Cómo blindar los ahorros en verano
Existen productos financieros y herramientas que permiten minimizar la volatilidad típica del mercado en el estío
El dinero nunca duerme porque tampoco lo hace la vida. El pasado mes de julio ha mirado a los ojos del presente con varios atentados terroristas, la digestión de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, un intento de golpe de Estado en Turquía y el presentimiento de que la seguridad absoluta semeja una ilusión. Los mercados financieros hace años que aprendieron que el estío es una estación convulsa para los inversores. La crisis de deuda en Estados Unidos durante el verano de 2011 o la asiática de 2015 se leen como tatuajes en la piel de los ahorradores. Por eso hay que partir de algunas leyes que nadie ha escrito. “Irse de vacaciones resulta imposible para quienes tienen posiciones en Bolsa”. El parqué —viene a decir la casa de valores Norbolsa— penaliza la desatención. Pero incluso en los tiempos más cenizos existen estrategias para proteger las inversiones cuando el sol cae tan a plomo que derrite la línea del horizonte.
Ese cuidado al mirar el astro rey deben extremarlo sobre todo aquellos que invirtieron directamente en acciones. “Son quienes más trabajo tienen que hacer para proteger su cartera”, apunta Javier Urones, analista de XTB. Unos deberes que pasan por establecer stop loss (nivel máximo de pérdidas que se desea asumir) y cubrir las posiciones con productos derivados. Para esto sirven los futuros o los contratos financieros por diferencias (CFD). Porque los meses estivales resultan propicios a las grandes fluctuaciones. La liquidez del mercado es menor y por lo tanto las variaciones porcentuales, ante una misma orden, son mayores.
Bajo la inercia de ese tobogán, el ahorrador puede evitar subirse en él o aprender a deslizarse. “El riesgo debe ser parte de nuestras inversiones, al igual que lo es de la vida diaria. Debemos acostumbrarnos a él y manejarlo”, reflexionan desde el Observatorio Inverco. Una habilidad que parece imprescindible ya que, según los expertos de Goldman Sachs, podríamos haber entrado en una fase de “mayores turbulencias en el mercado”. Buenas noticias para la generación de liquidez.
Pero todo eso sucederá después del verano. Cuando la canícula apenas da respiro, todavía es posible rebajar el riesgo que soporta el ahorro. ¿Cómo? Cerrando posiciones para ganar liquidez en la cartera y reduciendo la beta global. En la jerga financiera supone incorporar a la cartera activos con un perfil defensivo (por ejemplo, renta fija). Sin embargo, todos estos ajustes también revelan que no se han hecho bien los deberes. “Tener que replantear la estrategia de inversión debido a las vacaciones es una señal de que esa no es la táctica más adecuada para nuestro perfil como inversores”, enmienda Antoni Bellfill, director de gestión de patrimonios de GVC Gaesco.
Este año el panorama es complica con las incertidumbres geopolígicas
Nadie escribió que invertir fuera fácil ni que el estío un tiempo plácido. El mundo que llega es una sucesión de titulares que inquietan al dinero: referéndum constitucional en Italia, elecciones presidenciales en Estados Unidos, la hoja de ruta a seguir con el Brexit y una banca transalpina que alberga 200.000 millones de euros en préstamos morosos. Al menos, la política monetaria expansiva ceba, aunque sea artificialmente, la máquina de fabricar billetes y el crecimiento en Japón y Europa. En este paisaje del desasosiego, la liquidez, el tradicional refugio para el inversor conservador, se ha transformado en una trampa. Pues con tipos de interés en la práctica negativos ofrece nada o muy poco. Por eso “los bancos centrales se han convertido en el gran enemigo del ahorro conservador ya que no hay rentabilidad en los bonos soberanos del país”, alerta Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica. Y añade: “Se trata de un escenario nuevo. No existe El Dorado en inversión y resulta necesario ser innovador y muy activo”. Al fin de cuentas “es importante que el inversor tenga claro que proteger el ahorro tiene un coste. Cualquier inversión, por conservadora que sea, puede producir pérdidas”, advierte Ricardo González, director comercial de Mutuactivos.
Desde luego se nota que el verano acude con la incertidumbre de los días venideros. De ahí que Luca Paolini, responsable de estrategia de Pictet AM, recomiende a tres meses una propuesta muy diversificada para proteger los ahorros. Una interpretación que transita por infraponderar (limitar su presencia en la cartera) la renta fija, el yen y la deuda pública de los mercados desarrollados. Y sobreponderar, junto con la deuda del Tesoro estadounidense, el oro. Porque el metal precioso puede ser un seguro frente a la volatilidad.
Pero construir (o reconstruir) una cartera existente hacia esa dirección suena caro y complejo. Tal vez demasiado esfuerzo para algo tan breve como el estío. Quizá haga falta un enfoque nuevo que maride tecnología y seguridad. “El mayor riesgo no recae en la inversión sino en el inversor”. Los expertos de Renta 4 zarandean la mirada. Porque, aseguran, “el elemento común en la mayoría de las inversiones fallidas es la gestión del riesgo que hace el ahorrador”.
Ayudas tecnológicas
Al parecer debemos ser malos agrimensores del dinero y al rescate de nuestra torpeza acuden en verano aplicaciones para el móvil, alertas que suenan en el correo electrónico y en el teléfono y sistemas de stop loss. Todo inmediato y todo digital. Ya que el universo fintech (finanzas y tecnología) y los robo advisors quieren tomar la playa, las arenas, el chiringuito; los lugares de descanso. Tal vez no haya mejor receta que dejar el dinero estos meses en manos de las máquinas. Al menos es lo que defiende Luis Martín Cabiedes, uno de los principales business angels de España. Propuestas como Indexa Capital (el primer gestor automatizado de inversiones que apareció en nuestro país) garantizan un enfoque que a Cabiedes le suena como un aria de Mozart. “Permiten, a muy bajo coste, una estrategia de máxima prudencia y diversificación de la cartera”, resume el emprendedor. La pericia del algoritmo del robot pasa por establecer unos índices objetivos (Ibex 35, S&P 500…) y replicarlos.
Sin embargo para quien todavía confíe en el factor humano (o sea, en un gestor), y en aquello que escribió Guillermo de Ockham, un franciscano inglés del siglo XIV, acerca de que “en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”, una maniobra básica en verano pasa por diversificar. “Es lo fundamental a la hora de construir las carteras”, refrenda Leonardo Fernández, responsable del canal intermediario de la gestora Schroders. “Y si el dólar se estabiliza podría ser una buena alternativa en renta variable y renta fija”. En caso contrario, máxima prudencia. Ahí encajan, acorde con Jorge González, analista de Tressis, los fondos de renta fija agregada de poca duración. Apenas se asume riesgo y aportan algo más de rentabilidad que los monetarios. Todas son ideas válidas para un estío en el que el sol y el dinero nunca duermen.
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