_
_
_
_

Fátima Báñez, la ministra que dio rostro a la reforma laboral

La titular de Empleo asumió los cambios legislativos más impopulares del Gobierno

La ministra de Empleo, Fátima Báñez.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez. EFE

Para las buenas y para las malas, a Fátima Báñez (San Juan del Puerto, Huelva, 1967) se la ha tenido, sobre todo, por una mujer de partido. Cuando fue nombrada ministra de Empleo, se atribuyó la designación a su tenaz trabajo en la sala de máquinas del grupo parlamentario junto a los que serían dos de los pesos pesados del Ejecutivo del PP, Soraya Sáez de Santamaría y Cristóbal Montoro.

Se subrayó además el respaldo de Javier Arenas, hombre de confianza de Rajoy, entonces todavía enfrascado en las elecciones andaluzas de 2012, en las que no conseguiría respaldo suficiente para gobernar. Pero de Báñez, licenciada en Economía y Derecho, se destacó también desde el principio su inexperiencia en cargos de gestión cuando se le encomendó una de las carteras más difíciles, con más de cinco millones de parados.

"2012 debe ser el año de la esperanza del empleo", proclamó Báñez nada más comenzar su mandato. Y 2012 acabó siendo un año terrible. Rajoy comenzó la legislatura con la aprobación por decreto de la reforma laboral, una medida muy impopular, con muchos padres dentro del partido y fuera de él.

Pero fue la ministra de Empleo la que la defendió, agarrada a un discurso lleno de consignas que se daba de bruces con la realidad: la reforma laboral, en plena recesión, con sus medidas para devaluar salarios y facilitar despidos, contribuyó a sumar un millón más de parados y a elevar la tasa de desempleo al 26%. Báñez tuvo que encajar dos huelgas generales en un puñado de meses.

La ministra de Empleo también tuvo que elaborar un discurso imposible para justificar que Rajoy incumpliera la promesa de revalorizar las pensiones. Y sus primeros meses estuvieron plagados de deslices (su cuenta de Twitter difundió un mensaje con el resultado de un juego online) y frases polémicas (como cuando agradeció a la Virgen del Rocío su contribución a "la salida de la crisis").

La ministra de Empleo lidió con otra reforma radical, la de las pensiones, pero esta vez se parapetó en un comité de expertos. Y aunque siempre ha estado entre los miembros del Gobierno menos reconocidos en los sondeos, su último año ha sido algo más amable.

Más información
Los jueces moldean la reforma laboral
La reforma laboral facilita y abarata el despido
Un Gobierno de amigos y fieles
Báñez se mete en todos los charcos

La caída de los precios ha permitido recuperar poder adquisitivo a los jubilados, pese a que las pensiones solo aumentan un 0,25% -y presumiblemente crecerán a ese ritmo ínfimo durante varios años más-. Y, sobre todo, el empleo ha vuelto a crecer a buen ritmo, aunque otros debate esenciales (la calidad de los nuevos puestos de trabajo,la temporalidad, o la devaluación salarial) siguen abiertos. Ahora, cuando Bruselas o el FMI destacan las reformas hechas por el Gobierno de Rajoy, hacen referencia sobre todo a las dos (laboral y pensiones) a las que puso rostro Fátima Báñez, las mismas que le restan popularidad en España.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_