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Si la nieve se convierte en tu pesadilla, ¿puedes reclamar al seguro?

Las pólizas cubren muchos daños provocados por una nevada tanto en el hogar como durante una actividad deportiva, pero hay limitaciones que es mejor tener en cuenta

Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias liberan vehículos atrapados en la AP6
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias liberan vehículos atrapados en la AP6 Luismi Ortiz (EFE)

Navidad, vacaciones, deporte, juego... son solo algunas de las palabras a las que se suele asociar la nieve. Este fenómeno meteorológico típico de la estación invernal puede ser sinónimo de algo agradable. Los frentes fríos que embistieron la península estos últimos días y las nevadas que conllevaron, sin embargo, nos recuerdan que esta precipitación puede ser también fuente de grandes —y, a veces, costosos— problemas. ¿El seguro puede ayudarnos a evitar que la nieve se convierta en nuestra pesadilla? ¿Qué cobertura será mejor tener en cuenta a la hora de asegurarnos por daños derivados de la nieve en la vivienda, el alquiler, un viaje o una actividad deportiva? ¿Qué reembolsos suelen excluir las aseguradoras? Para el director técnico de la correduría de seguros Lluch & Juelich Brokers, Carlos Lluch, todo es “cuestión de matices”.

Si el mantenimiento es insuficiente, el daño no estará cubierto

Si la meteorología afecta de forma diferente los distintos territorios y alturas de un país tan grande como España, no es de extrañar que la arquitectura se haya adaptado a ella ofreciendo a los hogares soluciones específicas contra los daños provocados por agentes atmosféricos. De esta manera, mientras en la zona mediterránea son comunes las terrazas llanas o los tejados árabes con escasa inclinación, en el norte la pendiente suele ser mayor. “Esa especialización constructiva limita los daños que pueden presentarse, con más intensidad pero muy poca frecuencia, en zonas que no están preparadas para eventos como las nevadas”, dice Lluch.

En cualquier caso, según este experto, en toda póliza de hogar se encontrará “una garantía de riesgos extensivos” en la que se mencionan los daños causados por viento, lluvia, pedrisco y nieve. “También la hallamos en seguros de edificios, comercios y empresas”, añade Lluch. Limitaciones y exclusiones no son muy típicas de la cobertura por nieve, al contrario de lo que ocurre en otras, pero hay que distinguir entre los daños por acumulación (peso, corrimiento, congelación, colapso) de aquellos provocados por el agua del deshielo. “Las filtraciones que esta pueda provocar no tendrán cobertura si el mantenimiento de la vivienda en cuestión resulta deficiente”, afirma este broker.

“Un día en una casa de Orient (Mallorca) el viento arrancó parte de la techumbre y del aislamiento y a continuación nevó”, rememora Lluch. En este caso el viento superó los 86 km/h, por lo que el daño estaba cubierto, pero la nieve lo agravó, al provocar severas filtraciones en la edificación. “Si el desprendimiento de la techumbre se hubiera producido por un viento de 50 km/h no habría habido cobertura de los daños por viento por mal estado de la cubierta y, como consecuencia, tampoco de los causados por la nieve, dado que el origen del daño no habría sido la nieve sino el viento”, indica.

Cuidado con las coberturas del alquiler ocasional

La garantía de riesgos extensivos por nieve no requiere ninguna cantidad mínima para aplicarse como sí ocurre en el caso de la lluvia o del viento. “No obstante, los daños proceden habitualmente de la presión causada por la cantidad de nieve depositada sobre una superficie, aquella que ejerce sobre muros de contención o el impacto de una masa que se desliza desde el tejado contra otro elemento constructivo”, aclara este experto. “Es natural que toda edificación tenga cierta capacidad de aguante salvo que esté en precario, por lo que el perfil del elemento dañado y su resistencia en estado optimo será el elemento de medida”. Por esta misma razón, el seguro descartará, entre otros, daños en toldos o cobertizos que no tienen capacidad portante, ya que no son aptos para resistir una nevada. Y, si no han sido protegidos, “estamos ante una negligencia del propietario”, afirma Lluch. El experto asegura que generalmente las pólizas excluyen también los bienes de la casa puestos en el exterior, como muebles de terraza y jardín.

En algunas zonas donde el frío invernal sea especialmente duro, Lluch aconseja comprobar si en el seguro de hogar, edificios, comercios y empresas hay una “cláusula de congelación de tuberías”. Además, “si vamos a alquilar una casa o nuestra casa va a ser alquilada por días, será mejor analizar bien la cobertura de nuestro seguro, puesto que muy pocos cubren estas dos situaciones ocasionales y ello puede conducir a pérdidas o responsabilidades muy importantes”, advierte. Para hacerse una idea de ello, basta con imaginar lo que supondría haber alquilado una vivienda junto a una estación de esquí para un fin de semana a través de una plataforma de alquiler vacacional, llegar a la población donde cae una gran nevada, con lo que las carreteras están cortadas y los inquilinos anteriores de la casa se quedan en la misma. De golpe, no tendríamos alojamiento, pese a haber pagado y reservado. ¿Cubrirán algo los seguros de la casa? “No”, zanja Lluch. “¿Y si dos días antes la nieve ha dañado la casa que tengo alquilada o, por ejemplo, congeló las tuberías haciendo inhabitable la vivienda?”, redunda.

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Seguro de viaje y accidente

Muchos de los que se van a la montaña en invierno a pasar sus vacaciones lo hacen para practicar deporte en la nieve o el hielo. A todos ellos, Lluch recomienda contratar un seguro de asistencia en viaje —ya sea para toda la temporada de esquí o para una salida ocasional—, especialmente si el destino se encuentra en el extranjero. “No estaría mal tampoco pensar en coberturas de accidentes personales; yo he sido repatriado a consecuencia de un accidente de deportes de invierno y sé de qué hablo”, agrega.

Estas pólizas, en su opinión, resolverán tanto situaciones temporales como permanentes, leves o de consecuencias dramáticas, y que pueden alterar el bienestar del usuario y comprometer su bolsillo. Desde el fallecimiento o la incapacidad, hasta la asistencia sanitaria, la repatriación, el envío de un acompañante, el reembolso de remontes, la cancelación del viaje, el retorno anticipado por siniestro o fallecimiento de un familiar, la gama de las coberturas es muy amplia. Las cuantías de cada garantía varían mucho de una a otra aseguradora y deben también variar en función del ámbito geográfico de la práctica del deporte.

Medir el riesgo para adaptar la póliza

“Algunos seguros ofrecen coberturas muy reducidas que serán poco útiles en escenarios reales como un rescate en helicóptero o una prótesis interna tras una fractura conminuta, que son carísimos”, señala Lluch, quien recomienda que cada usuario busque un asesoramiento adaptado a su caso concreto. “No hay recetas universales ya que no es lo mismo esquiar en pista que practicar el esquí alpino, las travesías o el heliesquí, ni es lo mismo hacerlo en España, en los Alpes o en Aspen”, asevera.

En cuanto a las pólizas que muchas estaciones incluyen con el pago del forfait, según Lluch, “solucionan más los problemas logísticos de un herido para la empresa que explota la pista que las necesidades globales del asegurado”. Este tipo de seguro garantiza el traslado al hospital más cercano así como la cobertura de los daños sufridos a consecuencia de un mal funcionamiento de los remontes. “Se suelen ofrecer extensiones opcionales que habitualmente garantizan la asistencia de un acompañante, la repatriación y el envío de un chófer para recuperar el auto que se quedó a pie de pistas así como la pérdida del coste de los remontes, pero por lo general, se excluye la práctica deportiva fuera de pistas abiertas o aquello que se considere conducta negligente”, aclara Lluch.

Acción judicial colectiva de la OCU

Y si una gran nevada nos atrapa durante muchas horas en una autopista, como les pasó a más de 3.000 vehículos en la AP-6 el pasado fin de semana, el seguro poco puede hacer, en palabras de Lluch. “Los seguros ordinarios podrán resolver algunas de las consecuencias (por ejemplo, daños en el vehículo), pero no todas”, admite. Mientras el fiscal jefe de Madrid, José Javier Polo, ha abierto una investigación para saber si del caos generado por la nevada se derivan responsabilidades civiles, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto en marcha una acción judicial colectiva a través de su página web “con el fin de que los afectados puedan reclamar tanto los daños materiales demostrables como los morales”, se lee en una nota. A la iniciativa se han apuntado ya más de mil personas, según datos de la organización.

“OCU recuerda la importancia de reclamar ante situaciones de este tipo, no sólo para que los damnificados consigan una indemnización por los daños sufridos, sino para conseguir que esta situación, que ya se ha producido en otras ocasiones, tenga consecuencias para los responsables y no vuelva a suceder”, concluye el comunicado.

Si te has quedado atrapado, ojo con esto

Ante la posibilidad de iniciar una acción judicial para reclamar los daños materiales y morales de la nevada que atrapó a miles de conductores en la AP-6 el pasado fin de semana, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda a los afectados conservar todas la pruebas.

• Serán útiles, según la OCU, tanto los tickets del peaje como el resguardo de la tarjeta que comprueba el pago

• No basta con conservar cuidadosamente los videos y las fotos de la escena, sino también la prueba de que esas imágenes se tomaron aquel día y en ese lugar. Normalmente los móviles permiten consultar ese detalle en la opción de propiedades o detalle.

• Si se repostó gasolina, es preciso conservar el ticket, el resguardo de la tarjeta o el extracto bancario que demuestre el pago.

• Si se llamó a los servicios de emergencia, guardia civil o policía, hay que hacer una captura de pantalla del registro, ya que las llamadas recientes del móvil se van borrando. Si la llamada ya ha desaparecido del móvil, también se puede acceder a este registro a través de la factura del teléfono.

• Guardar las conversaciones de whatsapp y las publicaciones en redes sociales, si se hicieron. Lo ideal, según la OCU, es sacar unos pantallazos y guardarlos en un lugar seguro para que no se eliminen ni se pierdan.

• Si se ha perdido dinero de alguna reserva que hubo que cancelar, no deshacerse ni de la reserva ni de la respuesta del establecimiento, si se tiene.

• Si el vehículo ha sufrido algún daño por estar atrapado en la nevada, solicitar la factura al taller o a la compañía de seguros.

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