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Un proyecto deSantander

¿Se podrá ir de Erasmus a Londres tras el Brexit?

Más de 4.500 jóvenes erasmus, 8.700 estudiantes de carreras o postgrados y 4.400 empleados españoles en universidades británicas esperan con inquietud, de aquí a octubre, el desenlace final

City Hall, en la ribera del Támesis.
City Hall, en la ribera del Támesis.iStock

Para la comunidad universitaria española, un programa de intercambios académicos o proyectos de investigación sin el Reino Unido sería, en términos futbolísticos, como una Copa del Mundo de fútbol sin la presencia de Brasil. Bajo este símil balompédico se disputa una nueva prórroga en el ámbito del Brexit con el 31 de octubre como fecha señalada en rojo. Si para entonces no hay acuerdo, el Reino Unido saldría automáticamente de la UE.

Junto a EE UU, el Reino Unido dispone del sistema universitario más prestigioso del mundo. Las cifras son concluyentes. Hay 4.570 estudiantes españoles del programa Erasmus+ en universidades del Reino Unido, segundo país receptor de nuestros jóvenes. Más de 8.700 estudiantes españoles cursan carreras o postgrados en este país y las universidades británicas en su conjunto emplean a más de 4.400 ciudadanos españoles. Existen, además, incontables proyectos de investigación en común.

“Aunque no me gusta la palabra, una salida no pactada del Reino Unido sería un precipicio; nadie sabe las consecuencias. Pero creo que cuando se solicitan varias prórrogas es que se busca una salida pactada, lo mejor en este contexto. Hay incertidumbre, pero quiero enviar un mensaje de tranquilidad”, afirma Josep Maria Garrell, miembro del Comité Permanente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE).

“Hay incertidumbre, pero es necesario un mensaje de tranquilidad. Las prórrogas buscan una solución con acuerdo”, dice la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas

¿Qué pasa con los proyectos en marcha?

Ante un escenario de Brexit duro, la Comisión Europea y el Gobierno español han aprobado una serie de medidas de contingencia para no perturbar los programas de movilidad estudiantil ya iniciados.

Pero la incertidumbre cala hondo. “Hace años que tenía intención de pedir beca para ir a estudiar a Inglaterra. Pero desde el Brexit no estoy tan segura”, dice Valeria Espinosa Zayats. Según esta estudiante de segundo de Filosofía de la Universidad Complutense, “no sé qué trabas tendré en el futuro para un visado de estudiante o permiso de residencia, y antes de perderme en algún laberinto incierto, quizá sea más sencillo mirar opciones en otros países de la UE”.

En este contexto, Josep Maria Garrell, también rector de la Universidad Ramon Llull, se hace la pregunta clave: “Si al final el Brexit es no pactado, ¿qué va a pasar con las movilidades del segundo cuatrimestre del curso 2019-2020? ¿O con el 2021? ¿O con los proyectos de investigación? Si de la noche a la mañana el Reino Unido deja de ser socio de la UE, cualquier proyecto en curso con participación de alguna de sus universidades dejaría de contar con fondos europeos”, apunta.

“Luego están los permisos de residencia o las matrículas. En el momento en el que los estudiantes españoles pierdan la condición de comunitarios, ¿qué va a ocurrir? A mí lo que más me preocupa es la incertidumbre de no podernos preparar para una fecha y un escenario concreto”, añade.

"Si de la noche a la mañana el Reino Unido deja de ser socio de la UE, cualquier proyecto en curso con participación de alguna de sus universidades dejaría de contar con fondos europeos”, apunta el rector de la Universidad Ramon Llull

Los precios tras la ‘separación’

Gonzalo Capellán, consejero de Educación de la Embajada de España en el Reino Unido, señala que el coste de un máster podría pasar de 9.000 a 30.000 libras en caso de una salida sin acuerdo. “En los últimos 10 años”, añade, “el Reino Unido ha sido el principal destino de jóvenes españoles muy cualificados. Buscan trabajo, financian sus estudios y aprenden el idioma”. El Brexit duro rompería por completo este planteamiento.

En España hay un alto grado de inquietud. ¿Y en el Reino Unido? Universities UK es el equivalente británico a la Conferencia de Rectores en España: “Allí hay preocupación absoluta”, interviene Josep Maria Garrell. “Nosotros estamos inquietos por las movilidades y por los proyectos de investigación. Pero allí la preocupación se multiplica por cien; afectaría a todo”. No es para menos: se calcula que hay 130.000 estudiantes de la UE en el Reino Unido y 50.000 personas de países comunitarios trabajando en la administración y servicios universitarios.

“La inmensa mayoría de la universidad británica no es partidaria del Brexit y considera que la salida de la UE solo perjudica”, apunta Garrell. En último extremo, “el Reino Unido saldría de la UE, pero no de Europa. Que tenga una condición legal y económica distinta no significa que las relaciones bilaterales académico-científicas vayan a desaparecer. No se van a acabar los lazos entre universidades de ambos países y las distintas conferencias de rectores impulsaremos las relaciones bilaterales con los instrumentos que tengamos”.

Los planes de contingencia

Respecto al nuevo gobierno, el miembro del comité permanente de la CRUE tiene un mensaje: "Que nos tenga muy presentes. En caso de un Brexit duro, el de la universidad seguramente no va a entrar en el top 5 de prioridades frente a preocupaciones como fronteras o aranceles. Pero hasta ahora el ministerio siempre nos ha tenido muy presentes. Hay que aclarar que los gobiernos de cada estado miembro de la UE no pueden hacer pactos individuales que mejoren las condiciones del Brexit; quien negocia en nombre de todos es la Comisión Europea. Lo que sí están haciendo los distintos países son planes de contingencia unilaterales para mitigar los efectos de un Brexit duro".

De momento, el gobierno español aprobó el 2 de marzo un Real Decreto Ley que contempla la residencia legal de los estudiantes británicos después del momento de la retirada de su país de la UE y que garantiza la homologación de títulos británicos hasta el momento de la retirada. A partir de entonces, y aunque nadie sabe qué va a pasar, sí hay una cosa clara: todo será distinto.

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