Ron dejará de ser presidente y consejero del Popular antes de la junta

El Popular atraviesa una situación inédita en sus 70 años de historia: nombrará presidente a una persona ajena a la entidad, que no está en el consejo de administración, algo que dificulta el proceso. Tras diferentes consultas, ha establecido el mecanismo legal para reemplazar a Ángel Ron (Santiago de Compostela, 1962), como presidente y nombrar a Emilio Saracho (Madrid, 1955).

El próximo 20 de febrero, el consejo del Popular tendrá una larga sesión, con dos reuniones y una junta de accionistas. A primera hora del día comenzará el consejo, que aprobará las cuentas, con pérdidas de 3.485 millones de euros, las mayores de su historia, y las más elevadas de la crisis de un banco. A continuación se cesará a Ron como presidente de la entidad y él dimitirá de su cargo de consejero, según explicaron fuentes financieras.

Una vez tomada esta decisión, habrá terminado la relación de Ron con el Popular, después de 32 años en el banco: fue nombrado consejero delegado en 2002 y presidente en 2004. Ron fue el presidente más joven de la banca española y el empleado más joven en la historia del Popular cuando accedió al cargo de director regional de Asturias y Cantabria, con 33 años, en 1995. El traspaso de poderes evitará que Ron aguante una desagradable junta y provocará el disgusto de muchos accionistas que desean que escuchar las explicaciones sobre su discutida gestión a lo largo de 14 años.

Higuera, ante los accionistas

Tras la primera parte del consejo, Roberto Higuera, de 73 años de edad, el vicepresidente más veterano (el otro es José María Arias, procedente del Banco Pastor), tomará las riendas y pasará a celebrar la junta de accionistas. Probablemente será Higuera el que tenga que explicar la situación del banco y sus perspectivas, un asunto complicado ya que el futuro del Popular está en manos del nuevo presidente.

A lo largo de esta reunión, se propondrá el nombramiento de Emilio Saracho como consejero del Popular. También se aprobarán las cuentas de 2016, con la no distribución de dividendos.

Acabada la junta, seguirá el consejo de administración. Ya no se hablará de las cuentas de resultados de 2016, sino de la elección de Saracho como presidente.

Pese a que hasta ese momento Saracho no debería tener mando sobre el banco, al menos en teoría, el hecho cierto es que lleva semanas reuniéndose con todos los ejecutivos, como admitió Pedro Larena, consejero delegado. "Las medidas que hemos tomado se han consultado con el nuevo presidente y está de acuerdo", afirmó Larena.

El nuevo timonel tendrá varias decisiones relevantes que tomar. Además de los cambios en el consejo, (falta por decidir una vicepresidencia, y puede que haya novedades en alguna más), deberá resolver si continúa con la operación inmobiliaria Sunrise, que supone asumir riesgos importantes si no sale adelante por las dudas del mercado. En el banco se considera que, a corto plazo, no tomará decisiones sobre la ampliación de capital o la venta de la entidad a un competidor. "Quiere tener todas las opciones abiertas", dicen el banco.