Pekín restringe los movimientos en Bolsa de los grandes accionistas
Tras el desplome, el regulador limita de forma permanente la capacidad de venta de los dueños de más de un 5% de los títulos de una cotizada
Uno de los factores que más inquietaba a los millones de pequeños accionistas chinos era que, por las decisiones de los grandes, pudieran incurrir en cuantiosas pérdidas. Durante esta semana muchos han decidido desprenderse de sus títulos antes de que este viernes se levante la prohibición de vender a los que cuentan con más de un 5% del capital social de una cotizada en sus manos. Visto que esta preocupación favorecía la volatilidad en los mercados chinos, las autoridades han decidido convertir lo que se implantó inicialmente como una muleta temporal para sostener los precios en una cláusula permanente.
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) ha sido inflexible. A sabiendas de que el veto a los grandes accionistas impuesto el pasado verano terminaba este viernes, ha aprobado en pocos días nuevas medidas que entran en vigor a partir del sábado. El texto regula cómo y cuándo los grandes accionistas, consejeros y directivos de las empresas que cotizan a Bolsa podrán vender sus acciones. A todos ellos solamente se les permitirá traspasar un máximo de un 1% de los títulos de la compañía cada tres meses. Cualquier movimiento en este sentido deberá ir acompañado, 15 días antes, de un comunicado público que detalle los planes de venta.
Los cálculos de las autoridades indican que, de no haberse aprobado esta nueva restricción, prácticamente un billón de títulos valorados en 1,24 billones de yuanes (unos 176.300 millones de euros) habrían quedado desbloqueados el próximo lunes.
La norma, según el regulador, se ha creado "para prevenir posibles oleadas de ventas de acciones y para ayudar a estabilizar el mercado". El lunes los mercados chinos registraron pérdidas de más del 7%, lo que provocó la suspensión automática de la sesión noventa minutos antes de su hora de cierre regular. Desde entonces las autoridades sugirieron que estaban trabajando en una "solución" que extendiera el veto a los grandes accionistas de vender sus títulos. Las informaciones en la prensa estatal de que se aprobarían nuevas medidas en este ámbito lograron estabilizar los mercados el miércoles.
Este jueves, sin embargo, una significativa depreciación del yuan volvió a poner en alerta a los inversores y se desencadenó la enésima espiral de venta masiva que terminó con la sesión cancelada cuando no había pasado ni media hora desde la apertura. Fue una vez paralizada la compraventa de acciones cuando el regulador dio a conocer de forma oficial la nueva normativa.
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