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La Bolsa china frena su hundimiento tras la rebaja de tipos de interés

Después de la rebaja de tipos, Shanghái cae el 1,3% en una sesión muy volátil

Macarena Vidal Liy

El recorte de tipos del banco central chino, que las autoridades del país esperaban que tuviera un efecto tranquilizado sobre los mercados, no ha conseguido evitar la volatilidad en los mercados asiáticos. En una jornada matutina en la que los vaivenes han asemejado una montaña rusa, el índice general de Shanghái ha cerrado con caídas del 1,3%, tras haber llegado a subir más de un 2,5% pasada la media sesión, y haber registrado pérdidas del 3% a lo largo de la mañana. En un comienzo de semana negro, Shanghai había perdido un 8,49% el lunes y un 7% el martes.

En el resto de los mercados asiáticos los resultados son igualmente mixtos. En Tokio, el índice Nikkei ha avanzado un 3,2% al cierre de la sesión, después de dos jornadas en las que perdió un 4,66% y un 3,96% respectivamente. En Seúl, el índice KOSPI ha subido un  2,6%. Hong Kong, por contra, perdía los 40 puntos que ganó en la apertura y retrocedía en torno a un 1%.

El Banco Popular de China (PBoC) quiso asumir el martes el protagonismo que le exigían los inversores desde hace días y dar una señal de que continúa el apoyo que el régimen chino ha dado a sus Bolsas a lo largo de las correcciones del verano. Por quinta vez en nueve meses, el banco central rebajó los tipos de interés, en 25 puntos básicos, y redujo en medio punto porcentual el coeficiente de caja de sus bancos (la proporción de sus activos que deben mantener en líquido) para reactivar su economía e inyectar liquidez en el sector financiero.

Las dudas sobre la situación real de la economía china, la segunda del mundo, y la volatilidad de sus mercados ha erosionado la confianza de los inversores y ha precipitado drásticas caídas en las Bolsas mundiales en los últimos días.

El estallido de la burbuja

La Bolsa china había vivido un año de fuertes subidas. La falta de productos financieros rentables y el enfriamiento del sector inmobiliario llevó a millones de pequeños inversores a depositar allí sus ahorros, pese a un completo desconocimiento bursátil. En muchos casos, los inversores recurrieron incluso al endeudamiento para comprar títulos y alimentar una bonanza que parecía no tener fin. La burbuja estalló este junio.

El Gobierno chino intervino para apoyar los mercados financieros y mantener el impulso de una economía que atraviesa una etapa de ralentización y este año tiene un objetivo de crecimiento del 7%, medio punto porcentual por debajo del de 2014. Hace dos semanas devaluó el renminbi. El régimen insiste en que con ello busca permitir un mayor papel de los mercados en la cotización de su divisa, y por lo tanto esta medida forma parte de su plan de reformas económicas.

Pero la devaluación también dará un impulso a las exportaciones, que habían registrado caídas del 8% en julio. Eso ha suscitado los temores de que la iniciativa se haya tomado más bien para apuntalar una economía que pueda encontrarse en peor situación de lo que se pensaba hasta el momento.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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