Lencería sin tabúes
La madrileña Translingerie fabrica ropa interior que distribuye por internet
Silvia Matos empezó estudiando turismo porque su padre le dijo que tenía que hacer “una carrera como un hombre”. Poco después se mudó a Madrid a perseguir su sueño de ser diseñadora de moda. Tras años de estudio y dificultad para encontrar trabajo por ser transexual, inició en 2014 su propia empresa de lencería para personas trans. “Translingerie surgió como una necesidad mía”, cuenta la canaria, de 31 años. “Empecé a hacer la transición de hombre a mujer en 2009 y buscaba páginas web que vendieran productos que se adaptaran a mis necesidades. Es decir, una prenda que me agarrara el pene y que me permitiera usar ropa ajustada y que no se notara”, explica.
Ante la falta de oferta, la diseñadora empezó a hacer su propia ropa interior, lo que en pocos años se convirtió en un negocio. Cuenta actualmente con más de 150 productos en la página web de Translingerie, donde vende de forma online más de 400 prendas mensuales. Para los hombres, propone principalmente camisetas que comprimen los pechos del usuario para dejarlo completamente planos, mientras que para ellas, Matos ofrece una braga que ayuda a disimular el miembro.
La mayor parte de las prendas se realizan a pedido —hacen envíos a todo el mundo—, pero también venden al por mayor a través de páginas web en Francia, Reino Unido y Alemania. El precio varía entre los 20 y los 80 euros la prenda, lo que ha generado una —por ahora— modesta facturación de 30.000 euros en 2018. Actualmente la canaria cuenta con la ayuda de dos trabajadoras, pero ya baraja la idea de llevar la producción a Marruecos o Portugal para abaratar costes y producir en cadena.
Matos no descarta abrir una tienda física en un futuro próximo, pero no planea hacerla en España por los altos precios de alquiler y los tabúes que persisten sobre el colectivo. “Nadie se atreve a abrir una tienda en la calle que venda ropa para trans porque muy poca personas se van a meter”, apunta. En su lugar, a ella le gustaría abrir un local en otras capitales europeas como París o Londres.
Por el momento se conforma con crecer a través del canal digital y busca la posibilidad de ampliar su negocio a través de comerciales que distribuyan la lencería más allá de internet, en especial para llegar a muchas prostitutas que, como detalla, son clientas de sus productos.
Sus aspiraciones de negocio no se limitan a la ropa. Matos tiene previsto crear una agencia de modelos trans. La apertura, según la diseñadora, es inminente y probablemente se realizará antes de octubre, a tiempo para su primer desfile de modas en la capital que vio nacer su marca, Madrid.
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