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Las tecnológicas chinas muerden el anzuelo de India

Las reformas de Modi atraen a los fabricantes del gigante asiático, necesitados de rebajar costes y conquistar mercados

“Hazlo en India”. Es el ambicioso plan de construcción de infraestructuras y concesión de subvenciones e incentivos que el nuevo primer ministro, Narendra Modi, ha diseñado para atraer inversión extranjera y para que la industria tenga un peso del 25% del PIB en 2022 ­—cuatro puntos más que ahora—. Su objetivo es convertir al país surasiático en una de las principales bases manufactureras del mundo. Al fin y al cabo, si el año pasado el político accedió a lo más alto del poder fue en gran parte por su promesa de reactivar una economía en la que no termina de cuajar el milagro que muchos pronosticaron hace ya varios lustros. Ahora, sin embargo, el crecimiento económico ha deslumbrado con un 7,4% en el último año —maquillado, eso sí, por un nuevo método para calcular el PIB—, y Make in India está teniendo un éxito inesperado entre las empresas tecnológicas de su principal rival económico: China.

Lo demostró la empresa Xiaomi el pasado día 11, cuando desveló en Visakhapatnam (ciudad portuaria de India) el Red Rice 2 Prime, su primer móvil inteligente hecho en India y “una muestra del compromiso adquirido con la iniciativa de Modi”. La marca china, nacida hace sólo cinco años y aupada ya al cuarto escalón del ranking mundial de ventas, llega al empobrecido estado sureño de Andhra Pradesh de la mano de Foxconn. Y, por su parte, este gigante taiwanés que emplea a casi un millón de personas en China, donde su principal producto es el iPhone de Apple, ha anunciado también una inversión de 4.500 millones de euros en el país, la más importante que ha logrado atraer Make in India. “Consideramos al país uno de los puntales de nuestra estrategia ‘Industria 4.0’”, explicó el fundador de Foxconn, Terry Guo.

OTROS EMERGENTES

Conscientes del aumento del coste de la mano de obra; del negativo impacto que tiene la fortaleza del yuan en las exportaciones y de las malas previsiones para el crecimiento económico de su país, las marcas chinas buscan deslocalizar la producción a países más económicos. Xiaomi tomó la delantera en julio con su desembarco en Brasil para fabricar la versión básica del Red Rice 2, aunque fuentes de la empresa confirman que la decisión de implantarse en el país sudamericano está más relacionada con los aranceles que impone a la importación que con los costes de producción. “Brasil es nuestro primer paso en el continente americano”, afirmó el vicepresidente de Internacionalización de la marca china, Hugo Barra, que también ha puesto sus ojos en México. Pero, antes Xiaomi da el salto a otro gigante que no sólo resulta atractivo como base productiva. Esa es solo una parte de la historia. “Manufacturar móviles de forma local es un paso significativo en el proceso de incorporar a Xiaomi en el tejido industrial indio. Pero también nos acercará a los consumidores indios”, afirmó Barra en la ceremonia inaugural del proyecto.

No en vano, el mercado indio también se presenta como una prometedora alternativa al de China, que, aunque continúa siendo el más importante del mundo, sufrió una caída del 4% durante la primera mitad de 2015. Es el primer dato negativo de los últimos seis años y puede que impida a Xiaomi alcanzar su objetivo de vender 100 millones de móviles. Las marcas prevén que la tendencia a la baja continúe por la excesiva saturación y la falta de una clara diferenciación entre terminales. En India, sin embargo, las ventas de smartphones han pasado de seis millones en el primer trimestre de 2013 a un récord de 26,5 millones entre abril y junio de este año.

“Es un mercado con un gran potencial para las marcas chinas porque los clientes aprecian mucho la gran relación calidad-precio que ofrecemos, y todavía hay un gran porcentaje de la población que no tiene un móvil. De hecho, el año pasado solo 140 millones de indios poseían uno, y esperamos que para 2019 ese número sobrepase los 650 millones. Pero no nos resultará fácil tener éxito porque China e India son dos países con mentalidades muy diferentes que tradicionalmente han tenido un bajo nivel de interacción empresarial”, cuenta el vicepresidente de Meizu, Li Nan, que avanza su desembarco en India para dentro de “semanas o meses”.

La flamante OnePlus, que nació hace menos de dos años y dio la campanada en 2014 con su primer móvil, el One, también está considerando la posibilidad de abandonar las líneas de producción que tiene en China su socio local, Oppo, y fabricar su tercer aparato en India. “Nos consideramos una marca global, y tenemos que buscar la mejor plataforma productiva como cualquier otra multinacional. El programa Make in India nos parece muy interesante, y fabricar allí nos proporcionaría una ventaja comparativa importante”, cuenta el cofundador Carl Pei. Tanto OnePlus como Xiaomi y Meizu se caracterizan por vender la mayoría de sus productos a través de Internet, lo que les permite ofrecer precios muy inferiores a los de la competencia.Claro que, como explica Barra, ese es un sistema que también tiene sus limitaciones: “De momento solo tiene sentido ir a mercados con grandes poblaciones y una buena infraestructura de comercio electrónico”.

CANALES DE VENTA

En ZUK, la última startup china que se ha lanzado al sector de los móviles con el apoyo de Lenovo, en cuyas manos está el 70% de su capital, también creen que las marcas chinas pueden tomar la delantera en la esfera internacional gracias a los nuevos canales de venta. Por eso, además de barajar la posibilidad de participar en el programa de incentivos indio ya han decidido lanzar allí su primer móvil, el Z1. “Es uno de nuestros mercados prioritarios y llegaremos en enero, tan pronto como expire el contrato de exclusividad que Cyanogen [el sistema operativo que ha adoptado ZUK] firmó con el fabricante indio Micromax”, avanza el cofundador de la empresa, Chen Yu. “No sólo es un buen lugar para producir, también creemos que se trata de un mercado con mayor margen de beneficio”, apostilla.

No obstante, en India las marcas chinas todavía tienen una penetración residual. Solo Lenovo aparece en el grupo de las cinco más vendidas —dominado por marcas locales con la excepción de Samsung— y lo hace en la última posición. Por eso, Xiaomi ha decidido prestar especial atención a sus consumidores para ganar cuota. En abril diseñó una versión internacional de su móvil Mi4 pensando sobre todo en India. Y el pasado miércoles volvió a hacer un guiño a su creciente número de fans indios al llevar a cabo el lanzamiento global de su nuevo sistema operativo en Delhi.

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