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La dama del parqué español

Maria Àngels Vallvé fue la primera mujer agente de cambio y Bolsa hace 45 años

David Fernández
Maria Àngels Vallvé posa antes de la entrevista en la sede de GVC Gaesco.
Maria Àngels Vallvé posa antes de la entrevista en la sede de GVC Gaesco.Kike Para

Cuesta imaginársela en la jauría de gritos y testosterona que eran los corros bursátiles hace 45 años, pero Maria Àngels Vallvé (Barcelona, 1942) es una pionera del parqué. En 1971 fue la primera mujer en aprobar la oposición de agente de cambio y Bolsa. Hasta 1967 el requisito para ser diplomático, notario o bróker era ser “varón y español”. Como ocurre con muchas carreras profesionales, su noviazgo con el mercado fue fruto de la casualidad. “Yo era licenciada en Economía y empecé a trabajar en una empresa familiar dedicada al negocio del cobre. Como yo hablaba inglés y francés me encargaron hacer coberturas sobre el precio. Así empecé a tener contacto con la London Metal Exchange. Una noche de verano estaba con mi marido [Joan Hortalá, actual presidente de la Bolsa de Barcelona] en la Costa Brava tomando una copa con unos amigos y me avisaron de que se habían convocado oposiciones para agente. Joan me animó a presentarme. He recibido su apoyo y comprensión en toda mi vida profesional. Estudié y gané las oposiciones”, recuerda Vallvé.

Hasta que la Ley del Mercado de Valores (1988) acabó con esta actividad en favor de las agencias y sociedades de valores, había 150 agentes de cambio y Bolsa y solo seis eran mujeres. “He de reconocer que el resto de compañeros me recibieron muy bien. Javier Ribó, que fue mi padrino, me dijo que asistiera como mero oyente a los corros durante un mes y luego empezara a operar. Aquello era un guirigay en el que parecía que nadie se entendía con nadie. Mis colegas pensaban que no iba a poder contratar, pero mi voz aguda me sirvió para hacerme entender”.

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La negociación en Bolsa hace cuatro décadas era totalmente distinta a la actual. Apenas había intervención de la tecnología y todo cotizaba en hora y media. El volumen que se negociaba entonces en un año se hace ahora en una semana. “Había nervios, podías comprar o vender más caro o barato que el mercado, pero eran momentos mágicos. Ahora el operador cuenta con más medios, pero también tiene mucha más información, lo que le obliga a tomar en milésimas de segundos decisiones que quizás requieren una reflexión más pausada”, señala Vallvé.

Hasta la reforma del mercado, los agentes no podían gestionar carteras, por lo que junto a otros dos socios fundó en 1984 una sociedad instrumental, GVC (Garcon, Vallvé, Contreras), que tras el cambio normativo pasó a ser una sociedad de valores. Años después, Vallvé compró la participación de sus socios. “La entidad nació en un despacho profesional y tiene un carácter personal, yo diría que familiar. Mi objetivo es profesionalizar la compañía para poder traspasarla a la siguiente generación, pero siempre conservando el mismo espíritu. Nuestro objetivo es ofrecer servicios financieros para que el cliente, el ahorrador, se convierta en inversor con información y formación. Y todo esto hacerlo de una manera leal, transparente y eficaz”.

Salto cualitativo

La crisis ha permitido a GVC crecer mediante adquisiciones. En 2008 la entidad presidida por Vallvé se hizo con Gaesco, sumida en graves problemas por las provisiones realizadas para cubrir las pérdidas de clientes con operaciones en derivados. “Con la adquisición de Gaesco hemos mejorado el servicio, ya que complementamos nuestros negocios tradicionales con la gestión de fondos y pensiones”. El precio de adquisición rondó los 55 millones de euros y GVC contó con un crédito de 12 millones del Institut Català de Finances. En una entrevista publicada por Expansión, Vallvé reconoció que a la Generalitat le interesaba que Gaesco quedara bajo control catalán, aunque ahora niega haberlo dicho. “Lo que ocurrió es que los accionistas de Gaesco pensaron que si el comprador era GVC era más probable mantener las esencias de la compañía que si el comprador era una entidad de Madrid ya que podría trasladar a la capital determinados departamentos”. En relación con el proceso independentista en el que se ha embarcado el Gobierno catalán y si la entidad tiene un plan b en caso de que se logre ese objetivo, Vallvé opina lo siguiente: “Nosotros tenemos presencia en toda España. Al margen de las consideraciones políticas, nuestro objetivo es ofrecer servicio en todo el país. Desde Madrid nos tienen que conocer, no porque seamos catalanes, sino porque hacemos las cosas bien”.

El otro gran movimiento en la estrategia de crecimiento de GVC fue la compra en 2013 de Beka Finance, antigua Caja Madrid Bolsa, lo que les ha permitido ganar peso en el negocio de banca de inversión, reforzar su presencia entre la clientela institucional y mejorar su posición en Madrid. “Seguiremos atentos a cualquier oportunidad de crecer de forma no orgánica siempre que aporte valor añadido y encaje con el espíritu fundacional de la entidad”.

GVC Gaesco tiene 1.100 millones en activos bajo gestión (4.000 millones si se suman los activos administrados) y el objetivo es llegar a los 2.000 a final de año. En 2015 situaron cuatro de sus fondos entre los 20 más rentables. El crecimiento lo quiere conseguir a través de la apertura de nuevas oficinas, con la oficina virtual en Internet y con el lanzamiento de sus productos a través de la plataforma de Luxemburgo. “Nuestro sector tiene un problema y es que la normativa y, sobre todo, la fiscalidad, dificultan la exportación de nuestros servicios y facilitan la importación”.

Al concluir el encuentro, Vallvé da un consejo a aquellos que quieran empezar a invertir en Bolsa: “Deben formarse, informarse y asumir un nivel de riesgo que les permita dormir tranquilos”.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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