Soros acusa a los países del Norte de dictar políticas que dañan el futuro del euro
"Italia es el mayor riesgo para Europa por una crisis bancaria o de migración", alerta el especulador y filántropo
"La canciller Merkel insistió en que cada país se hiciera responsable de sus propios bancos. Y ese es el punto de inflexión desde la integración hacia la desintegración". Soros contra Merkel: el multimillonario, especulador y filántropo George Soros ha acaparado hoy la atención del Brussels Economic Forum, un foro de conferencias organizado por la Comisión Europea, con un discurso cargado de advertencias y buenas dosis de veneno. "La UE está en plena crisis existencial", ha dicho Soros frente a la complacencia que anida en las instituciones europeas. Europa tiene problemas en casa (los coletazos de la crisis económica, la crisis migratoria y sobre todo el riesgo de que la extrema derecha acabe ganando elecciones) y fuera (la Rusia de Putin, la Turquía de Erdogan, los EE UU de Trump), pero Soros pone el acento en las disfunciones de la zona euro.
"Se suponía que la UE era una asociación voluntaria de Estados con mentalidades parecidas, que estaban dispuestos a ceder parte de su soberanía por el bien común. Después de la crisis financiera de 2008, la eurozona se transformó en una relación entre acreedores y deudores", donde la periferia "no puede cumplir con sus obligaciones y los acreedores dictan las políticas". "Al imponer las políticas de austeridad, los países acreedores hacen prácticamente imposible para los deudores el crecimiento económico y el pago de sus deudas", critica Soros.
Soros argumenta que durante la crisis soberana la gobernanza europea se ha trasladado de facto al Consejo Europeo, donde las decisiones las toman los gobiernos nacionales de forma precipitada y Alemania acaba imponiendo su criterio. "Los arquitectos del euro sabían que los tratados estaban incompletos: crearon un banco central pero no un Tesoro, ya que asumieron también que en el futuro se darían los pasos necesarios. Desgraciadamente, eso no es lo que ha ocurrido", ha explicado.
El financiero de origen húngaro cree que el Brexit --que califica de proceso potencialmente "muy dañino"-- puede ser una oportunidad para Europa. Pero apunta que Bruselas "debería resistir la tentación de penalizar al Reino Unido y usar el Brexit como catalizador para hacer reformas". Soros no es partidario de una Europa de varias velocidades con un objetivo común, sino de una en la que coexista una variedad de estatus a elegir por los países igual que un menú. Y apunta que actualmente se da una constelación política --tras las derrotas de Wilders en Holanda y Le Pen en Francia-- que puede permitir dar pasos para completar la eurozona e, incluso, atraer de nuevo a Reino Unido. Soros cree imperativo actuar en tres áreas: la crisis de refugiados (en la que sí aplaude a Merkel, a diferencia de todo lo relacionado con la política económica), la "desintegración territorial ejemplificada por el Brexit" y "la falta de políticas de crecimiento". Y señala que el mayor riesgo para la recuperación es Italia: "El peligro de una crisis bancaria y migratoria en Italia".
En medio de esta crisis existencial y con las propuestas de reforma de la Comisión recién sacadas del horno, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, también ha brindado algunas pistas de sus recetas. Su diagnóstico se resume en que la zona euro está inmersa en lo que ha bautizado como un "trilema imposible". A su juicio no es posible tener a la vez un crecimiento robusto, el actual estatus de gobernanza europeo y que los países miembros retengan su soberanía en la política económica.
Economías como Francia e Italia tienen que hacer reformas, ha indicado. Y eso es perfectamente "compatible con el Estado social europeo", ha subrayado. También ha incidido en que la falta de coordinación de los países de la zona euro ha restado mucho crecimiento. Hasta 2 puntos de PIB. De ahí que haya puesto sobre la mesa un nuevo trilema posible que recoge reformas estructurales de las economías nacionales, un nuevo paquete de políticas europeas y una unión financiera para la inversión y la innovación. Villeroy de Galhau (firme candidato a suceder a Mario Draghi, con permiso del alemán Jens Weidmann), ha destacado a España, Alemania y Holanda como ejemplos de los beneficios que se pueden cosechar con las reformas. Ha pedido que se complete la unión bancaria y un mercado de capitales único que tenga reglas, impuestos y controles comunes. Así se podrían aprovechar los excedentes de ahorro europeos por valor de 350.000 millones para financiar más inversión en Europa.
Por último, el gobernador de Francia ha apoyado la creación de un tesoro único con un seguro de desempleo paneuropeo, tal y como propone Bruselas. Y ha deslizado la posibilidad de que ese tesoro pueda recaudar impuestos y emitir eurobonos, a pesar de la negativa alemana al respecto. Esta reforma incluiría la creación de un fondo de estabilización con un tamaño del 2% del PIB de la eurozona, esto es 200.000 millones de euros, y que prestaría a los países que padeciesen shocks sin tener que sufrir una condicionalidad europea. Eso sí, respetando las reglas fiscales actuales.
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