Sostenibilidad desplegada en un lienzo
La firma emergente Canvas plantea la responsabilidad social corporativa de las compañías desde un punto de vista integrador
En el mundo de la empresa, el business model canvas (lienzo de modelo de negocio) es un tipo de esquema en el que se plasman visualmente los principales elementos de un negocio interconectados entre sí. Es muy utilizado en presentaciones porque tiene la virtud de ofrecer una visión global de la compañía en una única página y de un solo vistazo. Este modelo fue el que hace tres años sirvió de inspiración a la española Isabel López Triana y a la argentina Claudina Caramuti para crear Canvas Estrategias Sostenibles, una firma de consultoría estratégica especializada en responsabilidad social corporativa (RSC). Su misión: “Ayudar a las empresas a integrar la sostenibilidad y la relación con sus grupos de interés en su negocio”, resume López Triana.
Las dos socias fundadoras se habían conocido en su anterior trabajo, una consultora especializada en reputación y gestión de intangibles. Con más de 15 años de experiencia profesional a sus espaldas, ambas compartían una misma inquietud: en muchas compañías la RSC seguía viéndose como un apéndice amable de la actividad empresarial, pero totalmente desligado del núcleo del negocio. Una visión, explica Claudina Caramuti, diametralmente opuesta a la de estas emprendedoras. “Nuestro objetivo es lograr que la RSC se convierta en algo transversal, que aporte valor a toda la organización y a los colectivos en los que impacta”.
Peso creciente
El informe Approaching the Future. Tendencias en gestión de intangibles 2017, realizado conjuntamente por Corporate Excellence, IE Business School y Canvas Estrategias Sostenibles, pone de relieve el creciente peso de la responsabilidad social y el gobierno corporativo de las compañías. Según este estudio, el 97% de los primeros ejecutivos considera la sostenibilidad como una palanca clave para alcanzar el éxito futuro de su negocio, y casi el 90% de las empresas encuestadas cree esencial una buena estrategia en esta materia para seguir siendo competitivas.
Tres años que dan para mucho
- El proyecto nació con una inversión inicial de 3.000 euros.
- Su plantilla actual la forman cuatro personas (incluidas las dos socias).
- La facturación estimada para 2017 es de 250.000 euros.
- Una veintena de clientes han confiando ya en sus servicios. Entre ellos, firmas como CaixaBank, Santalucia Seguros, DKV, Axa, NH Hoteles o ING.
- Sus planes para el futuro inmediato incluyen el desarrollo de CANVASLab, un espacio de creación de nuevas metodologías y recursos para la implementación de su modelo de sostenibilidad.
La presión externa también parece remar a favor de la RSC. Caramuti recuerda que inversores, reguladores y consumidores están ya marcando la hoja de ruta de las empresas en cuestiones medioambientales, sociales o de materias primas, especialmente en sectores críticos como el alimentario. “Algunos inversores solo ponen dinero en aquellos proyectos que presentan una memoria de sostenibilidad o que cumplen con unas determinadas directrices en este sentido”, asegura. Como resultado de esta demanda, añade la argentina, la ansiada transversalidad de esta parcela organizativa empieza a hacerse realidad. “Cada vez es más habitual que departamentos clave, con voz en el comité de dirección, como riesgos o calidad, hagan consultas relacionadas con RSC antes de efectuar determinados movimientos”.
Canvas nació para aportar sentido, coherencia y propósito a esta realidad. “Teníamos claro que la responsabilidad social constituía un gran desafío para las empresas. Especialmente para aquellas que querían integrarse en un movimiento de renovación que las hiciera más cercanas a sus públicos y les ofreciera un marco de coherencia para su proyecto”, comenta Isabel López Triana. ¿Cómo lograrlo? La fórmula de esta pequeña consultora concibe la sostenibilidad como un elemento interconectado con todos los estamentos de la organización y los distintos colectivos con los que se relaciona. “De esta forma, se fortalece su valor a largo plazo y la confianza y el reconocimiento tanto de estos grupos como de la comunidad en la que opera”, argumenta la española.
El modelo tiene en cuenta todos los ámbitos que impactan en la compañía y en su entorno, desde los aspectos puramente económicos hasta el comportamiento o la coherencia directiva. Según Claudina Caramuti, “supone vincular la visión de responsabilidad y sostenibilidad con la actividad comercial, los procesos internos, el diseño de productos, el compromiso con los empleados y proveedores o el diálogo con clientes y con la comunidad”.
Grupos de interés
Uno de los caballos de batalla de Canvas es la apertura de canales fluidos de comunicación entre las compañías y sus públicos. Practicar la escucha activa con clientes, proveedores, empleados, accionistas, Administraciones, Gobiernos y la sociedad en general es fundamental para poder incluir sus preocupaciones e inquietudes en una política de sostenibilidad coherente e integrada con los objetos generales de la compañía. “Hay empresas que innovan y generan nuevos productos o servicios a partir del requerimiento de sus clientes, o que modifican formas de trabajar según lo que proponen sus propios empleados, desde el diálogo real. En contrapartida, en muchas compañías sigue habiendo temor a abrirse, a escuchar y a conversar”, dice Caramuti.
Por esto, en materia de sostenibilidad todavía queda un largo camino por recorrer. Aún hay empresas que creen tener una estrategia de RSC porque han hecho una contribución a una buena causa y se han sacado unas fotos con sus beneficiarios. “Se necesita una mayor cultura del valor que la responsabilidad social tiene para las organizaciones”, reclama la socia argentina de Canvas. “Analizar lo que implica según su actividad, sus características y cómo eso las hace mejores. Explorar cómo pueden expandir sus modelos de negocio desde la mirada de la sostenibilidad, la búsqueda del propósito y del legado que dejamos como personas y como organizaciones”, concluye.
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