Rebelión en el concesionario
La patronal de vendedores de coches y talleres celebra bajo un clima de bronca sus primeras elecciones tras 60 años de existencia
Posiblemente para una gran mayoría la palabra Ganvam suene a extraño. Pero si se aclara que bajo ese nombre se agrupan los concesionarios de coches, talleres de reparación y empresas de recambio desde 1957 (el acrónimo responde a las siglas de Grupo Autónomo Nacional de Vendedores de Automóviles, Camiones y Motocicletas); que cuenta con 7.500 afiliados, entre las que figuran sociedades afines como financieras, gestorías, seguros, peritaje, etc.; que dan empleo a unas 750.000 personas entre directos e indirectos y que mueve cerca del 3% del PIB, la cosa cobra una dimensión muy distinta. Además, Ganvam siempre ha estado en la retaguardia de la noticia, alejada de cualquier notoriedad en sus 60 años de vida.
Pero ese comportamiento empieza a ser pasado. Ganvam es noticia, está siendo noticia, porque por primera vez en su historia va a celebrar elecciones. Hasta la fecha, la presidencia ha sido asignada a dedo, siguiendo una tradición franquista que comenzó con el primer presidente, Luis de Carlos, el mismo que luego sería presidente del Real Madrid. Así llegó a ocupar el cargo Juan Antonio Sánchez Torres, fallecido el pasado mayo a los 83 años tras 19 al frente del gremio. Un patriarca que procedía de Mercedes Benz, que, además, formaba parte de las juntas directivas de CEOE, Cepyme y Confemetal.
Tras su fallecimiento, se daba por descontado que la costumbre continuaría. Se barajaron los nombres de Tomás Herrera Ricoy, director y secretario general, y Jaime Barea, director del departamento jurídico, considerado el delfín de Sánchez Torres, que aunque no son empresarios sí son miembros de la junta. Sin embargo, el supuesto consenso saltó por los aires cuando se fraguó una candidatura rebelde encabezada por José San José, propietario de Aysan Automóviles en Valladolid y miembro de la citada junta en los últimos siete años. Con San José también se han embarcado en la aventura otros dos vocales (Fernando Jesús Santiago Ollero y José Ramón Álvarez González).
El candidato oficial, Lorenzo Vidal de la Peña, intentó consesuar una lista conjunta sin éxito
La rebelión de estos tres vocales provocó una reacción airada entre los otros miembros de la junta, que han forjado otra candidatura en la que figuran los dos empleados citados. Sin embargo, ninguno de los dos, que sonaban para encabezarla, ha sido el elegido. Será el empresario cántabro y presidente de la CEOE de Cantabria, que es uno de los cuatro nuevos en la lista de la antigua junta, en la que figuran además cinco jubilados.
Las diferencias son notorias y amenazan con crear un cisma. Mientras Vidal de la Peña parece contar con el apoyo del aparato patronal, San José se escuda en el descontento que, en apariencia, es bastante generalizado. El empresario santanderino apareció como hombre de consenso después de que se postulase Barea como sucesor y le replicase también postulándose San José. Intentó unificar candidaturas, lo que para los contrarios, cuya lista tiene una media de edad de 48 años, no solucionaba “la renovación y democratización” y el objetivo que persiguen de quitar el halo de viejo sanedrín. Vidal de la Peña, después, ha declarado que la presidencia de Ganvam puede “caer en manos ajenas al sector, lo que tiraría por tierra lo que se ha hecho en todos estos años”.
Quizá la gran novedad que presenta San José es su intención de hacer una auditoría, lo que originó un maremoto en la junta actual, acostumbrada a otros modos. Probablemente la ejecución de una auditoría tenga mucho sentido después de tantos años de opacidad. En estos años, por ejemplo, Ganvam se ha metido en aventuras empresariales como contar con una SL (Interproauto) o una empresa de residuos (Ecosiss ALR), cuya existencia es bastante desconocida por los afiliados, al mismo tiempo que cuestionada por los que lo conocen. Asimismo, según el entorno de San José, la asociación tiene unos fondos de tres millones de euros, lo que no justifica que se hayan subido las cuotas.
El candidato San José propone hacer una auditoría y “democratizar” la organización
San José pretende recuperar socios (la afiliación ha caído de más de 10.000 a los 7.500 en los últimos años) y crear comisiones por sectores con presidentes de cada uno de ellos y con voz y voto en la junta, lo que entrañaría la reforma de los estatutos.
Un caballo de batalla, no obstante, está en la votación, prevista para el 10 de octubre y que ha recibido críticas. La convocatoria exige pedir antes del 29 de septiembre la inscripción en el censo y que el voto presencial sea solo en la sede de Madrid, y no en las capitales de provincia, que sería más cabal. Para el voto por correo se exige ejercerlo antes del 3 de octubre. En todo caso, se calcula que apenas votará el 10% del censo.
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