Samsung recorta drásticamente sus previsiones de beneficios por el Note 7
Las acciones del gigante tecnológico surcoreano ceden de nuevo en el mercado de Seúl pero de forma contenida
Samsung perderá cerca de 2.100 millones de euros en el tercer trimestre de este año por el fiasco de su modelo Galaxy Note 7, cuya venta y producción ha suspendido de forma definitiva, según ha reconocido la marca oficialmente, tras recortar drásticamente sus previsiones de ventas y beneficios. Pero las pérdidas totales por la paralización del modelo podían ser mucho mayores, y alcanzar los 15.450 millones de euros, según los analistas consultados por Reuters. El liderazgo en la gestión de la compañía se ha puesto en entredicho.
El fabricante tecnológico surcoreano no ha tenido más remedio que asumir que la decisión anunciada el martes de enterrar su smartphone estrella le va a suponer un drástico recorte en sus resultados. Su beneficio operativo alcanzará los 5,2 billones de wones (4.200 millones de euros) en el tercer trimestre del año, frente a los 7,8 billones de wones (6.300 millones de euros) que recogía su última previsión publicada el pasado 7 de octubre, antes de que se anunciara la retirada del Note 7.
De esta forma, la compañía prevé que el beneficio operativo caiga alrededor de un 29% respecto al mismo periodo del año anterior, en contraste con el incremento del 5,5% interanual que pronosticaba hasta ahora. La previsión de ventas revisada arroja una caída en el tercer trimestre del 9% hasta los 47 billones de wones (38.000 millones de euros), frente al descenso del 5,2% que pronosticó solo hace una semana.
Estas previsiones pueden reflejar no solo las ventas pérdidas sino también el coste en el que ha incurrido la empresa al intentar relanzar el producto tras una primera paralización a inicios de septiembre, así como los componentes del modelo que pidió a sus proveedores y que ya son inservibles.
Los analistas de HMC Investment Securities, citados por Bloomberg, subrayan que el fiasco del Note 7 se llevará por delante la práctica totalidad de los beneficios previstos para la división de móviles de Samsung en su tercer trimestre fiscal. Se esperaban unas ganancias de 2.180 millones de euros pero apenas se alcanzarán los 250 millones de euros. Esta cifra no ha sido confirmada por el fabricante, que no desglosa sus estimaciones por áreas de negocio.
Afortunadamente, el gigante industrial asiático genera más de la mitad de sus ingresos por otras divisiones distintas del móvil. Las ventas de semiconductores, electrodomésticos, paneles solares y otros productos le permitirán esquivar los números rojos en el tercer trimestre y ganar en torno a 18.000 millones de euros en el conjunto del ejercicio.
La debacle vuelve a plantear interrogantes acerca de la gestión del grupo. Lee Kun-hee, el patriarca de la familia, sigue siendo presidente a pesar de que sufrió un ataque al corazón hace más de dos años y no ha vuelto a la compañía desde entonces. Su hijo, Jay Y., es su aparente heredero, pero no ha sido capaz de tomar el relevo efectivo al frente de la compañía, y su nombre va estar ligado a partir de ahora al del desastre del Note 7, complicando la sucesión.
“La falta de un líder claro ha ralentizado la toma de decisiones”, ha señalado Shaun Rein, director general de la consultora China Market Research Group. También puede saltar por los aires D.J. Koh, quien se hizo cargo de la división de móviles el pasado diciembre.
Caída en Bolsa
Los inversores han sido menos duros con Samsung tras el anuncio de que dejará de producir su terminal de alta gama, el Galaxy Note 7, por los problemas de su batería. Las acciones de la compañía surcoreana llegaron a caer este miércoles otro 3% en la apertura de sesión en Seúl, tras hundirse el martes un 8%. Pero finalmente han parado el golpe y han cerrado en -0,65%. Aun así, en solamente dos días la empresa ha visto evaporarse unos 16.000 millones de euros solamente en cotización bursátil, a falta de estimar los costes de retirar el producto en todo el mundo, compensar a los clientes y sobre todo el impacto que esta crisis tendrá en la reputación de la marca.
El verdadero golpe en Bolsa lo vivió Samsung la jornada del martes, con una pérdida del 8% de su valor. Este miércoles han conseguido contener la crisis bursátil. Pero las acciones del primer fabricante mundial de móviles han vivido una auténtica montaña rusa en los últimos dos meses. El lanzamiento del nuevo dispositivo y su buena aceptación inicial dispararon las acciones de la compañía, pero las informaciones sobre varios casos de unidades que se incendiaron tras la explosión de las baterías desataron la tormenta.
La compañía logró tranquilizar a los inversores cuando, después de paralizar las ventas de forma temporal, ofreció un reemplazo y aseguró que los nuevos terminales eran seguros. Nuevos casos de combustión, esta vez entre los Note 7 teóricamente arreglados, llevaron a la empresa a anunciar el martes su decisión definitiva de paralizar la producción.
Los inversores temen el impacto de esta crisis en la cuenta de resultados del gigante surcoreano. Aunque Samsung tiene decenas de negocios, que abarcan desde hospitales a inmobiliaria —el grupo es la mayor empresa de Corea del Sur y representa casi un 20% del PIB nacional—, la división especializada en electrónica es la principal. Si bien también fabrica otros productos como semiconductores, televisores, discos duros o pantallas digitales, el segmento de móviles y tabletas aporta la mayoría de los ingresos de la subsidiaria.
Samsung esperaba vender cerca de 19 millones de unidades del Galaxy Note 7. No hacerlo supondrá dejar de ingresar unos 15.400 millones de euros, según cálculos de la agencia Reuters. Los analistas creen que la solidez financiera de la compañía permitirá resistir este golpe, pero temen el impacto de este fracaso en el valor de la marca, mucho más difícil de estimar. La gama Note es una de las más exitosas de la firma, y, aunque los dispositivos anteriores no han sufrido problemas con la batería, está por ver si los fallos del Note 7 mancharán la reputación de los terminales que están por venir.
"Creemos que el incidente con el Note 7 puede afectar a la demanda de otros modelos de teléfonos inteligentes de Samsung", aseguraron en una nota a clientes los analistas de Nomura, que han reducido en un 85% sus predicciones de beneficios de la división de móviles de la compañía para el cuarto trimestre del año.
Más allá del comunicado del martes en su página web, en que la empresa anunciaba la suspensión de las ventas y pedía a los usuarios que apagaran sus aparatos por el temor a que se incendiaran, la compañía ha mantenido el silencio. Ninguno de los directivos de la división de electrónica, ni tampoco de la matriz, han comparecido para dar explicaciones sobre la debacle. Tampoco se han anunciado dimisiones ni cambios en la dirección. Durante la reunión semanal de consejeros delegados de las firmas del grupo, celebrada este miércoles, tampoco se abordó la cuestión, según explicó a los periodistas el presidente de la subsidiaria especializada en Tecnologías de la Información. Los directivos responsables del Note 7 no acudieron a la cita.
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