Arturo Fernández pedirá un voto de confianza temporal para luego dimitir
El presidente de la patronal madrileña quiere ejecutar su programa electoral
Arturo Fernández, exconsejero de Bankia e implicado en el uso de una tarjeta opaca, tiene previsto pedir hoy a la junta directiva de la patronal madrileña CEIM, que preside, un voto de confianza para acabar el programa de reformas al que se comprometió en las elecciones que ganó el pasado marzo. Una vez terminada esa labor, que consiste en aprobar los nuevos estatutos y un Código Ético y cerrar la reestructuración de la organización, presentaría la dimisión y convocaría elecciones, según fuentes de su entorno.
Fernández, según esas fuentes, no quiere poner un plazo determinado, aunque se estima que al menos durará medio año. Fernández es también presidente de la Cámara de Madrid, organismo que precisamente el próximo año abordará un proceso electoral.
De esta forma y si recibe el apoyo de la junta, en la que tiene un control mayoritario, Fernández aspira a mantenerse también como vicepresidente primero de CEOE y abordar desde ese cargo las elecciones a la presidencia de esta organización, previstas para noviembre o diciembre. Fernández, que apoyó a Juan Rosell, hace cuatro años para su elección al frente de la gran patronal, se mantiene fiel al empresario catalán, que todavía no ha anunciado si se va a presentar o no a la reelección ni convocado los comisios.
Según las fuentes consultadas, de los nuevos estatutos de CEIM se han encargado los veteranos dirigentes José Antonio Segurado, expresidente y presidente de honor de la patronal madrileña, e Ignacio Lamata, representante de El Corte Inglés. Según el Código Ético, basado en el de la CEOE, un dirigente debe poner su cargo a disposición si se le abre procedimiento judicial penal, es decir, si hay escrito de acusación, se ha adoptado una medida cautelar de especial importancia o se ha dictado auto de procesamiento.
Precisamente, hoy se reúne la Comisión de Régimen Interno de la CEOE con el asunto del uso de las tarjetas como plato fuerte. Esta comisión, que preside Joaquim Gay de Montellà (presidente de la patronal catalana), recibirá las mismas explicaciones de Fernández, que, en estos momentos al menos, no incumple ninguna de esas condiciones.
Fernández se gastó con la tarjeta opaca de Bankia, de la que era consejero, 37.600 euros, de los que casi 10.000 fueron en restaurantes de su cadena. El empresario hostelero, que tiene parte de su grupo en preconcurso o concurso de acreedores, ha devuelto a la Fundación Caja Madrid todo lo gastado.
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