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El BBVA pierde 1.157 millones hasta junio por el saneamiento contable en EE UU y las provisiones por la pandemia

El consejero delegado, Onur Genç, afirma que espera que el banco acabe el año con beneficios si no hay más confinamientos

Onur Genç, consejero delegado del BBVA.
Onur Genç, consejero delegado del BBVA.EFE
Íñigo de Barrón

El BBVA perdió 1.157 millones de euros durante el primer semestre del año tras encajar un impacto de 2.084 millones por el ajuste contable en el fondo de comercio de Estados Unidos y por las provisiones efectuadas ante potenciales deterioros por la crisis de la covid-19, que en el segundo trimestre ascendieron a 644 millones.

En abril pasado el BBVA anunció un ajuste del valor de su filial en Estados Unidos, con un cargo de 2.084 millones, que todavía marca la cuenta de resultados. El Santander lo hizo público este miércoles por una cantidad mucho mayor. El motivo fue “el impacto negativo” en su valoración “por la actualización del escenario macroeconómico afectado por la pandemia. Este impacto no afecta ni al patrimonio neto tangible, ni al capital, ni a la liquidez del Grupo BBVA.”, explica la entidad en una nota. Tras la presentación de resultados, el BBVA cayó un 8% en Bolsa.

Sin contabilizar el ajuste en el fondo de comercio de la filial estadounidense, el banco presidido por Carlos Torres se anotaría un beneficio de 928 millones, lo que supone una caída del 62% en la comparativa interanual por las dotaciones extraordinarias efectuadas por la pandemia, según el banco. En el segundo trimestre, su beneficio ascendió a 636 millones, cifra que supera en un 118% la del primer trimestre si se aísla el efecto Estados Unidos, pero que también cae un 49,5% interanual tras incorporar las dotaciones por valor de 644 millones realizadas por la covid-19. Estos beneficios han permitido reducir las pérdidas presentadas en marzo, cuando el BBVA tuvo números rojos de 1.792 millones.

En la rueda de prensa de presentación de resultados, Onur Genç, consejero delegado, afirmó: “Claramente esperamos tener un resultado positivo al final del año en el grupo y en España” tras descartar tener que realizar más saneamientos de las filiales y como efecto de la recuperación de la economía que están experimentando. No obstante, Genç comentó que hay que ser “cautos porque existe una gran incertidumbre por la posibilidad de que lleguen nuevos confinamientos”. Según sus cálculos, por cada semana de confinamiento estricto, como el de abril, el PIB de los países cae entre 0,5 y 1 punto. “Espero que no sean necesarios porque creo que ya estamos aprendiendo a convivir con el virus”, añadió.

Como consecuencia de la crisis, la rentabilidad del banco ha caído a la mitad. Las entidades tienen dos métricas para medir este parámetro: la más conocida es el ROE (rentabilidad sobre recursos propios, por sus siglas en inglés), que ha caído desde el 10% a final de 2019 al 4,4% en junio de 2020. También se mide por el ROTE, que excluye elementos intangibles como el fondo de comercio y las emisiones de deuda convertibles en acciones y las acciones preferentes. Este indicador también ha caído del 12% hace seis meses al 4,6% en junio pasado.

El efecto directo del ajuste de fondo de comercio (que mide el valor de mercado actual respecto al precio pagado por un activo) se refleja en el patrimonio de la entidad. El BBVA lo ha reducido en un 9,5% en lo que va de año, al pasar de los 55.000 millones a los 49.555 millones en junio.

En cuanto a la evolución del negocio, la cartera bruta de créditos aumentó un 1,5% con respecto a la de junio del pasado año. Mientras, los depósitos de clientes crecieron un 4,7% a tipos corrientes. Con las medidas excepcionales de los Gobiernos, el BBVA ha concedido cuatro millones de moratorias, lo que supone el 9% de la cartera y ha prestado 20.000 millones a través de líneas de crédito.

Sin dividendo con cargo a 2020

A diferencia de lo anunciado este miércoles por el Santander, que dijo querer repartir dividendo contra los resultados de este ejercicio pese a presentar pérdidas contables de 10.800 millones, el BBVA recordó que el Banco Central Europeo, “recomendó que, al menos hasta el 1 de octubre de 2020, las entidades de crédito se abstengan de repartir dividendos. Consecuentemente, el consejo de administración de BBVA ha acordado modificar, para el ejercicio 2020, la política de retribución al accionista del grupo, que fue anunciada el 1 de febrero de 2017, determinando no realizar ningún pago de dividendos a cargo del ejercicio 2020 hasta que las incertidumbres causadas por la covid-19 desaparezcan y, en todo caso, nunca antes de la finalización del ejercicio”.

En la rueda de prensa, el número dos del banco dijo estar de acuerdo con la política de vetar los dividendos, algo que criticó con dureza el Santander. Además, el director financiero del grupo, Jaime Sáenz de Tejada, recordó que el BBVA fue uno de los pocos bancos que pagó completamente el dividendo con cargo a 2019, mientras que el que irá contra los resultados de 2020 lo decidirá el consejo de administración en 2021. “En absoluto descartamos la posibilidad de pagar un dividendo con cargo a 2020”, afirmó.

Onur Genç descartó que la entidad esté considerando volver al pago de dividendos en acciones. “Dijimos hace años que íbamos a ser coherentes y previsibles con los dividendos, nuestra política es pagar 100% en efectivo un porcentaje del resultado y vamos a mantener esa política”, afirmó. El Santander también dijo que no pagaría el dividendo con acciones, pero el miércoles anunció que lo haría sobre el ejercicio de 2019.

Respecto a las fusiones y su posible acercamiento a Bankia, negado tajantemente por el banco público, Genç no quiso realizar comentarios. Dijo que no hablaba de casos específicos y que el BBVA está centrado en el crecimiento orgánico: “Aunque nuestra obligación es explorar todas las posibilidades si suponen una mejora para la entidad”, señaló.

Como análisis general, comentó: “En este entorno sin precedentes, continuamos generando un sólido resultado antes de provisiones. Afrontamos esta crisis desde una posición de fortaleza, gracias a la solidez de nuestros ingresos, nuestro modelo de negocio diversificado y nuestras capacidades digitales. Asimismo, destaca la fuerte generación de capital en el trimestre”, aseguró Onur Genç, consejero delegado de BBVA, en la nota de prensa.

El banco también destaca que la ratio de capital CET1 fully loaded, el de más calidad, se situó en el 11,22% a 30 de junio de 2020, aunque supone una caída desde el 11,74% que registró en el cierre de 2019. El control de los gastos de explotación ha permitido mejorar la ratio de eficiencia, que mide lo que gasta la entidad por cada 100 euros que ingresa, ya que ha pasado desde el 48,7 de diciembre de 2019 al 45,8 en junio de 2020, mientras que la tasa de morosidad se mantuvo estable en el 3,7%.

Caídas en todas las áreas de negocio

Los efectos del confinamiento se han reflejado en una fuerte caída de la actividad comercial durante este trimestre en todos los puntos de la geografía en los que trabaja el BBVA.

México sigue siendo el motor del grupo, pero ha perdido fuerza. Hasta junio ganó 654 millones, un 49% menos que hace un año. Esto se explica por las mayores provisiones por la crisis ocasionada por el virus que ha afectado a los clientes y al escenario macroeconómico. El coste del riesgo, es decir la posible morosidad de los créditos, está en el 4,95%, lo que supone casi cinco veces más que en España.

Precisamente en España el resultado obtenido ha sido de 88 millones en el semestre, un 88% menos. Según el banco se debe “al deterioro de activos financieros, que se incrementó en 953 millones respecto al primer semestre de 2019 debido, principalmente, al impacto negativo del deterioro en el escenario macroeconómico por la covid-19, que incorpora provisiones crediticias para aquellos sectores”. La partida de provisiones “supuso 365 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 94,6% por encima del primer semestre del año anterior, debido parcialmente a dotaciones para hacer frente a potenciales reclamaciones”.

Turquía, cuyo banco se presentó como una de las grandes apuestas estratégicas del grupo hace años, obtuvo un beneficio de 266 millones, un 5,5% menos que en junio de 2019. Esta caída se debe a la depreciación de la lira turca, “las mayores provisiones para clientes específicos de la cartera comercial y, fundamentalmente, al ajuste en el escenario macro por los efectos negativos de la covid-19″, indica el banco. El coste de riesgo acumulado a cierre de junio se situó en el 2,71% tras el repunte de marzo, con unas provisiones de 61 millones de euros.

En Estados Unidos la caída ha sido la más pronunciada: un 91% menos de resultados tras obtener 26 millones. El banco lo justifica por el “incremento del deterioro de activos financieros (+109,2% interanual), explicado por el ajuste en el escenario macro por los efectos negativos de la pandemia y a las provisiones realizadas en el primer trimestre del año para cubrir clientes específicos de la cartera de petróleo y gas. Por su parte, el coste de riesgo acumulado a junio de 2020 se situó en el 1,80%”.

En cuanto a América del Sur, los bancos de esta región —Argentina, Colombia y Perú— también se han visto afectados por la situación y presentan un beneficio conjunto de 159 millones, un 60,6% menos que hace un año. La causa es también “el incremento en el deterioro de los activos financieros provocado por la crisis”, así como “el impacto acumulado en el primer semestre de 2020 de la inflación en Argentina en el resultado atribuido del área”, con unas pérdidas de 58 millones de euros frente a los 94 millones de números rojos en el primer semestre de 2019.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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