La Bolsa se deja un 1,98% arrastrada por las dudas sobre el Banco Espírito Santo
El Ibex modera al cierre las pérdidas sufridas a lo largo de la jornada y cae a los 10.533 puntos
La Bolsa española ha perdido un 1,98% este jueves arrastrada por las dudas sobre el portugués Banco Espírito Santo, cuya suspensión en Bolsa ha multiplicado las ventas que ya estaba sufriendo el sector financiero español. No obstante, el castigo podría haber sido mayor, ya que el principal selectivo del parqué madrileño, el Ibex 35, había llegado a ceder un 2,92% a media sesión. Al final, y tras transitar durante buena parte del día por debajo de los 10.500 enteros, este viernes abrirá en 10.533 puntos.
Dentro del Ibex, las mayores caídas han sido para Acciona (3,50%), Gamesa (3,41%), Indra o Repsol (3,34%). También han retrocedido más que el resto, Telecinco, Día y Caixabank, las tres con descensos superiores al 3%. En cuanto a los grandes valores, Santander ha perdido un 2,35%, BBVA ha retrocedido un 1,95% y Telefónica, un 1,89%. Por último, Iberdrola ha bajado un 0,86%.
En el resto de Europa y con el PSI de Lisboa en caída libre con un descenso del 4,18% por el peso del Espírito Santo, el Dax alemán ha bajado un 1,52%, el Cac parisino ha retrocedido un 1,34% y el FTSE de Londres un 0,68%. Milán también se acercaba a Madrid en cuanto a la intensidad del correctivo con un 1,9%. Con este balance, los parqués de referencia acumulan una semana prácticamente entera en rojo.
En la capital portuguesa, el regulador ha suspendido a las 13.30 y hasta nuevo aviso la cotización del Banco Espírito Santo (BES), que ha visto volatizarse el 54% de su valor en el último mes. Antes, desde el inicio de la sesión, la CNMV lusa también había sacado de cotización las acciones de su mayor accionista, el Grupo Financiero Espírito Santo (ESFG), que controla un 25% del banco.
La primera entidad lusa por activos, que en el momento de la suspensión cedía un 17%, está padeciendo un severo castigo por las dudas sobre la situación financiera de su accionista de referencia, sociedad controlada por la familia cuyo apellido da nombre a todo el conglomerado y que está enfrentada al Banco de Portugal. De hecho, el supervisor ha forzado la salida de los directivos de la familia del negocio financiero.
Tras imponer el cambio de gestor y pese a la difícil situación de la sociedad familiar ESFG, hundida en el nivel del bono basura tras dejar impagado un vencimiento de deuda, las autoridades portuguesas han ratificado su apoyo al banco. Con estas garantías, intenta evitar la extensión de las dudas, aunque de momento con éxito relativo. El segundo accionista del banco es Crédit Agricole, con un 14,6%, y también cuenta en su capital con el español Liberbank, aunque con solo un 0,93%, una participación apuntada en libros con un valor de 2,7 millones de euros. Tanto la entidad francesa como la española han caído este jueves un 2,06% y un 2,17%, respectivamente.
"Ha sido otra jornada para olvidar", ha resumido Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank. "Las dudas sobre el primer banco portugués y unos datos macroeconómicos decepcionantes han sido el detonante", ha añadido en referencia a las estadísticas de producción industrial publicadas en Francia e Italia y que confirman que siguen en contracción.
Recuperación exclusiva de los mercados
La avalancha de ventas ha sorprendido a los analistas, aunque la corrección era algo esperado tras los altos niveles que habían alcanzado el Ibex y el resto de Bolsas europeas en las últimas semanas. "Hemos visto mucho dinero yendo a los mercados periféricos en lo que va de año, y los bancos tienen un gran peso en la región. Con ello, a medida que los inversores están revisando sus posiciones, el sentimiento puede variar con gran rapidez", ha añadido a Bloomberg Veronika Pechlaner, de la firma Ashburton, radicada en las Islas Caimán. En su opinión, la clave es que "las opciones que tienen los bancos de superar beneficios este trimestre es muy pequeña", con lo que conviene ser prudente. A este respecto, las previsiones sobre los resultados del segundo trimestre que ahora comienzan a publicarse no son del todo halagüeñas porque la situación real de la economía se ha quedado rezagada frente a la recuperación de los mercados financieros.
En la deuda y tras la subasta de títulos ligados a la inflación del Tesoro, la prima de riesgo española, que hace unas semanas lograba bajar de los 120 puntos básicos (1,20 puntos porcentuales), ahora está a punto de rebasar los 170. Este indicador, que equivale al sobreprecio exigido a los bonos de España a 10 años frente a los alemanes, de referencia, y es un indicador de la confianza en el país, ha aumentado por el alza de las rentabilidades exigidas al papel del Estado hasta el 2,83%. Este es su nivel más alto en un mes, cuando marcó mínimos históricos por debajo del 2,60%. Al mismo tiempo, el interés de la deuda de Alemania, que en tiempo de turbulencias se beneficia de su condición de valor refugio, está en su nivel más bajo en un año.
La complicada situación del mercado, precisamente, ha llevado al Banco Popular y a ACS a aplazar sus respectivas emisiones de deuda.
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