Los fondos seducen al inversor español
El índice de confianza de JPMorgan AM baja por las dudas sobre China
La tendencia es lenta, pero poco a poco los ahorradores españoles van asumiendo que hay vida más allá de los depósitos. Los tipos de interés han tenido que caer a mínimos históricos para que los inversores se despeguen en alguna medida de su producto fetiche. En este cambio de mentalidad, los fondos de inversión aparecen como una de las alternativas más firmes, según se desprende de la encuesta de confianza del inversor, elaborada por JP Morgan AME y publicada en exclusiva por EL PAÍS. En la oleada correspondiente al tercer trimestre del año el grupo de ahorradores que asegura ser partícipe de un fondo representa el 8,8% del total, más de tres puntos porcentuales por encima del peso que tenía este colectivo al cierre del ejercicio 2014. Se trata de la mayor subida entre las diferentes clases de activos.
Apuesta por la bolsa, pero con más cautela
Desde JP Morgan AM siguen sobreponderando los activos de riesgo —renta variable y bonos corporativos, principalmente—, aunque con más cautela que en trimestres anteriores. “La visión del mercado siguen siendo la misma que hace unos meses Es decir, un contexto de crecimiento mundial, donde los tipos de interés se mantendrán bajos durante bastante tiempo, favorece a los activos de riesgo. Sin embargo, hemos reducido algo nuestra exposición a la Bolsa debido a la volatilidad de los últimos meses”, explica Manuel Arroyo, director de estrategia de la gestora estadounidense.
Arroyo atribuye los vaivenes del mercado por las dudas acerca del impacto que puede tener la desaceleración de China en el resto de la economía mundial, un temor refrendado por la decisión de la Reserva Federal de retrasar la primera subida en los tipos de
EE UU. “La duda ahora en el mercado es si los problemas de las economías emergentes van a contagiar el crecimiento de los países más desarrollados”.
Por mercados, a JP Morgan le siguen gustando tanto la Bolsa estadounidense como la Europea. “Es cierto que las empresas americanas están más caras, pero sus beneficios tienen mayor visibilidad que los de los grupos europeos”.
En esta oleada el índice de confianza del inversor retrocede ligeramente, aunque se mantiene en positivo por tercer trimestre consecutivo. Este indicador, que se elabora con las respuestas de los encuestados acerca de qué hará el mercado en los próximos meses, cae desde el 1,27% al 0,75%. El 30,2% de los ahorradores españoles considera “probable” o “muy probable” que la Bolsa se aprecie, el 45,6% opina que se mantendrá en los niveles actuales, mientras que el 24,2% espera caídas en los índices. Llama la atención que entre los argumento de los pesimistas se cuela con fuerza en esta oleada la situación de China y la posible crisis de las economías asiáticas, un factor de riesgo que no aparecía en trimestres anteriores.
La inestabilidad bursátil del gigante asiático empezó en julio y ha traído una gran volatilidad a las Bolsas mundiales. Los inversores empiezan a temer que Pekín sufra un aterrizaje brusco en su crecimiento. En este contexto, los ahorradores españoles han dado un giro radical en sus preferencias bursátiles. Si en la oleada anterior el mercado español era el favorito de los encuestados, ahora donde éstos ven más potencial de subida es en la Bolsa europea. Además, crece con fuerza la apuesta por el margen alcista de la renta variable estadounidenses, mientras que las acciones asiáticas siguen perdiendo adeptos.
Mayor rentabilidad
La inestabilidad en la que llevan instaladas las Bolsas en los últimos meses no impide que los ahorradores empiecen a asumir que para lograr algún rédito decente hay que asumir mayores riesgos. Esto se observa en los resultados a la pregunta sobre qué valoran más a la hora de invertir. El 17,8% asegura que su objetivo es lograr la máxima rentabilidad, el porcentaje más alto desde 2009. Por su parte, el 40,3% de los inversores explica que está dispuesto a sacrificar algo de rentabilidad a cambio de cierta seguridad, mientras que los más conservadores —dicen que su aspiración es “no perder dinero”— representan el 41,9% del total (su menor peso desde 2007).
Desde que se introdujo la pregunta en la encuesta, los ahorradores españoles se han mostrado muy pesimistas sobre cuándo llegará el fin de la crisis porque creen que no basta con que la economía crezca. El 54,1% sitúa la luz al final del túnel en un plazo superior a los cuatro años, para el 17,3% ese momento no llegará antes de tres años, el 16,4% lo sitúa en un plazo que va desde los dos a los tres años, el 9,9% habla de un rango que oscila entre uno y dos años, y sólo el 2,3% piensa que el final de la crisis llegará en menos de 12 meses.
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