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El emprendedor que vendía en mercadillos y ahora factura tres millones

Tras quedarse en paro, Silverio Ros empezó en la venta ambulante y ahora dirige Pianno39

Silverio Ros, con productos de Pianno39. 
Silverio Ros, con productos de Pianno39. 

Silverio Ros se quedó en paro en 2009 tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Trabajaba en una planta de hormigón en Callosa del Segura (Alicante). Su familia tenía deudas con Hacienda y los bancos. Para salir adelante, Ros decidió empezar a vender ropa en el mercadillo de Torrevieja. Aquel fue el principio de una pequeña tienda local, Pianno39. Hoy distribuye ropa de mujer y zapatos en España, Portugal e Italia. El año pasado facturó algo más de tres millones de euros con un beneficio de 4.600 euros.

“Empecé en el mercadillo sin puesto fijo”, explica Ros. Se hacía con los productos de proveedores chinos de polígonos industriales de la zona y vendía bañadores, vestidos para la playa… El siguiente paso fue instalarse en un local comercial en el que su madre vendía ropa, pero casi sin actividad. A finales de 2009 abrió un perfil de Facebook y pagaba pequeñas cantidades (desde cinco euros) para que la red social promocionase sus publicaciones. Facturaban entre 2.000 y 4.000 euros al mes y los únicos empleados eran él mismo y su madre.

El punto de inflexión llegó en 2015. “De lo poco que íbamos vendiendo, ahorraba y lo reinvertía en publicidad, en ampliar el catálogo y en mejorar la web”. Empezaron a llegar más pedidos gracias al boca a boca y las redes sociales. Dejaron la tienda de 30 metros cuadrados en la que habían empezado y se mudaron a una de 500. Ampliaron el equipo, que entonces tenía cinco empleados, y hoy son más de 50 personas. Venden más de 1.800 artículos al día. “Utilicé las redes para hacer publicaciones de nicho, dirigidas a un público exclusivamente femenino”, afirma. Sus seguidores ahora mismo en Facebook superan el millón. También han aprendido a moverse como pez en el agua con el perfil de Instagram.

“Todo ha pasado de golpe y muy rápido, en tres años hemos dado un salto espectacular, sin inversores ni ayuda externa”, afirma Ros. Aparte de las redes sociales, otra clave del éxito es la atención al cliente. “La idea es llevar las relaciones humanas que se dan en el mercadillo al mundo online”. Atienden ellos mismos las dudas o reclamaciones de los clientes por teléfono. Los precios ajustados son otro pilar del negocio. “Ponemos precios baratos porque no nos importa tanto el margen de beneficio”, afirma. Las ganancias son bajas en comparación con su facturación, porque reinvierten gran parte de ellas en mejorar su plataforma de venta y en publicidad en redes sociales.

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