Espacios con una segunda vida
El consumo colaborativo ha propiciado la aparición de plataformas que ofrecen inmuebles y edificios singulares por todo el país para su alquiler por horas o días a empresas y particulares
El auge del consumo colaborativo ha revolucionado la forma en la que se usan las viviendas, los sofás, los aparcamientos, los coches, los huertos, los trasteros...La lista de bienes y servicios que se intercambian los particulares para ahorrar tiempo y dinero es infinita. Esta filosofía que aboga por compartir en lugar de poseer ha encontrado un sitio en el mercado inmobiliario. El caso más sonoro es el de Airbnb, plataforma de alojamientos para particulares que surgió en 2007 y que busca cama a millones de personas cada año. Pero el consumo colaborativo ha extendido sus brazos a otro tipo de inmuebles que están infrautilizados y buscan nuevos usos mediante alquileres efímeros.
Un garaje o una nave industrial pueden ser empleados para celebrar una conferencia, un apartamento de lujo para convocar una fiesta de cumpleaños, una capilla puede ser el escenario del lanzamiento de un producto, o una fábrica de cervezas de repente se convierte en el escenario para celebrar una boda. Con el objetivo de dar una segunda o tercera vida a edificios singulares que ya existen, dar valor a la arquitectura, e implantar un modelo de ciudad sostenible han surgido en los últimos años numerosas aplicaciones por todo el mundo —SnapEvent en Francia, Spacebase en Alemania o Creative Spaces en Australia, entre otros— para compartir estos espacios mediante alquileres temporales.
En España la plataforma Espacios+Creativos nació en 2015 "con el objetivo de dar acceso a espacios por descubrir o que están en desuso para que personas con ideas inspiradoras pudieran utilizarlos y darles así una segunda vida", indica Belén Sola, una joven madrileña de 29 años, arquitecta e interiorista de profesión y bailarina de vocación, que empieza a madurar la idea de crear esta comunidad cuando organizaba eventos artísticos y culturales y se encontraba con tremendas dificultades para buscar de forma fácil espacios creativos. La web cuenta ya con más de 500 espacios que empresas y particulares pueden alquilar por horas para eventos y producciones por un tiempo limitado.
Son edificios con historia y singulares —que pueden ser nuevos, antiguos o rehabilitados—, que se pueden arrendar para celebrar cursos, cumpleaños, bodas, sesiones de fotografía, charlas y talleres, rodajes, exposiciones, conciertos, mercadillos o festivales, entre otros eventos.
Algunos de estos inmuebles estaban en desuso y se les da una segunda oportunidad, pero otros no. También se ofrecen espacios en los que ya se desarrolla una actividad, como las escuelas de danza o las salas de conciertos, pero que solo se usan ciertas horas al día y disponen de intervalos de tiempo para albergar otras, aunque nada tengan que ver con su uso original. Por ejemplo, una galería de arte es el lugar perfecto para rodajes o sesiones fotográficas.
Los espacios que más acogida tienen son los más flexibles y diáfanos. Uno de los más valorados es Espacio Muelle 36, una antigua fábrica de fundición situada en el centro de Madrid donde se realizan desde videoclips hasta bodas poco convencionales. Otro de los más demandados es Factory 103, una antigua fábrica de chocolates en Barcelona —ahora un original coworking —, donde se llevan a cabo eventos de showcooking (preparación de platos frente a los comensales) o reuniones informales de trabajo.
El uso de la web no tiene coste alguno para el usuario, que contacta directamente con el gestor del espacio —este sí debe pagar un plan de suscripción que va desde los 40 a los 320 euros al año—. La plataforma ofrece un servicio de búsqueda personalizada para los usuarios que no dispongan de tiempo y necesiten sugerencias y, en caso de no tener en su directorio el inmueble adecuado, lo busca. "Nuestro buscador permite filtrar los resultados por el tipo de espacio, el uso o la capacidad que requiere, y también permite ordenarlo por precio y valoración de los usuarios. Algunos se alquilan por horas —desde siete euros la hora—, para seminarios o talleres de danza, reuniones de empresas o casting. Y otros muchos se alquilan media jornada para rodajes, celebraciones particulares, presentaciones de producto o showrooms desde 600 euros", explica Sola.
Más que 'pop ups'
Es un modelo de negocio parecido al de las plataformas de pop ups o ventas efímeras, pero no se ciñe a la presentación de un producto, sino que también "abarca el alquiler de espacios para cualquier actividad cultural, social o profesional", concretan en Sala-mandra, plataforma española creada en 2015 por cuatro socios y también centrada en el alquiler efímero por días o por horas. Sus creadores —aficionados a la fotografía, los monólogos, el yoga y otras disciplinas—, perdían mucho tiempo buscando salas para sus eventos. "Hemos observado que existe una explosión de aficionados a actividades artísticas, lúdicas, de salud y bienestar. En paralelo sigue creciendo el sector más tradicional de eventos para empresas y profesionales (reuniones, trabajo compartido y formación)", indica Ángela Angulo, consejera delegada.
Esta plataforma ofrece desde viviendas, locales comerciales y centros de retiro y meditación en el campo, hasta espacios públicos (universidades, salas de teatro, mercados...). Desde que se lanzó en septiembre de 2015, cuenta con unos 2.000 espacios en España, tiene 14.000 visitas al mes y 10.000 usuarios. En 2016 entró en el programa de aceleración europeo Startup Scaleup y está expandiendo el proyecto a nivel nacional e internacional.
Los clientes más interesados en reservar en esta web son los profesionales de la salud y el bienestar (talleres, clases, masajes, retiros); los artistas y aficionados al arte (exposiciones, ensayos y actuaciones); las pymes y autónomos; las agencias de marketing y eventos; los particulares (fiestas y celebraciones); y los artesanos y pequeños comercios (mercadillos y presentaciones de producto). "El alquiler de un espacio para clases sueltas puede estar en los 15 o 20 euros la hora, pero una nave industrial para un rodaje un fin de semana puede estar en los 2.000 euros por día", explica Delphine Valadie, responsable de marketing de Sala-mandra.
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