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ACS vende Urbaser a un grupo chino por entre 1.164 y 1.399 millones

El grupo que preside Florentino Pérez estima que la operación de su filial de residuos le reportará una plusvalía de entre 325 y 560 millones de euros

Florentino Pérez, presidente de ACS
Florentino Pérez, presidente de ACSSanti Burgos

La compañía española ACS ha vendido Urbaser a la firma Firion Investments, que está controlada por el grupo chino Ying Zhan Investment, por un importe que oscilará entre 1.164 y 1.399 millones de euros. La venta de la filial de servicios de limpieza viaria y recogida y tratamiento de residuos, supondrá para el grupo que preside Florentino Pérez unas plusvalías de entre 325 y 560 millones de euros con lo que podrá enjugar las deudas que arrastra. La operación está pendiente de lograr las pertinentes autorizaciones de los reguladores.

“El valor de empresa [que incluye la deuda] se ha establecido entre 2.212 y 2.463 millones de euros”, informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La horquilla de precios se explica porque la valoración se estima “en función de determinados parámetros futuros”, que no ha explicado. “La venta está sujeta a las autorizaciones habituales en este tipo de operaciones”. La compañía se dedica a la recogida de residuos, limpieza viaria, reciclaje y gestión de basuras y agua y ofrece servicios en más de 50 ciudades españolas, entre ellas se encarga de la limpieza viaria en Madrid y Barcelona.

ACS puso en venta Urbaser hace casi un año y encargó la búsqueda de comprador a BBVA y Société Générale. Con la firma china, el asesor ha sido Crédit Agricole. A la puerta del grupo llamaron varias sociedades interesadas, hasta que los intereses del gigante chino decantaron la opción a su favor. Firion Investments se constituyó como sociedad en España el pasado mes de mayo y ha hecho diversas operaciones en otros países europeos, como otros grupos chinos. Es propiedad del holding Ying Zhan Investment Limited, con sede en Hong Kong.

El grupo enmarca la operación en su estrategia de rotar activos que considera maduros y no estratégicos con el fin de lograr recursos para seguir reduciendo su deuda e invertir en nuevos proyectos. La reducción del endeudamiento neto es uno de sus tres objetivos estratégicos, tal como señaló Florentino Pérez en la última junta de accionistas del grupo, que ya ha recortado cerca de un 70% en cinco años. A 30 de junio pasado se situaba en 3.741 millones. Los otros dos ejes prioritarios de actuación de ACS pasan por continuar con la reestructuración y simplificación de los negocios del grupo, fundamentalmente en la filial constructora alemana Hochtief, y continuar creciendo y reforzando su expansión internacional.

La venta de la compañía supone la principal desinversión de ACS desde que en febrero de 2015 sacó a Bolsa Saeta Yield, la filial que constituyó con sus parques eólicos y plantas termosolares. El grupo puso previamente a la venta estos activos, si bien la operación se vio obstaculizada por coincidir con la reforma energética aprobada por el Gobierno.

En lo que va de este año, antes de Urbaser, ACS ha vendido el grueso de la participación tenía en un conjunto de estaciones de la línea 9 del Metro de Barcelona y en la sociedad que las mantiene al fondo John Laing Infrastructure, y una participación del 50% en sociedades concesionarias de líneas de transmisión eléctrica de Brasil a Brookfield. La primera operación se cerró por 110 millones y generó 70 millones de plusvalías, mientras que la de las líneas eléctricas le aportó 115,36 millones.

La empresa fue multada, junto a otras 38 firmas de gestión de residuos y tres asociaciones sectoriales, por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por repartirse clientes, licitaciones e intercambiarse información. Entre las empresas figuran las filiales de los principales grupos constructores. Urbaser y Sertego, también del grupo ACS, recibió la mayor multa por valor de 23,3 millones del total de 98,2 que recibió el grupo de sancionadas. La multa fue recurrida y está en proceso bajo el argumento de que se confundió la unión temporal de empresas (UTE) con la concertación y que no procedía ningún tipo de sanción al estar caducado el expediente por haber transcurrido más de 18 meses desde la incoación del expediente, en julio de 2013.

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