La banca elige a Roldán al frente de la AEB pese a la oposición inicial de Guindos

Después de mucha polémica y enfrentamientos con el ministro de Economía, Luis de Guindos, la Asociación Española de Banca (AEB), ha hecho público un comunicado en el que dice que "el Consejo General de la AEB ha acordado por unanimidad aceptar la candidatura de José María Roldán Alegre, presentada conforme al artículo 16 de los Estatutos sociales por consenso de los cinco mayores bancos de la Asociación, para suceder a Miguel Martín como presidente de la AEB por un período de cuatro años".

La AEB, capitaneada por el Santander y el BBVA, también señala en la nota que José María Roldán "cumple todos los requisitos legales exigibles".  El consejo general de la AEB elevará el citado nombramiento a la Asamblea General de la AEB que se celebrará el próximo 22 de abril.

El comunicado añade una frase clave con la que la banca pretende zanjar las disputas con Guindos: "El Secretario de Estado de Economía ha sido informado previa y debidamente de la propuesta". En el comunicado inicial, el del 29 de octubre de 2013, lo que se señalaba era: "El gobernador del Banco de España ha estado informado puntualmente de la presente iniciativa". Ahora se quiere dar la impresión de que se ha pactado el nombramiento con el departamento de Guindos, invistiéndole de un reconocimiento público de poder que no tuvo en la primera elección de Roldán.

Economía criticó que alguien tan cercano a la crisis de las cajas esté ahora al frente de la patronal bancaria

Sin embargo, fuentes conocedoras de la operación, aclaran que el ministro sigue pensando lo mismo que en octubre pasado, cuando se opuso por dos razones: la primera que consideraba que Roldán tenía el problema de "las puertas giratorias", es decir, que pasaba del sector público al privado en poco tiempo. Por esta razón, cuando estalló la polémica, Guindos declaró que modificaría el régimen de incompatibilidades del Banco de España para que no vuelvan a suceder casos como el de Roldán. Desde Economía se dijo que no parecía adecuado que un miembro del regulador pasase a defender los intereses de los que hasta hace poco eran sus regulados, ante el temor de que se extendiera la sombra de la duda de que estaba trabajando con la perspectiva de luego cruzar a la orilla de los supervisados.

Por otro lado, el ministro considera no era "ético ni estético" que alguien que ha estado tan cercano a la crisis de las cajas de ahorros, que ha supuesto la petición de un rescate bancario y la inyección de unos 60.000 millones de dinero público, esté otra vez en un alto cargo del sector financiero, como es la presidencia de la AEB.

Roldán ha estado al frente de la Dirección General de Regulación y Estabilidad Financiera del Banco de España desde octubre de 2000 hasta octubre 2013. Fue economista del Servicio de Estudios en el supervisor y ha sido consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La banca reacción con una inusitada fuerza contra lo que consideró una injerencia "inaudita" y una intromisión en las decisiones de una asociación privada. La decisión que ha tomado la AEB, con el apoyo del Banco de España, demuestra que no estaba dispuesta a permitir que Guindos ejerciera un derecho de veto sobre la AEB, "después de otra decisiones que han entrado de lleno en la regulación del sector financiero", apuntan fuentes bancarias.

Las entidades consideraron una injerencia el veto de Guindos y han insistido en su candidato

Ante este enfrentamiento público, fue el propio Roldán el que se dirigió a los grandes bancos para aclarar que se retiraba de la carrera a la presidencia de la AEB si su persona era un obstáculo para las buenas relaciones entre banqueros y ministros. Al final, los dos grandes, el Santander y el BBVA le han mantenido porque le consideran una persona de enorme valía para negociar en Bruselas y Fráncfort los cambios regulatorios que se avecinan.

Algunas fuentes financieras, apuntan que ha habido dudas sobre la conveniencia de seguir con la candidatura de Roldán. Para algún banco muy relevante, que pidió el anonimato, hubiera sido mejor buscar otra persona de consenso y no hacer una causa belli de este tema porque se puede volver en contra con el tiempo. Otras fuentes señalan que los bancos están tranquilos porque cuentan con el apoyo de Moncloa para este nombramiento. 

Pese a todas las polémicas, lo cierto es que Guindos obligó al supervisor a revisar el régimen de incompatibilidad de los directores generales de la institución, que fija una incompatibilidad absoluta para incorporarse a entidades sujetas a la supervisión durante un período de seis meses tras el cese en el cargo. El régimen actual, que está en consultas en el BCE, se ha endurecido con tres baremos: seis meses de incompatibilidad cuando no hay ninguna relación entre el trabajo en el supervisor y la empresa donde va a trabajar; un año si hay dudas de posibles interferencias y dos años cuando se haya legislado sobre este sector. De estar en vigor esta norma en octubre, Roldán no hubiera podido ir a la AEB. Sin embargo, como no está aprobada y en ningún caso será retroactiva, no afectará al futuro presidente de la AEB, que abandonó la institución en octubre de 2013.

El actual presidente de la asociación, Miguel Martín, comunicó en octubre de 2012 a los bancos integrantes del entonces grupo primero de la AEB su deseo de no renovar su mandato en 2014. El mandato de Martín, que ha cumplido 70 años de edad, no ha estado exento de polémica porque algunas entidades consideran que no ha tenido el papel público necesario para atajar los ataques contra la reputación de los bancos.

El régimen de incompatibilidades aplicable a los directores generales del Bancode España está fijado en el Reglamento Interno del  Bancode España desde 1996, cuando se estableció una incompatibilidad absoluta para incorporarse a entidades sujetas a la supervisión durante un período de seis meses posterior al cese en el cargo.

En el caso del gobernador y del subgobernador, dicho régimen es más restrictivo, a diferencia de lo establecido para los altos cargos del sector público estatal, si bien durante un período inferior. En concreto, impide a los directores generales del Banco de España realizar cualquier actividad relacionada con el sector bancario, aunque no hubieran adoptado acuerdo alguno respecto a la entidad a la que pretendan incorporarse.

El Bancode España advirtió en noviembre de 2013 de que esta limitación afecta igualmente a la posible incorporación de los directores generales del Bancode España a cualquier asociación representativa de entidades de crédito.