El Supremo avala que el descanso del bocadillo no sea trabajo efectivo
Establece que la decisión de una empresa valenciana que dejó de considerar los 7,5 minutos que dejaba para este descanso no es un cambio sustancial de las condiciones de trabajo
La Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha dictado una sentencia en la que da la razón a la empresa Zumos Valencianos del Mediterráneo, ya que la decisión de dejar de considerar 7,5 minutos del "descanso para el bocadillo" como trabajo efectivo no supuso una modificación sustancial de las condiciones de trabajo.
El alto tribunal respalda así el cambio unilateral que introdujo la mencionada empresa en el calendario laboral de 2014, ya que, a su juicio, el hecho de que hasta entonces hubiese tolerado la recomendación prevista en el convenio colectivo de que 7,5 minutos de los 15 de descanso fijados para el bocadillo se contasen como tiempo de trabajo no era una condición más beneficiosa de trabajo.
La sentencia del Supremo aclara que, si hubiese sido al contrario, el empresario por su única voluntad no podría haber cambiado la consideración de dicho descanso como tiempo no trabajado y no podría aumentar los días de trabajo para incorporar ese tiempo no trabajado.
Según los hechos probados que se recogen en la sentencia, los delegados de personal de Zumos Valencianos del Mediterráneo presentaron en marzo de 2014 una propuesta de calendario en los mismos términos que los años anteriores y la empresa respondió con una contrapropuesta.
Exceso de jornada laboral
La diferencia entre ambas opciones radicaba en la consideración como tiempo de trabajo efectivo de los 15 minutos para el bocadillo en jornada continuada superior a 6 horas. La empresa no consideraba los 15 minutos como tiempo de trabajo efectivo; los sindicatos 7,5 minutos sí y los otros 7,5 minutos a cargo del trabajador, tal y como se había hecho hasta esa fecha.
Ante la falta de acuerdo, la compañía aplicó su propuesta, que suponía un exceso de jornada de 6,75 horas, las cuales cada trabajador podrá disfrutar cuando estimara conveniente, previa comunicación y aceptación por parte de la empresa.
La sentencia del Supremo explica que, como consecuencia del cambio de consideración de ese tiempo de descanso, la empresa tiene que realizar una adaptación de la distribución de la jornada anual para que se hagan las horas de trabajo efectivo, lo cual no constituye una modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Dicha adaptación, añade, entra dentro del poder de dirección del empresario, que ha fijado en 228,12 los días de trabajo, en lugar de los 224,5 que se trabajaban hasta el año 2014.
"No es que el empresario haya procedido a una modificación sustancial de las condiciones de trabajo de las que disfrutaba el trabajador, sino que las horas anuales no se han modificado; simplemente el empresario ha cesado en su tolerancia de considerar tiempo de trabajo los 7,5 minutos diarios de descanso para bocadillo y ha pasado a disponer que no cabe considerarlos tiempo de trabajo", subraya la Sala.
Revocada una sentencia del TSJCV
Así, el alto tribunal estima el recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por la empresa y revoca la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que entendió que se trataba de un incremento unilateral de la jornada y, por tanto, se tenía que haber acudido a la modificación sustancial de condiciones de trabajo del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores.
Con esta decisión, por tanto, se confirma la sentencia del Juzgado de lo Social número 11 de València que rechazó la demanda de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras del País Valenciano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.