Japón prepara otra oleada de reformas
El Gobierno bajará el tipo sobre sociedades e impulsará zonas económicas especiales
“Por ahora todo va bien en Japón. Pero hay muchas cosas que hacer”. Es el diagnóstico del exministro Heizo Takenaka, responsable de privatizaciones, servicios financieros y comunicaciones en sucesivos Gobiernos de Junichiro Koizumi, primer ministro de Japón entre 2001 y 2006. Una línea que parece compartir con el actual Gobierno de Shinzo Abe, que prepara una nueva oleada de reformas con la que dar forma a su nueva estrategia para impulsar el crecimiento. El Ejecutivo prepara un amplio paquete de reformas —“tan amplio que corre el riesgo de perder el foco”, en palabras de los analistas de Barclays— para finales de junio, entre las que destacan la rebaja del impuesto sobre sociedades; la reforma del mercado laboral, del sistema y del fondo público de pensiones, y la puesta en marcha de zonas económicas especiales.
El tipo efectivo del impuesto sobre sociedades en Japón está ligeramente por encima del 35%, solo por detrás de Estados Unidos entre las grandes economías y lejos del 17% que aplican Singapur y Hong Kong o el 24% de Corea del Sur. Abe ha asegurado que irá rebajando el tipo del impuesto de forma progresiva durante los próximos años hasta situarlo por debajo del 30%. Con estos cambios fiscales, Japón intenta hacer frente a la creciente competencia de sus vecinos asiáticos y favorecer a sus empresas exportadoras en detrimento de los consumidores. “Reducir el impuesto de sociedades es un elemento fundamental para que las empresas japonesas puedan competir internacionalmente. El impuesto es muy alto para los estándares globales”, subraya Takenaka, de visita esta semana en Madrid para pronunciar una conferencia en la Fundación Ramón Areces. Los expertos, sin embargo, advierten que la rebaja del impuesto debe coordinarse a su vez con las autoridades locales, que tienen su propio tributo sobre los beneficios empresariales.
La segunda fase de la Abeconomía también echa mano de los modelos de éxito de su vecino chino. “Las zonas económicas especiales van a aplicar un modelo económico muy desregulado a modo de prueba y quizá luego se pueda aplicar a toda la economía. Es muy similar al sistema que China aplica en el área de Shanghái o en Shenzhen”, recuerda Takenaka. El exministro, que fue uno de los impulsores de la privatización del servicio postal, es firme defensor de esta política. “La estrategia de crecimiento es muy importante, la economía japonesa está muy regulada y hay muchos intereses creados que lo hacen muy difícil. Hay que impulsar un proceso de desregulación y privatización, pero para ello es necesario un liderazgo político muy fuerte”, sostiene Takenaka.
No se puede negar que la estrategia de Abe ha supuesto un cambio notable para la economía japonesa. Después de 20 años luchando contra la deflación, el índice de precios al consumo se sitúa en el 1,6%, y si se excluyen los elementos más volátiles, como alimentación y energía, aún mantiene el signo positivo en el 0,8%. “Gracias a la muy valiente política de expansión monetaria del Banco de Japón, este reto ha sido conquistado. Aún hay que esperar un año antes de que la política de Kuroda deje sentir todos sus efectos sobre la economía real, pero se está alcanzando”, asegura el exministro.
Si alguna pega pone Takenaka a las políticas del actual Gobierno de Japón es su falta de respuesta al desbocado, dice, crecimiento del gasto social. “Sin esas reformas del gasto no habrá crecimiento y solo con subidas de impuestos no puede resolver el problema de consolidación fiscal”, advierte Takenaka. El propio gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, advertía al Gobierno esta semana que la rebaja del impuesto sobre sociedades deberá compensarse con menos gastos u otras subidas fiscales, como la que se aplicó al IVA en abril del 5% al 8%. Eso, según Takenaka, supondrá unos nuevos ingresos para el Estado equivalentes al 1,6% del PIB, aunque el Gobierno ha aprobado medidas para devolver parte de esos ingresos extra al sector privado. En octubre de 2015 está previsto subir de nuevo el IVA hasta el 10%, pero no parece que sea suficiente para abordar el problema de consolidación fiscal que afronta Japón, con una deuda pública que supera el 200% del PIB. La subida del IVA además puede provocar una caída temporal del PIB en este segundo trimestre, aunque las perspectivas de crecimiento de Japón para finales de este año aún se mantienen en el 1,7% en términos reales.
Takenaka defiende además cambios en la política de inversión como vía para impulsar el crecimiento. “El fondo de pensiones público tiene activos por 1,3 billones de dólares, quizá sea el mayor fondo de pensiones del mundo. La mayoría de este dinero está invertido en deuda pública y muy bien podría utilizarse para promover la construcción de infraestructuras, del tipo que sea, por ejemplo”, sostiene.
“Si todas estas reformas se cumplen, la Abeconomía será un éxito total. Pero el primer ministro tiene un gran reto ante sí”, concluye Takenaka.
“Ojalá la vía europea a la crisis sea mejor que la japonesa”
La crisis bancaria que Japón sufrió en los años noventa y el origen de sus problemas deflacionistas han sido la referencia global, junto a la Gran Depresión de los años treinta, a la hora de afrontar la actual crisis financiera internacional. Y no precisamente para bien.
“A Japón le llevó unos 12 años abordar el ajuste de balances de la banca”, reconoce Heizo Takenaka. “Y no fue hasta que se hizo un diagnóstico apropiado y se establecieron reglas estrictas para todo el sector cuando el problema pudo ser resuelto”, admite. Lo cierto es que fue durante Gobierno de Junichiro Koizumi, al que perteneció Takenaka, cuando se hicieron inyecciones de capital público a los bancos, lo que les permitió sanear los créditos morosos de sus balances y superar la crisis financiera. Un camino que Europa ha tardado mucho en recorrer y a diferencia de Estados Unidos. “Aun así, Europa ha sido más rápida que Japón a la hora de abordar los problemas financieros. Está a medio camino de la lenta respuesta de Japón y la rapidez de EE UU. Es la vía europea a la crisis, espero que sea mejor que la japonesa”, apunta.
Takenaka cuenta una anécdota personal: “Hablé en plena crisis con el entonces presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el después secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y me sorprendió descubrir cómo conocían profundamente la experiencia japonesa. Creo que les sirvió mucho para fijar su protocolo de actuación”, apunta.
Junto al reconocimiento de las deudas de los bancos, Takenaka lanza otra recomendación. “Si pudiera dar otro mensaje de la experiencia japonesa ante la crisis sería crear un organismo para ayudar a las empresas a manejar su abultada deuda, no solo a los bancos. Eso refleja una apuesta por la industrialización y el crecimiento”, aclara el exministro.
Heizo Takenaka pone asimismo el acento en el papel que desempeña el banco central, tanto a la hora de abordar el saneamiento bancario como en la lucha contra la deflación, otra de las materias donde Japón sirve como referencia económica global y que, sin duda, dificulta la salida de la crisis financiera. “Durante muchos años, el gobernador del Banco de Japón —entonces Masaaki Shirakawa— fue reacio a aumentar la masa monetaria porque estaba muy pendiente de la evolución de su propio balance y no pudimos convencerle de lo contrario. Pero una cosa es cierta: el balance del banco central es importante, pero acabar con la deflación es mucho más importante que todo eso”, apunta. Un mensaje que el actual gobernador parece compartir.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.