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Istobal lava coches, camiones... y trenes

La empresa valenciana de túneles de lavado asume el reto del futuro: vehículos autónomos y compartidos

Sistema de lavado para trenes de la empresa Istobal, instalado para los ferrocarriles polacos.
Sistema de lavado para trenes de la empresa Istobal, instalado para los ferrocarriles polacos.

Pocos fabricantes mundiales hacen equipos de lavado para todos los vehículos del transporte terrestre, y menos aún los venden en todo el mundo. Istobal es uno de ellos, fabrica equipos de lavado para trenes, tranvías, metros, autocares, camiones, tractores y coches, y los instala en más de 75 países de los cinco continentes. En su sede de Valencia cuenta con 60 ingenieros para investigar y desarrollar nuevos equipos, mientras que en la de Francia se suma otra decena de profesionales especializados en trenes, tranvías y metros. Uno de sus objetivos es responder a los retos del coche autónomo y la evolución del cambio del mercado provocado por el coche compartido.

La Asociación Internacional de Lavado de Coches (ICA, por sus siglas en inglés) estudia la forma de cerrar la brecha tecnológica entre las industrias del automóvil y la del lavado de vehículos. El director general de ICA, Eric Wulf, asegura que algunas tecnologías no responden "el día a día de un cliente", y pone como ejemplo los sistemas anticolisión del coche autónomo, que le impiden rodar en un túnel de lavado.

No solo eso. Gerardo Yagüe, socio responsable de Financial Advisory para las comunidades de Valencia y Murcia, predice que "el pago por uso del coche cambiará el mercado de los equipos de lavado, hoy concentrado en las gasolineras. Cuando los alquiladores de coches se agiganten tendrán centros de lavado propios, y pedirán un servicio de mantenimiento, desde la revisión de las máquinas hasta la reposición de detergente, las 24 horas, los siete días de la semana. Servirlo será un reto y una oportunidad para los fabricantes con tamaño, tecnología y vocación de servicio" como Istobal, dado que el grueso de sus competidores españoles ingresa de uno a cinco millones de euros.

Istobal tiene una treintena de patentes y una tasa sobre ingresos para innovación superior a la media de la industria europea. Su centro de Valencia actualiza el catálogo constantemente. "Queremos mejorar la experiencia del consumidor con terminales de pago intuitivos, asistentes de lavado a medida, fragancias, o accesorios para el lavado de bicicletas o para el lavado en familia", explica Yolanda Tomás, CEO de Desarrollo de Producto de Istobal y miembro de la familia propietaria. Una de sus armas competitivas es la planta francesa, que acomete proyectos de ingeniería a medida para el lavado de trenes, metros y tranvías. "Hacemos pistas de lavado de más de 100 metros de largo, los trenes tienen unos 120 metros, y en algunos países superan los 400 metros. Apenas una docena de fabricantes nutren tal mercado en todo el mundo", explica Yolanda Tomás.

Sector sofisticado

Este sector es más sofisticado de lo que parece. "Hacemos máquinas automáticas muy complejas. Un puente de lavado medio tiene unos 2.000 componentes diferentes y alrededor de 14.000 piezas. Los túneles de lavado mucho más. Por eso también formamos a los técnicos de mantenimiento, tanto si son trabajadores de los clientes como si pertenecen a nuestra red de 60 distribuidores", explica Rafael Tomás, CEO de Desarrollo Corporativo de la empresa.

Con 124 millones de euros de ingresos en 2016, este fabricante valenciano es una multinacional con 14 filiales —10 de ellas comerciales—, y uno de los gigantes del mercado global. Istobal es líder en España, Francia, Nueva Zelanda, México, Turquía, Irlanda, Portugal, entre otros, y es pionero en Uganda y Senegal. "Vinieron a comprar nuestros equipos del exterior en los años 60, y empezamos a exportar. Con la crisis de 1992 nos internacionalizamos, y con la del mercado europeo de 2004 hicimos las filiales para añadir el negocio del mantenimiento de los equipos. Hoy, nuestros principales clientes europeos son las petroleras con gasolineras y Walmart en Estados Unidos", cuenta Rafael Tomás.

El 80% de las ventas de Istobal proceden del exterior, pero concentra su producción en L'Alcudia (Valencia), sobre los terrenos del taller mecánico de coches del abuelo, que despuntó en los años 50 al construir maquinaria para su sector. Además de la fábrica francesa para trenes, tiene una planta en Brasil, e instalaciones de montaje en Estados Unidos. Ahora "queremos crecer en Estados Unidos e Italia, y reforzar nuestra presencia en Alemania y Sudamérica. Estamos preparando la fábrica para doblar el trabajo en ocho años", apunta Rafael Tomás.

Istobal tiene 860 trabajadores, de los que 650 están en España. No ha deslocalizado la fabricación y solo redujo la plantilla tras sufrir pérdidas en 2009. "Fueron residuales y pactadas. Desde entonces, ha tomado medidas para reducir los costes laborales, subcontratando trabajo en la cárcel de Picassent (los presos asumen hoy la carga de 35 empleados), y haciendo un centro especial en fábrica para 80 trabajadores discapacitados. También derivó trabajadores a otras filiales, a cuentagotas, con rebajas de condiciones salariales", explica Javier Galarza, secretario general de CC OO de Industria del País Valencià. En su día, la empresa justificó todas estas medidas para no tener que deslocalizar una línea de producción de la fábrica.

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