La ‘vaporella’ cruza el Atlántico

La historia del fundador de la empresa familiar Polti responde al esquema de hombre hecho a sí mismo. En 1978, Franco Polti trabajaba como representante de una empresa de maquinaria para tintorerías cuando un cliente le preguntó si sería posible trasladar a los hogares el sistema de planchado profesional. Así, con una fábrica en el garaje de casa, cinco empleados y el equivalente a 500 euros, nació el grupo Polti y la vaporella, la plancha de caldera en miniatura. Ahora, con el patriarca ya retirado, la empresa tiene distribuidores en más de 50 países, factura unos 70 millones de euros anuales y prevé para el próximo año un crecimiento del 2,5%. En España y Portugal la previsión se cuadruplica con una estimación de 18 millones. Desde su sede en Gavà (Barcelona), Polti ha emprendido un proceso de expansión en Latinoamérica.

La crisis económica sacudió con especial intensidad al sector de los electrodomésticos y a quien le ha tocado lidiar con la reducción de ventas en los últimos años es a Francesca Polti, hija del fundador, directora general de la firma desde 2009. “Creo que he heredado la intuición y el olfato de mi padre, pero por suerte también tengo el sentido del orden de mi madre, que sigue como presidenta de la empresa”, explica: “Mi estrategia es mantener la pasión mientras aprendo de la gestión”.

Bajo el mando de la empresaria, la firma ha renovado el catálogo y ha cambiado el logo para afianzar la imagen de marca, que goza de una gran fuerza gracias a tres décadas de ser líderes en la limpieza a vapor y de una constante presencia mediática con patrocinios deportivos. “Lo hemos pasado mal durante la crisis, pero tenemos la suerte de tener una marca muy potente”, señala Polti.

La compañía encadena dos años de crecimiento. El mayor volumen de negocio está en los productos para la limpieza del hogar: las limpiadoras a vapor Vaporetto, los centros de planchado Vaporella y otros productos de gama alta, como los aspiradores sin bolsa Forzaspira o Unico. El 60% de las ventas de todo el grupo se concentran en cuatro países: Italia, Francia, España y Portugal. Desde estos dos últimos mercados se está llevando a cabo el proceso de expansión hacia Latinoamérica.

Desde la sede en Gavà (Barcelona), que emplea a 30 trabajadores, el director general de Polti España, Rafael Román, es el encargado de crear una red de distribuidores en países como Panamá o Argentina, en los que Polti está cerca de cerrar acuerdos. El material que se venderá en estos países saldrá del almacén de Gavà. La empresa vuelve así a tener presencia en Latinoamérica años después de la fallida experiencia de instalar centros de producción en Brasil y México.

La empresa creadora de la famosa plancha factura 70 millones de euros y está presente en más de 50 países

Polti describe el valor de su empresa a partir de los conceptos de hogar y de respeto por la naturaleza. La directora general señala la importancia de la estampa “made in Italy”, y explica que quiere que la tendencia sea ampliar el porcentaje de producción italiana: actualmente el 60% se fabrica en Bulgarograsso, cerca del lago Como, y el 40% en Asia. “Tenemos un fuerte compromiso con los trabajadores que nos han acompañado durante todos estos años”, argumenta Polti, que añade que una producción cercana permite responder con mayor rapidez a las necesidades del mercado.

La limpieza al vapor de Polti, en la que no intervienen productos químicos, es el otro de los estandartes que quiere relanzar la directora general. La empresa pretende entrar con fuerza en la limpieza de grandes espacios cerrados y de los transportes con maquinaria de saneamiento a base de vapor. En estos dos sectores, el del hogar y el de la sostenibilidad, Francesca Polti anuncia para 2017 el lanzamiento de dos novedades, que no especifica, en las que se ha trabajado durante cuatro años: “Supondrán un mercado nuevo y pueden cambiar la manera de limpiar de la gente”.