La carrera por los cielos de Asia
El mercado aéreo de la región más poblada del mundo se enfrenta al desafío del crecimiento a largo plazo
El eje del tráfico aéreo mundial se desplaza inexorablemente hacia Asia-Pacífico. Camino de convertirse en epicentro del mapa geopolítico y económico terrestre, la región también asciende vertiginosamente hacia la conquista de los cielos. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) predice que generará más de la mitad de nuevos pasajeros en dos décadas, con un 5,6% de crecimiento anual del número de viajeros. Mucho antes, en 2024, el organismo vaticina que China desbancará a Estados Unidos como el mayor mercado de pasajeros del planeta. Un pronóstico de altos vuelos que ya representa múltiples retos para una zona con profundas disparidades.
Varios motivos, pero sobre todo dos, han llevado a Asia-Pacífico hasta aquí: el fulgurante aumento de la capacidad adquisitiva de la población (es la región líder en crecimiento, que el Fondo Monetario Internacional calcula que será de un 5,5% en 2017, casi a la par que el de pasajeros) y la eclosión de aerolíneas de bajo coste (que ya representan un tercio del sector mundial). Volar no es lo que era para los residentes del continente asiático. Ahora es rápido, accesible, económico. "Además, al contrario que en Europa, que cuenta con una eficaz red ferroviaria de alta velocidad, Asia-Pacífico es una región separada por una enorme masa de agua. Esto hace que volar sea el modo más eficaz de desplazamiento entre muchas ciudades", indica Corrine Ping, consejera delegada de la consultora Crucial Perspective.
¿Qué está haciendo la región para hacer frente a la creciente demanda de desplazamientos? Una de las necesidades más apremiantes es el entrenamiento de pilotos. Airbus predice que la flota total de aviones en servicio pasará de los 6.100 disponibles hoy a casi 17.000 en 20 años. En consecuencia, el número de pilotos tendrá que aumentar de los 70.000 actuales a más de 200.000 dentro de dos décadas. "La necesidad de pilotos será muy intensa. Especialmente para aviones de fuselaje ancho. Estamos aquí para atender las necesidades del mercado", asegura Yann Lardet, director general del Centro de Entrenamiento de Airbus en Asia, ubicado en Singapur, el hub aéreo de la zona y donde Boeing también está presente. Inaugurado en abril de 2016, está llamado a ser el centro más grande en el mundo cuando opere a plenas capacidades en 2019. Su objetivo es entrenar a unos 10.000 pilotos cada año.
Como Airbus, Boeing tiene su propia base de entrenamiento también en Singapur, hub aéreo de la zona. Asia-Pacífico se ha convertido en una mina de oro para ambos, destino de 4 de cada 10 aviones nuevos que se vendan en los próximos 20 años.
Aunque algunos países, como China, parecen tener de momento músculo financiero para hacer frente al dispendio —según Boeing, la segunda economía mundial desembolsará hasta un billón de dólares para comprar más de 6.800 aviones en los próximos 20 años—, tanto el gigante asiático como otros países pueden verse en dificultades a la hora de continuar con el desenfrenado ritmo de gastos en el futuro. Una dinámica que se cuestiona que sea sostenible cuando las aerolíneas de bajo coste asiáticas tenderán a obtener menos beneficios por el aumento de la oferta, según IATA. Las grandes, entre otras cosas, se enfrentan a la competencia de las aerolíneas de Oriente Medio, que llevan tiempo expandiéndose en Asia.
Pero lograr pilotos y aviones no son los únicos retos. El aumento de la demanda ha sobrepasado la capacidad de algunos de los principales aeropuertos de la región. El de Bangkok, que en teoría puede acoger un máximo de 45 millones de pasajeros al año, recibió hasta 52 millones en 2015, resultando en interminables demoras y congestiones. La misma situación se repite en los de Yakarta o Manila. Los operadores trabajan contrarreloj para ampliar capacidad. China tiene previsto construir hasta 66 aeropuertos más en el próximo quinquenio. Mientras el segundo mercado, India, aspira a estrenar 50 aeródromos nuevos en la década venidera, aunque está muy retrasada. "Su falta de inversión en infraestructura supone un problema grave. Además, su industria aérea adolece de un exceso de regulación y capacidades", señala Richard Aboulafia, vicepresidente de Teal Group.
Los expertos consideran que, en general, la región está capacitada para asumir el reto, pero advierten que no puede bajar la guardia ante lo que le depara el futuro. Por algo muy simple. "Menos de un 10% de la población en Asia ha viajado en avión. Mientras la renta per capita continúe creciendo, más gente podrá permitirse volar", avanza Ping. En otras palabras, el viaje no ha hecho más que empezar.
China se estrena como fabricante
El gigante asiático es la "estrella" del sector aéreo asiático; no solo es su principal mercado, sino que es el mayor emisor de visitantes de la región. Además, China se ha estrenado como fabricante. El avión de pasajeros Comac C919 completó el pasado mayo su primer vuelo inaugural. Un "hito", subraya Richard Bitzinger, de la Universidad Tecnológica de Singapur, que, no obstante, "está muy lejos de poder retar a Airbus o Boeing. China ya lo ha intentado varias veces en el pasado y no ha logrado hacer mella en el duopolio".
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