“La batalla contra el ‘fracking’ no está perdida”
Robert Pollin, profesor de la Universidad Armherst Massachussets y codirector del Instituto de Investigación de Economía Política (PERI), ha presentado a Podemos un programa en materia energética con una fuerte inversión en renovables. Pollin, ha hecho informes para el Gobierno estadounidense, es contrario al fracking (fráctura hidráulica).
Pregunta. ¿De dónde van a salir los los recursos para poner en marcha ese plan?
Respuesta. Es ambicioso, pero España es un líder global en el sector eólico, así que hay una buena trayectoria en el desarrollo de las energías alternativas, es extremadamente innovadora. Hay cosas que se pueden fhacer mejor, pero no es empezar de cero. El programa está diseñado sobre una idea de gasto del 1,5% del PIB anual, unos 18.000 millones. Es mucho dinero, pero no una cifra absurda. Además, el programa, esencialmente, se autofinancia: tenemos que pagar 20.000 millones de euros en el año 1, pero a lo largo de los 20 años se paga por sí mismo. No pedimos recursos públicos adicionales netos.
“En España, la fiscalidad verde es el 1,4% del PIB; en la UE es el 2,4%”
P. El problema de muchos planes autofinanciados es que asumen que las empresas querrán invertir. Eso requiere subvenciones: dinero público.
R. Si por ejemplo que tenemos un 25% de inversión pública y un 75% de inversión privada, ese 25% se usará sobre todo para incentivar la inversión privada, son 5.000 millones de euros, aún mucho dinero. Pero veámoslo por áreas: si inviertes en eficiencia energética, esta se paga por sí misma porque ahorra. Es posible un efecto rebote —como se ahorran costes, animas al usuario a consumir más— pero el potencial de este rebote es modesto en España, más que que en países en desarrollo, porque aquí ya hay luz todo el día, aparatos electrónicos… En un edificio como este, intuyo que podemos ahorrar un 30% de energía, con un retorno de la inversión de tres años. A partir del año 4, son ganancias netas.
P. También planean subir los impuestos.
R. Ahora los impuestos medioambientales en España son el 1,4% del PIB y la media de la UE es el 2,4%, así que si las subes a la media europea, eso solo va a pagar dos tercios de todo el programa. No digo que necesariamente haya que hacerlo, pero se puede usar esa flexibilidad. El problema de gravar el consumo energético es que es regresivo: golpea más a las familias desfavorecidos. Por eso la propuesta es que creas el impuesto pero devuelves a la gente, se vuelve muy progresivo.
P. ¿Por qué no han funcionado las ayudas las renovables en España?
"España es un líder global en el sector eólico, así que hay una buena trayectoria en el desarrollo de las energías alternativas"
R. Este es el sector eólico más potente, el plan sí funcionó. ¿Fue caro? Sí. Pero lo parece más en el contexto de la crisis. El principal subsidio era la tarifa, que garantizaba un precio fijado alto a los productores y funcionaba como un subsidio. Pero también puedes abaratar el coste de producción bajando los costes de financiación. Los productores de eólica están decepcionados porque el subsidio se cortó pero su deuda es alta con unos intereses medios del 8%. Se pueden acercar las ayudas más hacia ese lado. Este modelo ha tenido éxito en Alemania.
P. ¿Qué opina del fracking?
R. No debería haberlo. Hay muchos motivos. Si nos tomamos la ciencia climática en serio, no podemos quemar más fósiles. A menos que reduzcamos la energía fósil absoluta cada año, no podemos lograr la estabilización climática. Hay que reducir la producción de dióxido también. Y esto es un pensamiento generalizado. El fracking también es responsable de importante de la contaminación del agua. Y ahora es barato, pero no abemos hasta cuándo, porque tecnológicamente es rentable cuando es poco profundo.
P. Pero esta batalla parece perdida en EEUU.
R. No lo creo. El Estado de Nueva York ha prohibido el fracking, y Francia, y también Bulgaria. No es una batalla perdida. El gas o el fracking es una suerte de energía puente: sabemos que no es bueno pero se dice que es mejor que quemar carbón y, para los próximos 20 años, podemos soportarlo. El problema es que cuando las compañías invierten miles de millones para el fracking, si van a cortarlo en 20 años, no pueden recuperar su inversión. Por eso es importante estar en contra.
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