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Surjit Bhalla / Economista y asesor del primer ministro de India

“India ha hecho más reformas en los últimos cuatro años que en 40”

Surjit Bhalla forma parte del consejo de sabios creado para impulsar el desarrollo económico del país

Thiago Ferrer Morini
El economista indio Surjit Bhalla.
El economista indio Surjit Bhalla.JULIÁN ROJAS

En 1980, la renta per capita en dólares constantes de China era algo más de la mitad de India. En 2017, según el FMI, era más del doble. A punto de sobrepasar a su gran rival asiático en población (si no lo ha hecho ya), el Gobierno del primer ministro Narendra Modi aspira a que India imite y mejore su espectacular evolución económica. Para ello Modi ha fundado un consejo de sabios del que forma parte el economista Surjit Bhalla. Nacido en Nueva Delhi en 1948, el mismo año que la India independiente, Bhalla estuvo en Madrid para participar en el programa del Foro de Liderazgo de IE.

Pregunta. El año que viene hay elecciones. El BJP [el partido de Modi] sabe por experiencia que los buenos datos macroeconómicos por sí solos no bastan para ganar. ¿Qué importante va a ser la economía en la campaña y qué puede vender Modi al electorado como señal de éxito económico?

Respuesta. La única oportunidad que tiene la oposición es vender que, desde un punto de vista económico, las cosas no han cambiado. Y creo que hay que decir que en este Gobierno se han llevado a cabo más reformas económicas que en los últimos 40 años. Lo primero, la inflación, que daña con mayor dureza a los pobres. Durante el Gobierno anterior había llegado a niveles que ni siquiera se registraron durante las crisis del petróleo de los años setenta. Ahora ha pasado del 9,5% al 4%. La desmonetización [en noviembre de 2016, el Gobierno de Modi retiró por sorpresa de circulación los billetes de 500 y 1.000 rupias] recibió muchas críticas, pero ha permitido un ascenso drástico de los ingresos fiscales. La implantación de un impuesto al consumo federal también está transformando al país. Se ha empezado a reformar la agricultura, un paso importante en países como China y que en India nunca se había llevado a cabo. Obviamente, la corrupción no ha desaparecido, pero en los más altos escalones del Estado ahora ya es prácticamente inexistente. Creo que Modi puede y debe ir con todos estos méritos a la campaña electoral.

P. ¿Cómo afectan todas estas reformas al ciudadano de a pie?

R. Aparte de la inflación, está la reforma de ciertos subsidios, como el agrícola, que era uno de los más corruptos del mundo. La gente más pobre tiene un móvil, una cuenta bancaria y una tarjeta de identidad biométrica, por lo que se puede controlar de forma mucho más eficiente quién recibe ayudas. Están la política de viviendas, la de infraestructuras… y, finalmente, los efectos en el empleo, que habrá que ver, porque los datos son contradictorios. Creo que cuando llegue la campaña habrá quedado más claro.

P. ¿Qué implican todas estas reformas para el país?

“Creo que de las cinco instituciones más corruptas del mundo, cuatro son indias”

R. Hay que tener en cuenta que partíamos de una cultura económica de inspiración socialista, sospechosa del capitalismo y de la inversión externa, y en la que los expertos del Gobierno eran los que, supuestamente, sabían qué había que hacer y cómo tenía que funcionar la economía. Ni siquiera teníamos una ley de bancarrotas. Esa mentalidad está empezando a cambiar. Yo lo comparo a una cebolla: quitas una capa y te echas a llorar; quitas otra capa… En China lo hicieron mucho más rápido de lo que lo estamos haciendo nosotros. Y hasta ahora, siempre que te encontrabas con alguien indio y le preguntabas sobre la diferencia entre China e India, invariablemente la respuesta era, “bueno, es que China es una dictadura, nosotros somos un país democrático, y, claro, está la oposición, están los sindicatos, está la prensa, nunca es tan fácil”. Por mi parte, nunca me lo he creído: siempre he defendido que la democracia es un impulso al crecimiento, no un impedimento. Pero ha cambiado la mentalidad: ahora la respuesta es “si China lo puede hacer, nosotros también”. Eso es lo realmente importante. Y, posiblemente, el cambio más significativo que he visto en India en mi vida.

P. ¿Cuál ha sido la respuesta de los inversores a todos estos cambios?

R. Hay que tener en cuenta que este es el primer Gobierno de India que se ha puesto como objetivo declarado el mejorar la posición del país en el índice Doing Business del Banco Mundial. La inversión internacional, tanto directa como a través de la compra de bonos, está a niveles nunca vistos. No hay duda de que el apetito inversor es alto y los inversores están votando con los pies: el mercado bursátil está evolucionando muy bien. No obstante, los tipos de interés están más altos de lo que debería ser, y la inversión extranjera en el mercado de bonos está fuertemente controlada por el Gobierno.

P. La combinación entre burocracia y corrupción ha sido tradicionalmente uno de los grandes factores negativos de la economía india. ¿Qué se está haciendo para reducir esta situación?

R. Seamos muy objetivos: creo que cuatro de las cinco instituciones más corruptas del mundo son indias; la quinta es la FIFA. Hay corruptos entre los políticos, entre los burócratas y entre los que implementan las decisiones. Como le dije antes, en la burocracia ha disminuido de forma significativa, y en los niveles más altos de la política ha prácticamente desaparecido. En suma, la corrupción sigue siendo muy alta, pero ahora es significativamente menor.

“Se dice que India va atrasada con respecto a China porque es una democracia; no lo creo”

P. ¿Y qué se puede hacer para que siga bajando?

R. Más de lo mismo. Hay muchos casos que están dando señales muy fuertes a la gente de que la corrupción se está combatiendo con más fuerza que antes.

P. Otra de las dudas de los inversores internacionales está en el nivel de las infraestructuras para la exportación, en especial los puertos. ¿Qué iniciativas hay?

R. Usted lo ha dicho: especialmente los puertos. Privatizar y llevar los puertos al mercado es, posiblemente, la prioridad número uno de la política de infraestructuras del Gobierno. Porque ha habido muchas mejoras en la electrificación del país, se están construyendo muchas carreteras, metros, aeropuertos… Todo eso se está haciendo; lo que queda por hacer, sobre todo, son los puertos. Otra mejora en la red logística ha sido la implantación del impuesto federal al consumo. Porque antes, cada vez que un camión cruzaba la frontera entre un Estado de India y otro, tenía que pasar por un puesto de control fiscal. Y eso no solo provocaba pérdidas de tiempo, sino que también daba margen para muchísima corrupción.

P. El desarrollo del sector agrícola también es uno de los temas más complicados.

R. Estoy seguro de que si hacemos una lista de políticas agríco­las erróneas, India ha aplicado alguna vez todas y cada una de ellas. Ahora mismo, por ejemplo, el productor de grano no lo puede vender a alguien de un Estado distinto. Y las soluciones están ahí: aplicar los principios sencillos del mercado, como se hace en todo el mundo. Y solo hace falta voluntad política. 

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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