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España es el segundo país de la OCDE con las herencias más altas

Estas cifras se explican en gran medida por la importante inversión que han hecho los hogares españoles en vivienda

Antonio Maqueda
La importante inversión de los españoles en vivienda explica los datos de herencias.
La importante inversión de los españoles en vivienda explica los datos de herencias. getty

Ciudadanos propuso la semana pasada en el Congreso la eliminación del impuesto de sucesiones porque, según dice, es un tributo sobre las clases medias. Aunque la iniciativa contaba con el apoyo del PP, esta fue rechazada. En medio del debate, un estudio de la OCDE publicado este mismo año concluye que las herencias contribuyen a la desigualdad económica y reducen la movilidad social. Es más, con datos de 2015 recabados de 18 países, España es el segundo país donde las herencias y donaciones son más altas, solo superado por Austria y seguido de cerca por Italia. La cantidad media supera los 105.000 euros. Según los expertos, estas cifras se explican en gran medida por la importante inversión que han hecho los hogares españoles en vivienda.

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De acuerdo con este estudio, en España aproximadamente un tercio de las familias ha recibido una herencia o donación, un porcentaje en la media de la OCDE, el organismo que agrupa a los países desarrollados. Este hecho ya eleva de por sí la desigualdad entre los que heredan y los que no.

No obstante, el informe de la OCDE intenta ir un paso más allá. Hecho público recientemente y enmarcado en sus estudios sobre desigualdad, los autores pretenden examinar el efecto de las herencias y donaciones sobre la desigualdad de riqueza y, en general, sobre la movilidad social. “¿Reciben las herencias y donaciones predominantemente aquellos que tienen mayores ventajas económicas?”, se preguntan. Y la conclusión es que sí: “En todos los países, los hogares con mayores ingresos tienen más probabilidades de haber recibido una herencia o donación, si bien la extensión en la que esto sucede varía considerablemente entre países”.

De hecho, en algunos países del sur de Europa, entre los que destaca España, “la relación entre los ingresos y las probabilidades de recibir una herencia es mucho más débil”. Mientras que en España el 20% con más renta tiene una probabilidad de heredar del 36%, en el quintil (la quinta parte de una población estadística ordenada de menor a mayor en alguna característica de esta) con menos ingresos la probabilidad de obtener una herencia o donación es del 34%. Es decir, la brecha justo en este indicador se antoja bastante escasa. Parece que la apuesta generalizada por la vivienda en propiedad puede haber desempeñado un papel muy importante. Estudios como los del Banco de España siempre han indicado que los hogares con menores ingresos también han comprado casa, y esa particularidad ha servido para que los españoles figuren bastante mejor en cualquier ranking de riqueza.

Aunque también cabe una explicación añadida: “Cuanto más renta tienen, más dedican los hogares a la planificación fiscal. Podría suceder que los que tienen mayores ingresos sean más capaces de transmitir su riqueza eludiendo la herencia”, apunta Jorge Onrubia, profesor de Hacienda Pública de la Universidad Complutense e investigador asociado de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada).

Aun así, “incluso en los países donde la relación entre los ingresos y la probabilidad de recibir la herencia es más débil, el valor de esa herencia es considerablemente más elevado para los hogares de rentas altas”. Y señala en concreto el caso de España, donde la herencia media de los hogares en el 20% más alto de renta alcanza los 179.200 dólares (158.000 euros) frente a los 47.700 dólares (42.000 euros) que se embolsa el quintil con menos renta. Esto es unas cuatro veces más, una proporción que se sitúa en la media de la OCDE. “Indica un fuerte vínculo entre los ingresos actuales y la cantidad que pueden heredar (y, en consecuencia, la riqueza de su padres y otros familiares), implicando bajos niveles de movilidad intergeneracional”, concluye el estudio en referencia a los países del sur, incluido España.

Más cuanto más rico

La desigualdad que provocan las herencias y donaciones resulta mucho más evidente si se analizan los datos en función de la riqueza acumulada por las familias en lugar de solo por los ingresos. O lo que es lo mismo: a la pregunta de si por ser más rico se tiene más probabilidades de haber heredado y se hereda más, la respuesta, aunque lógica, es que sí. “La relación es mucho más fuerte que con los ingresos”, añade el informe.

En el 20% con más patrimonio hay cuatro veces más probabilidades de haber ingresado una herencia que en el grupo más pobre, afirman los investigadores de la OCDE.

En España este último dato es similar. Ahora bien, entre los españoles la mayor desigualdad radica sobre todo en las cantidades heredadas. La brecha entre lo que ingresan ricos y pobres es una de las mayores observadas en el estudio: mientras que el quintil superior hereda en promedio unos 350.000 euros, el 20% con menos patrimonio apenas recibe unos 10.000 euros. Desde esta perspectiva, la desigualdad en España adquiere cotas mucho mayores.

A la luz de estas cifras, muchos expertos ven necesario el impuesto de sucesiones. “No es presentable que el Estado se haya olvidado del diseño legal del impuesto de sucesiones en España desde la década de los ochenta. Parece absurda esta competencia fiscal entre comunidades y que haya sitios donde el impuesto pueda llegar a ser confiscatorio y otros donde está casi completamente bonificado”, explica Onrubia.

Tras haber desarrollado una fuerte competencia fiscal entre regiones, Canadá es uno de los pocos países que ha suprimido esta figura. Se hizo porque estaba en manos de las provincias, recuerda Onrubia. Por el contrario, en Estados Unidos el debate versa ahora sobre si las herencias resultan más bien un lastre para la meritocracia.

Los herederos cada vez son más viejos

El trabajo de la OCDE destaca que las herencias y donaciones han aumentado considerablemente durante las décadas más recientes, conforme las generaciones mayores acumulan mucha más riqueza que pueden dejar luego a las cohortes más jóvenes.

También subraya que muchos de los que se embolsarán una herencia no lo harán “hasta relativamente tarde en la vida”, debido a la cada vez mayor esperanza de vida. Según una proyección realizada en Reino Unido y que recoge el estudio de la OCDE, aquellos británicos que tengan entre 20 y 35 años no heredarán hasta los 61, muy cerca ya de su jubilación. Según los cálculos del organismo, la edad más frecuente para recibir una herencia ya se sitúa en la franja entre 55 y 65 años. Lógicamente, cuanto mayor es el cabeza de familia, mayor es la probabilidad de haber obtenido una herencia.

Las diferencias en desigualdad dependen, en parte, de en qué medida el heredero usa el patrimonio transmitido para ahorrar en vez de emplearlo para financiar consumo, dice el papel. Y añade que eso a su vez está muy condicionado por la renta del heredero, la edad cuando se recibe, la educación o la formación familiar. O dicho de otro modo: las herencias también pueden dilapidarse.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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