, en definitiva, vasos comunicantes.
Los bancos se preparan para meses duros
Los bancos españoles han aguantado razonablemente bien el primer embate de la crisis, con un aumento generalizado de las provisiones ante el esperable repunte de la morosidad (los seis que cotizan en el Ibex han duplicado sus saneamientos) y con el reparto de dividendos vetado por el propio BCE para reforzar el capital. Pero el Eurobanco no ha dejado de advertir de los efectos de este arreón económico —que no estaba en ninguna quiniela— en el sector: hay mucho en juego y un aumento exponencial de los rebrotes podría ser letal.
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