Las empresas supervivientes del negocio de la independencia
Tras el 'boom' de productos independentistas de 2013 y 2014, un grupo reducido de compañías catalanas continúa apostando por el negocio soberanista
El proceso independentista en Cataluña ha ido acompañado del olfato comercial de multitud de emprendedores. El florecimiento de productos vinculados a la identidad catalana alcanzó su cota más alta en 2014, con la conmemoración del tricentenario de la Guerra de Sucesión, efeméride clave para el nacionalismo catalán. Desde entonces han ido desapareciendo muchas de estas iniciativas y se han consolidado otras, las que han contado con más capital y una estrategia a largo plazo; empresas como la compañía de móviles Parlem, las gasolineras Petrolis Independents o la marca de moda Catalunya Freedom.
Albert Castellón, conocido activista independentista, fue el cerebro de la recuperación de la cervecera Moritz y es ahora uno de los promotores de Parlem, operadora de telecomunicaciones fundada en 2014. Parlem ofrece servicios de móvil, fibra y televisión con la estructura de Orange y de uno de sus accionistas, MásMóvil. Entre los socios de Parlem también destaca la familia Font, propietaria de los supermercados Bon Preu y Esclat. Los Font se han caracterizado por un compromiso y mecenazgo con la cultura catalana parecido al de la familia Carulla, propietaria de Agrolimen.
Parlem se define como "la operadora de telefonía de Cataluña": "Creemos que una empresa es catalana cuando defiende valores que, transversalmente, comparte la mayoría del país. De hecho, ser una empresa catalana no es solo tener su sede central en Cataluña, va más allá. Una empresa catalana es la que adapta sus productos y servicios a la realidad del país y, además, lo hace en lógica catalana". El discurso de Parlem ha atraído hasta el momento a 25.000 clientes, informó la empresa al diario Ara. Su objetivo es llegar a los 100.000 consumidores y 11 millones de euros de facturación en 2017, según La Vanguardia.
La cadena de gasolineras de bajo coste Petrolis Roset es la mayor empresa que se declara explícitamente independentista. Su marca Petrolis Independents ya cuenta con seis establecimientos y factura unos millones, apunta su presidente, Jordi Roset. En el próximo año prevé tener 3 gasolineras más en el Vallès y en la provincia de Girona, según explica Roset. La imagen de Petrolis Independents se basa en la estelada y en sus establecimientos se informa de que declaran sus impuestos a la Hacienda Catalana y que destinan parte de sus beneficios a acciones soberanistas, como el patrocinio esta semana de un pregón independentista en Barcelona contra el Ayuntamiento. Parlem también fue patrocinador del acto. Petrolis Independents funciona desde hace tres años y Roset asegura que el nombre les ha dado un aumento de clientes de entre el 30% y el 60%. Roset pone como ejemplo su gasolinera en Vic, que al rebautizarla como Petrolis Independents elevó sus ingresos un 50%: "En la misma ubicación hay cuatro gasolineras compitiendo pero la gente prefiere la nuestra por el perfil que tenemos", dice Roset. En Vic, los partidos independentistas sumaron en las elecciones catalanas de 2015 el 75,4% de los votos.
La cooperativa Caixa Catalana es un proyecto bancario que nace con el viento a favor del nacionalismo. Sin declararse estatutariamente como independentista, Caixa Catalana asegura que "los catalanes comprometidos con el país no queremos tener nuestros recursos en manos foráneas, dependiendo siempre de Madrid". Los promotores de la cooperativa, aún sin licencia bancaria, admitieron en junio en el digital independentista Directe! que "el tema independentista hace su camino, aprovechamos la corriente de fondo".
Patronal independentista
Roset tiene como socio a Joan Canadell. Ambos han coincidido en la directiva del Círculo Catalán de Negocios (CCN), la patronal de las empresas independentistas. Su presidente fundador, Ramón Carner, gestiona la empresa Apats.cat, "Productos Artesanos de Cataluña". El CCN informa de que cuenta con un millar de socios; el CCN quiere "ser el catalizador del movimiento soberanista entre el empresariado catalán y contribuir a la restitución de la independencia política de Cataluña".
Xavier Navarro recuerda cuando tras los fastos de 2014 fueron desapareciendo más y más empresas de mercadotecnia independentista. Navarro es socio de Bandera Catalana, una de las pocas compañías que han podido consolidar su negocio vinculado al proceso soberanista. Navarro cree que han desaparecido la mitad de las sociedades que se dedicaron al filón de la estelada. La aventura de Bandera Catalana empezó en 2013, cuando un grupo de amigos fabricó una bandera estelada rígida, de plástico, más resistente, que es fácil de encontrar colgada en balcones de muchos municipios catalanes. Es su producto estrella y el que les dio alas para crecer. Son los proveedores de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Navarro asegura que hacen lo posible para fabricar en Cataluña, sin precisar porcentajes de producción local e internacional. Navarro tampoco concreta su cifra de facturación.
De las marcas en el sector de la moda que han nacido durante el proceso soberanista, han conseguido estabilizarse dos nombres, Vamcats y Catalunya Freedom. Vamcats es una línea de calzado juvenil diseñado con una gran estelada en los laterales. El propietario es Guillem Soldevila, diseñador gráfico y titular de una empresa de marketing. Sus padres y abuelos se habían dedicado a la zapatería en Vic. Se han vendido 40.000 pares de Vamcats, según Soldevila, con precios que oscilan entre los 34 y los 85 euros. El éxito y la experiencia de Vamcats ha permitido a Soldevila crear una nueva línea de calzado, desmarcada de la cuestión catalana, para empresas y entidades.
La gama alta del soberanismo
Catalunya Freedom es la evolución de los productos independentistas hacia la gama alta. Albert Sola, uno de sus directivos, compara la marca con Tommy Hilfiger: calidad con simbología nacional discreta. Catalunya Freedom tiene tres establecimientos propios en el centro de Barcelona, Sitges y Playa de Aro. El vínculo de Catalunya Freedom con el catalanismo no se queda en el nombre: su ropa luce los escudos de Jaume I, de Roger de Llúria, de Roger de Flor, la señera o la cruz de Sant Jordi. Sus camisas pueden costar más de 100 euros, los bikinis, 54 euros, y una chaqueta para hacer deporte, 75 euros. Las tiendas Catalunya Freedom tienen un diseño marinero que recuerda al de la firma francesa Petit Bateau, pero decoradas con imágenes de tradiciones catalanas. Su fabricación se realiza enteramente en Cataluña y personajes como el expresidente Artur Mas o el periodista y político Miquel Calçada han lucido sus creaciones. "Nosotros pretendemos crear una marca de identidad pero sin grandes iconografías. Pero es cierto que con el procés, sin buscarlo, hay gente que ha hecho suya la marca", explica Sola. Catalunya Freedom no quiere facilitar su cifra de negocio.
Empresas conocidas por el gran público como el fabricante de calzado Munich o la cervecera Moritz también se apuntaron a la ola nacionalista. Munich fabricó en 2013 las zapatillas 'Keep Calm & Speak Catalan' –"mantente tranquilo y habla catalán"–, inspiradas en el lema del Gobierno británico de la Segunda Guerra Mundial "Keep Calm & Carry On". Pese a que las zapatillas 'Keep Calm' fueron en su momento un objeto fácil de ver por las calles de las ciudades catalanas, Munich informa de que fue un proyecto puntual para una empresa externa: "No tuvo mucho y éxito y la producción no continuó". Munich añade también una señera a sus modelos que se venden en Holanda, a petición de su distribuidor en este país, y fabrica la ropa de las selecciones deportivas catalanas, modelos que se pueden adquirir por Internet. Moritz lanzó en 2014 la cerveza 'Born 17.14' para conmemorar los fastos del tricentenario. Moritz subraya que es un producto que se creó para el restaurante del Born Centro Cultural (BCCM) y que todavía se puede encontrar en tiendas especializadas.
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