Los estibadores convocan nueve días de huelga para forzar al Gobierno a negociar
Los representantes de los trabajadores vuelven a sentarse hoy miércoles con la patronal
La primera reunión entre sindicatos y patronal de la estiba acabó ayer con una vuelta a la casilla de salida. Es decir, con un nuevo preaviso de huelga, en este caso, para nueve días a partir del 6 de marzo. A pesar de todas las fricciones que hay entre las partes, la negociación no ha acabado y los sindicatos esperan que no se presente la reforma hasta que no haya consenso. "Hemos pedido a la mediación que transmita al Gobierno que, mientras estemos en proceso de negociación, no se lleve adelante el decreto y que haya un plazo suficiente para negociar", dijo ayer Goya. Hoy miércoles volverán a verse las caras los trabajadores y las empresas. Por la mañana, se reúnen por separado con el mediador designado por Empleo, mientras que por la tarde lo hacen de nuevo de forma conjunta.
Los paros convocados ayer se realizarán, si no se llega a un acuerdo, durante tres semanas en días alternos, según explicó ayer Antolín Goya, líder sindical de la Coordinadora estatal de trabajadores del mar (CETM). A pesar de ello, los agentes sociales se diern una nueva oportunidad y continúan hoy con la negociación.
El encuentro de ayer martes fue el primero que mantienen ambos colectivos de forma oficial desde que el Gobierno aplazó la presentación de la reforma al Consejo de Ministros a este viernes y no el 18 como estaba previsto al inicio. Goya aseguró que el mediador de empleo, Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social (CES), les había comunicado que el Gobierno no realizará ninguna modificación en el decreto ley que presentará este viernes. Por ello, los sindicatos decidieron convocar nuevos paros con el mismo formato que en el preaviso anterior —con huelga durante horas alternas, es decir, hora sí y hora no— los días 6, 8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24 de marzo.
Esta decisión tras el primer día de negociación, a tres días de que la reforma se presente en el Consejo de Ministros, sorprendió a la patronal. "Lamentamos el nuevo preaviso de huelga de los sindicatos. Veníamos con voluntad de diálogo", dijo al término de la reunión Pedro García Navarro, director gerente de la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques (Anesco).
El encuentro tuvo un traspié antes de comenzar, para decepción de los sindicatos, que provocó dificultades en la negociación desde el inicio. "40 minutos antes de la reunión, Empleo nos ha comunicado que ha nombrado a un tercero [el mediador Marcos Peña], por lo que el Ministerio se ha salido de la negociación", dijo Goya a su llegada al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en Madrid. Así se confirmó el espacio en el que se sitúa la negociación. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, así lo argumentó ayer en la sesión de control al Gobierno en el Senado: "Las cuestiones que se planteen pueden y tienen que debatirse en el marco de la negociación colectiva". Asimismo, el ministro ha afirmado que al Ejecutivo le urge aprobar la reforma de la estiba. "La sentencia va a golpear a España como ninguna otra lo ha hecho hasta ahora", dijo.
Convenios colectivos
Lo que se decida en estas reuniones entre sindicatos y Anesco se debe recoger en los convenios colectivos que regulan las condiciones laborales de los trabajadores del sector. A pesar de ello, los representantes sindicales consideran que los acuerdos se deben trasladar a la reforma. "Lo normal es que el decreto ley recoja los cambios [que se pacten en la negociación]. Si no lo hacen, habrán jugado con este colectivo", argumentó Goya.
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De esta forma, el conflicto sigue tan estancado, o más, que hace unas horas con una vuelta al 8 de febrero, cuando se hizo el primer preaviso de huelga. Además, al igual que en esa ocasión, solo se desconvocará si el Gobierno introduce cambios en la reforma que llevará al Consejo de Ministros o si vuelve a aplazar la presentación del borrador. "Queremos buscar puntos en común con las empresas que garanticen el futuro y la formación de los estibadores, pero que se reflejen en el decreto", declaró por enésima vez Goya.
Anesco, asimismo, según informó ayer en un comunicado emitido tras la negociación, confía todavía en la posibilidad de alcanzar puntos de encuentro con los sindicatos. "Puede haber acuerdos satisfactorios para ambas partes, pero es indispensable que las empresas estibadoras puedan desarrollar de forma real y efectiva la dirección, organización y control de sus trabajadores", dijo en el comunicado en el que volvió a denunciar la existencia de huelgas encubiertas en los principales puertos españoles. Desde la CETM, sin embargo, hicieron hincapié en la falta de algún representante del Ministerio de Empleo, que se había ofrecido a mediar. "Lo han tratado como si fuera un conflicto entre empresas y trabajadores, no para solucionar el problema generado por el borrador del decreto ley", dijo el líder del sindicato mayoritario de estibadores.
Petición de apoyo mundial en Algeciras
Difícil lo tiene el Gobierno español si la mesa que se ha convocado desde este martes no llega a buen término. Y es que el coordinador del Consejo Internacional de Estibadores (IDC, por sus siglas en inglés), Jordi Aragunde, ha avanzado que habrá “movilizaciones a nivel mundial” si se llega a aprobar el decreto sin consenso. La advertencia la ha realizado este martes en un encuentro celebrado en Algeciras de representantes de delegaciones de IDC en el que estibadores de varios países han escenificado su apoyo a los trabajadores españoles del sector en sus reivindicaciones.
El escenario del encuentro, la conocida como explanada de los nombramientos en el puerto de Algeciras, no era casual. En la infraestructura del Campo de Gibraltar se concentran 1.800 trabajadores de la estiba, del total de los 6.500 de todo el país. Miles de trabajadores y sus familias han clamado al grito de “ni un paso atrás”, el lema de las movilizaciones. Mientras, Aragunde ha pedido “un diálogo franco y sincero” en la mesa de negociaciones, en lugar de “una tapadera” que sirva como excusa de que la negociación no ha llegado a buen puerto.
El máximo responsable del Consejo ha exigido que las negociaciones entre la Coordinadora estatal de trabajadores del mar (CETM) con el Gobierno deriven en "un consenso que mantenga las condiciones del trabajador y el alto índice de productividad de los puertos, que se supera año tras año”. Cree que la línea roja es "mantener la situación de los trabajadores aunque se modifique el convenio. No queremos despidos”.
Aragunde ha dejado claro cuáles serán las consecuencias si se aprueba el temido decreto: “Serán movilizaciones a nivel europeo y mundial. Si las navieras plantean desviar el tráfico a otros puertos como Marsella o Tánger, tenemos acuerdos para que los estibadores de esos puertos nos apoyen. El nivel de acción será el nivel de reacción”.
Frente a ello, ha apostado por llegar a acuerdos como los de otros países. "En Bélgica se ha modificado el sector aceptando un registro de trabajadores como el que no quieren aplicar aquí. Desde Puertos del Estado nos han estado boicoteando", ha reconocido. En ese sentido, ha recordado que las grandes empresas como APM, Hanjin y Hutchinson, que controlan el 80% del tráfico, "optan por este modelo".
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