Un plato que absorbe la grasa por 15 euros
Jóvenes ingenieros del País Vasco comercializan un sistema para que la comida pierda parte de sus calorías
Aitor, Sheila, Iñigo, Ainoa, Marc y así hasta 15 nombres eran compañeros y miembros del departamento de investigación en la Escuela Superior Técnica de Ingeniería Industrial de Universidad del País Vasco en Bilbao. Eran amigos también de la cocina, de los guisos potentes, pero a la vez estaban preocupados por disfrutar de otras comidas más saludables.
Es por lo que en 2016, cuando desde la universidad se les pide una propuesta sobre el desarrollo de un proyecto de investigación, en lugar de hacerlo sobre motores o maquinaria de precisión optaron por nuevas tecnologías que pudieran contribuir a una alimentación saludable. “Pensamos que muchas personas no están dispuestas a cambiar sus hábitos de comidas o el cocinado de las mismas. Creímos que la solución era cambiar sus platos”, señala Ander Méndez, director del proyecto.
Así se gestó el nacimiento de un plato diseñado, investigado, desarrollado y patentado como Sistema Hola, capaz de absorber parte de la grasa y aceite de una comida que, según sus inventores, puede suponer un ahorro de hasta un 30% de las calorías existentes en la misma, un total de entre 100 y 200 calorías menos para el cuerpo, sin modificar los sabores. La investigación, apunta el director, “se basó en las aportaciones de los 15 compañeros que nos embarcamos en el proyecto”.
Esponjas de mar
El mecanismo utilizado para el desarrollo de esta tecnología está inspirado en las esponjas de mar y en los kamon de la cultura nipona. “Los kamon son insignias monocromáticas compuestas por siluetas cuyas proporciones representan la esencia del diseño japonés”, aseguran en la empresa. Por su parte las esponjas, indica Ander Méndez, son animales que viven sin trabajar. “Se limitan a estar paradas, se alimentan filtrando el agua y el oxígeno por los poros y los canales de su estructura”.
Siguiendo ese modelo, los investigadores de la universidad vasca, todos ellos en la veintena, desarrollaron durante dos años estudios para conseguir una tecnología que absorbiera las grasas y los aceites de cualquier comida considerada no saludable. Esos trabajos se concretaron en una superficie que se utilizara como base de cada plato, compuesta por unos 1.500 poros, capaces de separar las grasas de los alimentos y filtrarlos teniendo en cuenta las diferentes densidades de cada tipo de aceite. La absorción, según el director, no supone ninguna dificultad añadida a la hora de limpiar esas 1.500 cavidades de cada plato, para lo que se pueden utilizar los sistemas de lavado habitual de las vajillas.
Con la tecnología, el grupo de investigadores pasó a la constitución de la empresa Hola Dinnerware. Recibieron premios en España y fuera, y dispusieron de ayudas para dar los primeros pasos desde el Ayuntamiento de Getxto y fundamentalmente de la Diputación Foral de Bizkaia.
Al principio intentaron fabricar en España. Sin embargo, las conversaciones no llegaron a buen fin ante las dificultades que les planteaban desde industrias. Primero, porque consideraban que se trataba de una iniciativa con una tirada escasa, pero, sobre todo, por la dificultad y la complejidad del rediseño de ese plato en cerámica. Cerradas esas puertas, desde la empresa buscaron salidas para su fabricación en el exterior. Finalmente, en la actualidad los platos Hola se producen en dos plantas, una en China y otra en el norte de Alemania.
Las primeras unidades se pusieron en los mercados el pasado 1 de enero. Según los datos manejados por la empresa, hasta la fecha se han comercializado más de 10.000 unidades a unos precios medios de 15 euros y la sociedad ha tenido una facturación de más de 100.000 euros. Los fundadores son socios y algunos trabajan en el proyecto. La comercialización de los platos se hace especialmente en España, sobre todo en establecimientos más especializados que van desde tiendas de dietética a las parafarmacias. El objetivo a medio plazo es exportar el producto al resto de los países comunitarios en los mismos establecimientos. Con su invento, los emprendedores quieren ayudar a que la población tenga una alimentación equilibrada pero advierten que no hacen milagros. “Es importante hacer ejercicio y planificar la dieta para perder peso”, dicen.
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