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El aeropuerto de Córdoba, ejemplo de derroche para los auditores de la UE

El Tribunal de Cuentas europeo denuncia la "irracionalidad" en el uso de fondos comunitarios en ocho aeródromos españoles

Ignacio Fariza
Un helicóptero despega desde el aeropuerto de Córdoba
Un helicóptero despega desde el aeropuerto de CórdobaJuanma Vacas

El aeropuerto de Córdoba es, para el Tribunal de Cuentas de la UE, el mejor ejemplo del derroche de fondos comunitarios en infraestructura aeroportuaria. El organismo encargado de auditar los fondos europeos y de mejorar la gestión de financiera de la UE ha denunciado este martes que el aeródromo cordobés —cuya terminal fue ampliada en 2008 en unas obras que costaron 85 millones de euros, de los cuales 13 eran fondos comunitarios— es un modelo sobre cómo no se debieron tomar "decisiones de inversión". Ante la ausencia de tráfico de pasajeros —ha caído un 70% entre 2007 y 2013— y el escaso apetito de las aerolíneas comerciales por hacer uso de sus instalaciones, en la actualidad el uso de este aeropuerto se destina, en exclusiva, a aviones privados, gubernamentales y de recreo.

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El estudio de los auditores europeos destaca la cercanía del aeródromo cordobés a otros competidores —está a solo 40 minutos de Sevilla y a una hora y tres cuartos de Madrid en AVE— y subraya que el 99% de los 4,2 millones de personas que residen en su área de influencia (que incluye, además de Córdoba, buena parte de las provincias de Sevilla, Málaga, Granada, Jaén, Ciudad Real y Badajoz) tiene otro aeropuerto a menos de dos horas en coche, la distancia que toman como baremo de cercanía. "Pese a la importancia que los aeropuertos de Málaga y de Sevilla [el quinto y el undécimo aeropuerto de España por tráfico, respectivamente], el Gobierno español tomó en 2008 la decisión de ampliar la pista sin realizar antes un estudio sobre crecimiento potencial, un análisis de coste-beneficio o cualquier otro que pudiese justificarlo", subraya el documento del Tribunal de Cuentas Europeo. "En definitiva: no tenía ningún sentido su ampliación, no había razón técnica", añade un alto funcionario del organismo en declaraciones a este diario.

Tras la ampliación de la pista —ideada para dar cabida a aviones de mayor tamaño—, el volumen de pasajeros no solo no ha crecido, sino que ha disminuido respecto al momento en que se acometieron las obras, apunta el estudio. Y la cifra de viajeros registrada el pasado año dista mucho de la proyectada cuando se tomó la decisión de ampliarlo: 7.000 frente a los 179.000 previstos. En similar estado de infrautilización se encuentra el área de estacionamiento de aeronaves, también ampliada. "Hoy se emplea para aparcar aviones no comerciales", concluye el organismo comunitario.

Más allá del caso paradigmático de Córdoba, el Tribunal de Cuentas de la UE critica la ausencia de rentabilidad de otros siete aeródromos españoles que obtuvieron financiación comunitaria para su expansión: Badajoz, Burgos, Fuerteventura, La Palma, Madrid-Barajas, Murcia y Vigo. En todos los casos, el ente considera que los fondos comunitarios han ido a parar a infraestructuras infrautilizadas por falta de planificación o demanda que no tienen visos de ser rentables a corto plazo. Solo tres —Madrid-Barajas, Fuerteventura y Murcia— pueden llegar a un punto de equilibrio financiero en los próximos años y en una mayoría de casos el Tribunal considera probado que no había ninguna necesidad de aumentar su tamaño.

"Nuestro propósito no era el de hacer un análisis país a país, pero es cierto que España es uno de los Estados que, a luz de los datos, más ha derrochado fondos comunitarios en aeropuertos", apuntan los auditores en una reunión con periodistas europeos previa a la presentación del informe. Entre 2000 y 2013, España recibió algo menos de 700 millones, la cuarta parte del total de ayudas comunitarias para la inversión en infraestructura aeroportuaria europea, por delante de Italia, Grecia, Polonia y Estonia.

La Comisión Europea admite en respuesta al estudio que estas inversiones no representan "en algunos casos" un "uso eficaz" de los fondos europeos y dice "compartir" la preocupación del Tribunal de Cuentas de la UE sobre la sostenibilidad financiera de los aeropuertos analizados. No obstante, el Ejecutivo comunitario recuerda que el marco regulatorio para la asignación de los fondos de la UE para infraestructuras aeroportuarias es "más estricto" que en el periodo en el que se tomaron las decisiones de inversión en los aeropuertos analizados y "prevendrá" del uso poco eficaz de los fondos europeos.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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