IEE ve posibles injusticias en financiación CCAA, pero no maltrato a Cataluña
El modelo de financiación de las comunidades autónomas presenta desviaciones que pueden causar situaciones de "injusticia o privilegio" para algunas autonomías, pero Cataluña no está "especialmente mal tratada", según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
El informe "La cuestión catalana II" contiene un estudio del investigador del CSIC Ángel de la Fuente, uno de los expertos que ha confeccionado la nueva metodología de las balanzas fiscales autonómicas encargada por el Gobierno, y otro del catedrático de fundamentos de análisis económico de la UAB Clemente Polo.
De la Fuente afirma que, tanto en términos de financiación regional como de su saldo fiscal, Cataluña está en la media de otras regiones con renta similar dentro y fuera de España, pero otras autonomías, en especial la Comunidad Valenciana, se ven perjudicadas por el sistema.
Según el IEE, los datos no evidencian "maltrato", pero sí revelan una distribución cuestionable de los recursos entre las autonomías "caracterizada por una elevada desigualdad y un alto grado de arbitrariedad".
De acuerdo con los últimos datos publicados, del año 2011, hay 27,5 puntos de diferencia entre la región mejor tratada por el sistema y la más perjudicada, sin que haya factores de coste ni diferencias de ingresos que lo justifiquen.
De la Fuente apunta que, sobre una media de 100 para medir la financiación homogénea por habitante ajustado (que ya incluye los factores de corrección como la edad, la dispersión territorial, la extensión o la insularidad) en el promedio entre 2002 y 2011, la Comunidad Valenciana quedaría en 92,4 y La Rioja en 120.
Cataluña quedaría muy poco por debajo de la media, con un índice de 99,6 de media entre 2002 y 2011, situada entre Madrid y Andalucía (con promedios de 100,8 y 98,8) y por encima de Baleares (93,3), Murcia (96,3), Castilla-La Mancha (98,3) y Canarias (98,5).
Según el autor, la ordenación carece de lógica, pues no se trata de que las regiones pobres o ricas estén bien o mal tratadas, ya que, por ejemplo, Andalucía y Murcia están en 94 y 96 de promedio, pero Extremadura tiene 110 y Cantabria 119.
Esta distribución causa una "comprensible irritación entre parte de la población catalana", a juicio del economista, quien sin embargo opina que eso no es "motivo suficiente para justificar la secesión".
Entre los motivos del mal reparto de los recursos señala "la excepción vasco-navarra", por la deficiente aplicación de los conciertos, que hace que en términos de financiación homogeneizada por habitante ajustado multipliquen casi por dos la media del territorio de régimen común.
La otra causa es el incumplimiento "del principio de ordinalidad", que debería asegurar que no se alterase el orden de comunidades en función de su capacidad fiscal bruta, algo que no ocurre, lo que convierte el modelo de financiación "en algo más parecido a una lotería de lo que sería deseable".
Así, como consecuencia de los mecanismos de nivelación, Madrid pierde 47 puntos y Cataluña 20, pero Canarias gana 44 y Extremadura 37, de modo que la comunidad extremeña pasa de la penúltima a la tercera posición, Madrid pierde ocho posiciones, Cataluña siete y Baleares y Valencia seis.
El informe analiza las balanzas fiscales y sostiene que identificar el déficit fiscal de un territorio de renta elevada, como es el caso de Cataluña, "con un latrocinio de la administración central es lisa y llanamente un disparate".
De la Fuente cuestiona que, como sostiene la Generalitat, el déficit fiscal de Cataluña fuera del 8,5 % en 2010, cerca de los 16.500 millones y sostiene que las estimaciones "más razonables" del saldo fiscal catalán apuntan a un déficit neutralizado de entre un 5 y un 6 por ciento del PIB de la región, algo "esperable", dada su elevada renta per cápita.
También en este caso subraya que lo llamativo no es el déficit fiscal catalán, sino que Navarra y País Vasco -y en menor medida Aragón y La Rioja- tengan saldos fiscales positivos.
Según las estimaciones del promedio 2001-2005, el déficit fiscal de Cataluña fue del 5,24 %, en Madrid del 10,84 % y en la Comunidad Valenciana del 2,04 %, con niveles de renta de 118,4, 130,6 y 92,3.
De ese modo, si se divide déficit fiscal per cápita por su diferencial de renta per cápita con el promedio español, Cataluña queda en la media nacional, Madrid tendría algún motivo de queja y la Comunidad Valenciana tiene motivos para poner "el grito en el cielo".
Sobre esta cuestión, Clemente Polo rebaja el déficit, como mucho, a entre 7.972 millones y 8.415 millones de euros, equivalente a entre un 4,13 y un 4,35 % del PIB catalán, y recalca que es incorrecto identificar esa cantidad con "el dividendo fiscal de la independencia".
Polo advierte en su escrito de "los daños para la actividad económica y el empleo en Cataluña podrían resultar severos" si optara por declarar la independencia de forma unilateral, caso en el que quedaría fuera de la UE y del euro, afirma.
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