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Verano en una casa con ruedas

La venta de autocaravanas nuevas y usadas se recupera a marchas forzadas

María Fernández
Las autocaravanas permiten una mayor libertad a la hora de viajar.
Las autocaravanas permiten una mayor libertad a la hora de viajar. Óscar Corral

Sin reservar hotel, sin prisas, con toda la familia, solos o en pareja y a menudo sin destino definido. La libertad que proporciona viajar en una autocaravana y el nivel de comodidad que ofrecen los nuevos vehículos seduce cada día a más personas. Las ventas son todavía modestas —el año pasado las matriculaciones sumaron 2.491 unidades— pero el crecimiento de los últimos dos ejercicios (un 12% y un 70% en 2014 y 2015) y las buenas cifras registradas durante los primeros meses de 2016 animan a un sector que ha estado muy apagado durante la crisis. Tanto, que los comerciales recuerdan un mes de julio de 2009 donde sólo se facturó un vehículo en todo Madrid. “El mal momento económico nos ha afectado a todos, pero estamos saliendo. Claro que no nos podemos comparar con mercados como el de Alemania, donde cada año se pueden llegar a vender 20.000 autocaravanas”, señalan desde Caravaning K2.

El abanico de precios y servicios es enorme, aunque por acotar, un vehículo nuevo puede costar entre 49.000 y 65.000 euros (entre 20.000 y 40.000 los usados con garantías de ofrecer un estado razonable). El mercado está en manos de dos principales grupos de fabricantes: el francés Trigano, que emplea a más de 5.000 personas y factura 1.076 millones de euros en todo el continente y los alemanes Hymer, que facturaron el año pasado 1.480 millones tras la venta de 26.000 autocaravanas y 10.000 caravanas. Hay, cómo no, otros industriales exclusivos, como la alemana Vario Mobil, que personaliza sus diseños según las necesidades del cliente y que tiene vehículos que superan el medio millón de euros (que pueden llegar a transportar un turismo en su bodega).

En España quedan solo dos fabricantes. Los alicantinos Across y Benimar, integrada en Trigano. Esta última fabricó en 2015 1.800 unidades y exporta el 70%. “La crisis forzó la concentración de muchas empresas que antes trabajaban como marcas dispersas”, señala Raúl Vaquero, delegado ejecutivo de Aseicar, la asociación española de la industria y comercio del ramo.

Adaptar una furgoneta industrial (en la foto, Renault Trafic reformada por Camperoad) es una opción más económica.
Adaptar una furgoneta industrial (en la foto, Renault Trafic reformada por Camperoad) es una opción más económica.

No es, contrariamente a lo que se piensa, una afición barata, pero hay numerosas opciones para poder disfrutar de una furgoneta preparada para hasta seis personas: el alquiler oscila según la temporada y el modelo, de 130 a 210 euros diarios a lo que hay que sumar el combustible y otro tipo de servicios opcionales (GPS, portabicicletas, entregas fuera de horario, ropa de cama, botellas de gas o productos químicos para el baño). “En cuanto a los accesorios, las autocaravanas nuevas van muy equipadas, con placa solar, navegador, cámaras de visión de marcha atrás o antena de televisión. También se pueden montar alarmas, luces led, neveras, toldos”, señala Luis López Hidalgo, de Caravaning K2. Si la opción pasa por comprar, hay que añadir los precios de una plaza de garaje y el seguro y, por supuesto, tener en cuenta el consumo de combustible (diésel), más elevado que el de cualquier turismo.

La mayoría, hasta el límite de 3.500 kilos de peso, se puede conducir con el carnet B. Los modelos estándar rondan los siete metros de longitud y el tipo de configuración más popular es la llamada capuchina, con un sombrero sobre la cabina del piloto reservado para la cama y con capacidad de hasta siete personas. En segundo lugar están las furgonetas perfiladas, parecidas a las anteriores pero que han transformado el espacio superior en armarios (recomendadas para dos o cuatro personas que hagan desplazamientos largos), o las integrales, más aerodinámicas y consideradas como de alta gama. Sin olvidar las camper, perfectas para dos personas, cuyo primer y mejor exponente es la mítica Volkswagen T1 de los años 60, deseada por surfistas de todo el mundo.

El fabricante Hymer (en la foto, interior de uno de sus modelos) es el mayor de Europa.
El fabricante Hymer (en la foto, interior de uno de sus modelos) es el mayor de Europa.

Para quien no quiera invertir tanto dinero hay otras opciones, como las preparaciones de vehículos industriales que se aislan, amueblan y homologan en pequeños talleres por precios que oscilan entre los 12.000 y los 35.000 euros. La empresa gallega Camperoad, un pequeño carrocero que transforma unas 40 furgonetas al año, ha ideado un sistema de módulos autosuficientes con el que está comenzando a adaptar Renault Trafic. Sus modelos son altamente personalizables e incluyen las instalaciones de gas, electricidad, el forrado de la carrocería con fibra de vidrio para conseguir el aislamiento, los depósitos y el mobiliario, incluidos techos elevables. “Todo depende de lo que el cliente desee y quiera gastar”, destaca su propietario, Enrique Dasilva.

Si cada cliente es un mundo, también lo es la legislación, que en España permite pernoctar en cualquier lugar donde esté permitido aparcar un turismo. “Pero luego nos encontramos con que muchos Ayuntamientos prohíben aparcar autocaravanas en ciertos lugares, cuando tenemos los mismos derechos”, denuncia Raúl Vaquero. Lo que sí es sancionable es desplegar elementos como toldos, sillas o mesas. Los foros de usuarios como Furgovw o ACPasion orientan a los usuarios sobre estas cuestiones y son muy útiles para descubrir nuevos lugares de viaje. Las patronales y las asociaciones de aficionados llevan años reclamando que se habiliten más puntos de pernocta. “En España habrá unos 300 o 400 mientras que países como Francia tienen miles”. Y recuerdan que el turismo de furgoneta reporta importantes beneficios económicos a las poblaciones receptoras.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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