Países Bajos inyecta 3.400 millones de euros en la aerolínea KLM
A cambio de la ayuda de Estado, la compañía tendrá que reducir sus gastos en un 15%, introducir mejorar medioambientales y renunciar a los bonos para sus directivos y al dividendo
El Estado neerlandés ayudará a las líneas aéreas nacionales, KLM, a superar las pérdidas ocasionadas por la pandemia con una inyección monetaria de 3.400 millones de euros. La asistencia se compone de un préstamo por valor de 1.000 millones y de otros 2.400 millones en calidad de garantías comerciales, financiadas por once bancos nacionales e internacionales. A cambio, la compañía tendrá que reducir sus gastos en un 15%, además de anular la entrega de bonificaciones a sus directivos y reducir el sueldo de los cargos más altos. Tampoco podrá pagar dividendos a los accionistas y deberá contribuir de forma activa a la sostenibilidad del medio ambiente. Wopke Hoekstra, ministro de Finanzas, ha anunciado este viernes las medidas y ha asegurado que no descarta ampliar el auxilio si con esta primera entrega no basta para estabilizar a la aerolínea.
En una rueda de prensa dedicada a explicar la decisión, Hoekstra ha añadido que “los efectos de la crisis en la aviación son peores de lo que se creía y la caída de KLM tendría repercusiones directas en el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol”. “Lo notarían desde el quiosquero al empleado que distribuye las maletas y también las empresas que operan en la zona, con la consiguiente amenaza para el empleo y el comercio en una economía abierta”, ha argumentado. No obstante, el ministro ha admitido que esta operación “costará puestos de trabajo”.
Pieter Elbers, director ejecutivo de KLM, ha calificado el apoyo recibido como un “mensaje positivo y complejo”. El directivo espera presentar a finales de julio “el esbozo” de las repercusiones laborales que tendrá el recorte. “Nuestra intención es salvar el mayor número de empleos, pero calculamos que también en 2021 habrá menos vuelos que antes de la covid-19”, ha señalado.
El pasado abril, el Gobierno de los Países Bajos ya se mostró dispuesto a otorgar a KLM entre 2.000 y 4.000 millones de euros en forma de préstamos y garantías, y Hoekstra ha afirmado que sostendrán a la compañía a largo plazo. Hasta ahora, este tipo de apoyos, que servían para mantener la función de polo económico de Schiphol —cuyo usuario principal es la aerolínea— podían cancelarse en el plazo de nueve meses. Ahora ese plazo se alargará a cinco años. Hasta 2025, por tanto, el dinero irá llegando por entregas, a medida que se cumplan las condiciones pactadas. La supervisión estará a cargo de un “agente estatal”, una especie de consejero de confianza.
La sostenibilidad exigida a KLM y por ende a Schiphol implica la reducción de los vuelos nocturnos, que deberán pasar de 32.000 a 25.000. La compañía ya se ha comprometido, por otra parte, a disminuir en un 50% las emisiones de dióxido de carbono por kilómetro y pasajero para 2030, en comparación con 2005. El Gobierno francés anunció el pasado 25 de abril que apoyaría con 7.000 millones de euros a Air France, la otra pata del grupo Air France-KLM, que se creó en 2004. También los grandes competidores continentales del consorcio franconeerlandés atraviesan por dificultades. Bruselas dio luz verde este jueves al rescate de 9.000 millones que Alemania ha preparado para Lufthansa. Y en España, el Ministerio de Transportes estudia otorgar ayudas directas a las aerolíneas, entre las que se encuentra Iberia, parte fundamental junto con British Airways del consorcio IAG.
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