El Deutsche Bank se defiende ante las dudas sobre su capacidad de pago
La entidad envía un comunicado a los inversores y empleados para asegurar que puede hacer frente a todas sus obligaciones
“¡Estamos en condiciones de pagar!”. Con esta inédita e inusual afirmación, el Deutsche Bank, la institución financiera más importante de Alemania, intentó en la noche del lunes, tranquilizar a los inversores que habían comenzado a desprenderse de sus títulos ante el temor de que el banco no esté en condiciones de cumplir con sus obligaciones de pago de intereses en los bonos convertibles de más riesgo a causa de las graves pérdidas que acumuló en 2015 y que se elevaron a 6.700 millones de euros. A pesar de la férrea defensa de sus ejecutivos, el banco pierde hoy de nuevo un 4,27% en Bolsa.
La inédita "medida de fomento de la confianza" la puso en marcha el director financiero de la institución, Markus Schenk, después de que las acciones del Banco cayeran durante la jornada de ayer un 9,5%. Defiende que tiene una capacidad de pago de 1.000 millones para abonar los intereses de deuda convertible, "por lo tanto, es más que suficiente para cumplir con nuestras obligaciones de los cupones AT-1, que es de 350 millones de euros, y que vencen el 30 de abril de 2016”, según señaló Schenk. “Nuestra posición actual de riesgo y capital es robusta y nos permite hacer frente a nuestras obligaciones desde una posición de fuerza”, añadió, al destacar que el Banco cuenta con fondos estimados en 4.300 millones para 2017.
Las dudas sobre Deutsche Bank forzaron este martes incluso al Gobierno alemán a tomar posición. El ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schaeuble, ha descartado este martes cualquier temor del Ejecutivo de Angela Merkel sobre la situación del primer banco del país. “No tengo ninguna preocupación sobre Deutsche Bank”, ha defendido el titular de Finanzas en una entrevista concedida a Bloomberg TV.
La tragedia que vivió el Deutsche Bank el lunes pasado en la Bolsa, y que ha alargado al martes, se inició cuando en la capital financiera de Alemania comenzó a extenderse el rumor que señalaba que el Banco no podría cumplir con el pago de los intereses de esos bonos AT-1, también conocidos como “Cocos” (bonos contingentes convertibles). Este banco emitió en 2014 Cocos por valor total de unos 4.600 millones de euros para fortalecer su capital sin tener que emitir nuevas acciones. Estos títulos de deuda tienen cupones de intereses muy atractivos para el inversor, pero son flexibles, y que se convierten obligatoriamente en acciones ordinarias en caso de que sea necesario mejorar la capitalización de la entidad.
Mensaje para inversores y empleados
Para evitar que se prolongue la pérdida de valor de las acciones, el Banco recurrió a una nueva acción de comunicación, esta vez, firmada por el consejero delegado adjunto, el británico John Cryan, quien hizo publicar en la pagina web un comunicado dirigido a los empleados de la institución y que se puede leer casi como una declaración de guerra. “El Deutsche Bank es, de cara a su fortaleza de capital y su posición de riesgo, absolutamente sólido y todas las preocupaciones relacionadas con las previsiones del Banco para hacer frente a litigios no tienen ningún fundamento”.
La pesadilla del Deutsche Bank se inició el 21 de enero pasado, cuando el máximo ejecutivo de la institución reveló que el gigante financiero alemán había cerrado 2015 con perdidas netas de 6.700 millones de euros. Cryan calificó los resultados como “decepcionantes” y, aunque intentó disfrazar la tragedia con un mensaje de esperanza dirigido a sus empleados —“las perdidas anunciadas son consecuencia de decisiones necesarias tomadas en el marco de la estrategia 2020, que harán al banco más eficiente y más sencillo”, dijo ese día—, no logró disipar las dudas que aún subsisten sobre su futuro.
Este aspecto fue resaltado este martes por el banquero en su mensaje dirigido a los empleados. “El mercado está preocupado por saber si nuestras reservas para hacer frente a los litigios son suficientes. “Esa preocupación yo no la comparto”, afirmó el banquero en su comunicado, que fue calificado por la prensa germana como algo nunca antes visto en el mundo financiero germano. Nunca en su larga historia, la institución más poderosa de Alemania había tenido que asegurar a sus inversionistas que está en condiciones pagar sus deudas.
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