El ‘smartphone’ bien puede esperar
La distracción al volante por culpa del teléfono móvil es una de las primeras causas de siniestralidad en la carretera. La campaña #puedoesperar de Movistar, Fundación Abertis, Dirección General de Tráfico y Cines Yelmo trata de concienciar sobre esta lacerante realidad
Enzo salió del cine y cogió el coche. Era un día cualquiera, pero se convirtió en una fecha que siempre recordará. Por el camino comenzaron a entrarle mensajes en el teléfono móvil. Parecían urgentes, así que se puso a contestarlos. “No recuerdo bien qué ocurrió en aquel justo momento, pero el caso es que me desvié con el coche, me salí de la carretera, choqué con un poste de la luz y el coche volvió a entrar en la carretera dando vueltas sobre sí mismo”, cuenta. Solo fueron unos segundos de distracción, pero el accidente le marcó para toda la vida: le causó una grave lesión medular. Tenía solo 20 años. Desde entonces, siete años después, vive sentado en una silla de ruedas. Aquellos mensajes podían esperar. Pero entonces no lo sabía.
Ahora Enzo Santi, nacido en Caracas en 1992 y residente en Canarias, protagoniza el spot de la campaña #puedoesperar, promovida por Movistar, Fundación Abertis, Dirección General de Tráfico (DGT) y Cines Yelmo, que proyectan el vídeo antes de cada película en 400 cines de toda España. En la campaña, que mezcla lo emotivo y la realidad más cruda, Enzo relata con toda dureza las limitaciones que le impone su discapacidad. A veces, los hechos más cotidianos e insignificantes pueden cambiarnos la vida para siempre, y para mal. “Sentimos una responsabilidad de atender al móvil constantemente, pero en realidad no es necesario”, reflexiona. “Quiero hacer ver que lo que me pasó a mí puede pasarle a cualquiera, que esta campaña genere ese impacto emocional”. Ahora Enzo dedica parte de su tiempo a dar charlas sobre seguridad vial y ha sabido reconducir su vida, convirtiéndose en jugador de baloncesto profesional en el equipo BSR Gran Canaria.
"Si somos capaces de esperar a que termine una película para coger el móvil, deberíamos poder hacerlo cuando vamos al volante", Paula Valle, responsable de Iniciativas de Bienestar Digital y Protección al Menor de Telefónica.
“Con el tiempo la sociedad ha conseguido que acciones como conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas causen rechazo generalizado. Sin embargo, coger el móvil mientras se conduce sigue viéndose dentro de la normalidad”, explica Paula Valle, responsable de Iniciativas de Bienestar Digital y Protección al Menor de Telefónica. Con esta campaña se trata, precisamente, de concienciar sobre las consecuencias que puede tener en nosotros y en los demás un uso irresponsable de la tecnología.
Utilizar el teléfono al volante causa tres tipos de distracciones: visual, por mirar al teléfono y no a la carretera; cognitiva, producida cuando la mente se concentra en redactar un mensaje, y manual, por el hecho de teclear en la pantalla. “Esto se traduce en un incremento en el tiempo de reacción ante cualquier eventualidad, cambios inesperados de carril, dificultad para frenar a tiempo o reducción de la capacidad auditiva, visual y psíquica, de forma que se multiplica por 23 la posibilidad de accidente”, según advierte la Asociación Americana de Automovilismo.
Casi una tercera parte de los accidentes mortales en carretera tienen que ver con momentos de distracción al volante, y una de las principales razones de esas distracciones provienen del smartphone, que nunca dejan de llamar nuestra atención desesperadamente. Casi producen la misma mortalidad que los accidentes relacionados con conductores ebrios. “Tratamos de difundir la idea de que si es posible que dejemos de utilizar el teléfono durante la hora y media que dura una película en el cine, también podemos hacer un uso racional de la tecnología al volante”, añade Valle.
Ni siquiera es necesario apagarlo, porque, según afirma esta responsable, el móvil puede ser útil en carretera en funciones como el GPS o para llamar en caso de emergencia. Basta con ponerlo en modo “no molestar” o similar. Pero el uso del WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería instantánea hace que aumente la probabilidad de accidente un 134%. Sin embargo, un 43% de los jóvenes lo utiliza en el coche. Además de en cines, la campaña también se desarrolla en las redes sociales de las entidades promotoras.
"Los jóvenes sufren el 'efecto Superman': piensan que lo pueden todo y que nada puede sucederles", Sergi Loughney, director de la Fundación Abertis.
“Los jóvenes padecen lo que se llama el efecto Superman, es decir, pensar que lo pueden todo y que nada les va a pasar”, explica Sergi Loughney, director de la Fundación Abertis, dedicada a dar respuesta al impacto generado por la actividad del Grupo Abertis, que se ocupa de la gestión de autopistas y, por tanto, muy activa en el campo de la seguridad vial, además de otros ámbitos como el medioambiente o la cultura. “Hasta que un día les pasa algo”, remacha Loughney.
La Fundación Abertis lleva a cabo acciones similares en discotecas. En este caso, en relación con el uso de drogas o alcohol a la hora de conducir. En mitad de la noche, en mitad de la fiesta, algunas discotecas de España paran la música y ponen el spot dedicado a tal fin. “Al principio a los chavales les incomoda, y silban, pero al final del spot acaban emocionados y aplaudiendo”, dice el director. Asegura que, cuando se lleva a cabo esta acción, la demanda de taxis se incrementa un 70%, como en un círculo virtuoso. “No queremos que la gente no se divierta, sino que lo haga con responsabilidad”, dice Loughney. “Vemos que la presente campaña, #puedoesperar está llegando mucho, tanto a la cabeza como al corazón de aquellos que la ven”.
Dialogando por un buen uso de la tecnología
La tecnología nos aporta muchas ventajas, pero nos ofrece algunos retos si no la usamos de manera adecuada. "La clave es aprender a utilizarla de forma responsable", dice Paula Valle. La plataforma Dialogando (www.dialogando.com), de Movistar, trata precisamente de hacernos reflexionar a los adultos y, por extensión, a los más jóvenes sobre el uso que estamos haciendo de los dispositivos conectados. Algunos de los problemas con los que hay que lidiar en la actualidad son el sexting –conversaciones sexuales por mensajería–, el grooming –casos en los que un adulto se hace pasar por un joven para abusar de él–, la adicción al móvil, el ciberbullying, la privacidad o la hiperconexión, entre otros.
Desde la dirección de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica se esfuerzan en paliar estas malas prácticas. En uno de sus proyectos, por ejemplo, trabajan junto a sus proveedores para que los sistemas operativos de los dispositivos incluyan por defecto herramientas –llamadas de Bienestar Digital– que nos ayuden a ser más conscientes del uso que hacemos de nuestros teléfonos móviles. “Te avisan, por ejemplo, del tiempo que llevas utilizando algunas apps de mensajería instantánea o redes sociales, explica Paula Valle.