Nace el rey absoluto del cemento
La francesa Lafarge y la suiza Holcim se unen para crear el mayor productor mundial Tendrán que desinvertir por valor de 5.000 millones de euros
La fusión de la francesa Lafarge y la suiza Holcim, anunciada este lunes, dará lugar al mayor productor mundial de cemento, con ventas conjuntas de 32.000 millones de euros. Se trata de la mayor operación del año en Europa —realizada, según las empresas, para adaptarse mejor a la competencia global— y tendrá que pasar los controles de las autoridades de la competencia, sobre todo de la UE y EE UU. Para tratar de esquivar posibles obstáculos, el nuevo gigante del cemento realizará desinversiones por 5.000 millones.
No se pondrá sobre la mesa ni un euro en efectivo. La operación se realizará a través de una oferta de compra lanzada por Holcim sobre su rival que se basará exclusivamente en un intercambio de acciones: los accionistas de Lafarge recibirán un título de Holcim por cada uno de los suyos. Al final, los accionistas de la antigua Holcim tendrán un 53% de la nueva empresa, cuya sede estará en Suiza y cotizará en Zúrich y París, y el 47% restante procederá de Lafarge. La capitalización bursátil conjunta asciende a 40.000 millones.
La operación recibió el beneplácito de unos mercados bajistas. Lafarge subió en la Bolsa de París un 2,57% mientras que los títulos de Holcim se apuntaron un avance del 1,62% en la Bolsa de Zurich.
La unión "entre iguales" de las dos empresas, que pasarán a llamarse LafargeHolcim, refleja el delicado momento que atraviesa el sector cementero en estos tiempos de crisis y de auge de la competencia en los mercados emergentes, como China. La fusión permitirá a las empresas reducir costes de producción combinando sus operaciones y recortar el exceso de capacidad en algunos mercados, además de ahorrar energía y recortar deuda.
"El nuevo grupo ofrecerá un crecimiento mayor y un riesgo menor, por lo que creará más valor", afirmó el presidente ejecutivo de Lafarge, Bruno Lafont. Según sus cálculos, la fusión, que se cerrará en el primer semestre de 2015, proporcionará ahorros anuales de 1.400 millones desde 2018.
Una de las grandes incógnitas de la operación es si conseguirá recibir el visto bueno de las autoridades de la competencia, sobre todo en Europa, EE UU, Latinoamérica y Asia, donde el sector cementero ha sido durante tiempo motivo de preocupación para los reguladores en casi todo el mundo. En Europa, los cuatro grandes productores han sido investigados en algún momento desde 2008 por la Comisión Europea por prácticas propias de un cartel y fijación de precios. Es más, Bruselasestá analizando el acuerdo alcanzado por Holcim con la rival mexicana Cemex en el verano de 2013 para intercambiar activos en Europa y fusionar sus actividades en España.
Los accionistas de Lafarge recibirán un título de Holcim por cada una de las acciones de la compañía francesa
La cúpula directiva está convencida de que la operación saldrá adelante tras las desinversiones previstas por 5.000 millones, dos tercios de ellas se realizarán en Europa. Posiblemente, también haya desinversiones en Canadá, Brasil, India y China. Pero el ejecutivo no dio más detalles sobre qué países en los que están presentes ambas compañías —incluida España— se verán más afectados por las desinversiones. Lo que sí aseguró fue que "no habrá cierres de plantas debido a esta operación" y que el impacto sobre el empleo en Francia será limitado en el caso de Lafarge.
"Pronosticamos que el proceso [de aprobación de las autoridades de la competencia] va a ser largo, posiblemente serán necesarios hasta dos años", según opina UBS. Vamos a iniciar los contactos con la Comisión Europea y otros reguladores de inmediato, con un espíritu constructivo", afirmó Lafont.
La fusión, de salir adelante, ayudará a las empresas a reducir su deuda. El estallido de la crisis financiera pilló a ambas muy endeudadas por la compra de Orascom Cement por 10.200 millones por parte de Lafarge en 2008 y la adquisición por 4.100 millones de dólares de Aggregate Industries por parte de Holcim en 2005.
La operación cuenta con el visto bueno del principal accionista de Lafarge, el holding belga Groupe Bruxelles (GBL), que tendrá un 10% de la nueva empresa. Thomas Schmidheiny, uno de los empresarios más ricos de Suiza, y Filaret Galchev, magnate ruso del sector, controlan un 31% de Holcim. En Lafarge, además de GBL, uno de los grandes accionistas es el millonario egipcio Nassed Sawiris.
En España, Holcim y Lafarge están entre las principales cementeras, junto a Cementos Portland y la mexicana Cemex. En conjunto tienen nueve plantas, además de otros activos, y todavía queda por ver cómo les afecta el plan de desinversiones anunciado por el equipo directivo de la nueva empresa. Fuentes de Holcim afirmaron este lunes que "es pronto para decir algo", pero que "esta fusión es principalmente para crecer, no para reestructurar".
Nueve centros en España
En España, Holcim y Lafarge están entre las principales cementeras, junto a Cementos Portland y la mexicana Cemex. En conjunto tienen nueve plantas y habrá que ver cómo les afecta el plan de desinversiones, que aún no ha sido concretado.
Lafarge tiene tres fábricas de cemento (Montcada i Reixac, Sagunto y Villaluenga de la Sagra), una estación de molienda de cemento (La Parrilla); y ocho puntos de distribución.
Holcim cuenta con unas 600 personas y desarrolla sus actividades en Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia y Valencia. Acaba de presentar un ajuste laboral para 141 trabajadores, el 23,5% de la plantilla, según informaron a fuentes de CC OO.
Este expediente se suma a los que la multinacional del cemento viene realizando en España desde 2011 que, según este sindicato, han afectado a más de 2.000 empleados y han supuesto un ajuste de personal del 80%.
Asimismo, sucede a los continuos ajustes que vienen realizando en los últimos años los fabricantes de cemento españoles o radicados en España, entre los que figuran Cemex y Cementos Portland.
En cuanto al nuevo ERE de Holcim, afecta fundamentalmente a los trabajadores de las divisiones de hormigón mortero y áridos. La compañía lo atribuye, según el sindicato, a la actual coyuntura de continua caída en la demanda de materiales de construcción, especialmente de cemento y hormigón.
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