El crecimiento económico dominicano contrasta con la pobreza
La economía dominicana creció el año pasado 4,1 %, por encima de la media de los países de América Latina, que aumentó en su conjunto 2,7 %, pero la nación caribeña no ha sido capaz se superar el lastre de la pobreza, que afecta a cuatro millones de personas.
Datos oficiales y de organismos internacionales reflejan que la economía local no ha parado de crecer desde finales de 2004 tras la crisis bancaria de 2003, que afectó considerablemente el país y llevó a las autoridades a pedir ayuda a las entidades crediticias internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La economía local está, según se desprende de estos datos, en una posición privilegiada frente a otras economías de América Latina y esto lo confirma una reciente declaración del gobernador del Banco Central (BC), Héctor Valdez Albizu,: La economía dominicana creció en enero pasado por encima del 5 % , mientras que la inflación marcha de acuerdo con las previsiones oficiales.
Pese a este crecimiento, los organismos internacionales, que reconocen que el país avanza en su lucha contra la pobreza, advierten de la persistente brecha entre ricos y pobres en la nación, cuya economía se sustenta, en especial, de los ingresos que genera el turismo, su principal fuente de divisas.
Y es justo esta desigualdad lo que ha limitado el desarrollo social en la República Dominicana e impedirá a la nación cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que los miembros de la ONU se propusieron alcanzar para 2015.
Según un informe presentado recientemente por el Ministerio de Economía y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el país cumplió, antes de lo previsto, su compromiso de reducir el número de personas que padecen hambre y se encamina a alcanzar la meta de la tasa de matriculación en la educación, pero está rezagado en la reducción de la pobreza.
Por ello, el estudio recomendó redoblar los esfuerzos que realiza la República Dominicana para avanzar hacia la meta de erradicar el hambre y la pobreza extrema, que afecta en el país a cerca de un millón de personas.
La pobreza extrema "ha disminuido a un ritmo menor al requerido para alcanzar la meta ODM", advierte el análisis.
La República Dominicana también está rezagada en la generación de empleo decente, otro de los desafíos de la nación, cuya tasa de desempleo es de un 15 %.
Un informe ofrecido el mes pasado en el país por el Banco Mundial (BM) reconoció que la República Dominicana logró en los últimos años una de las más rápidas tasas de crecimiento en América Latina y el Caribe, pero esto no se reflejó entre la mayoría de sus 10 millones de habitantes, donde solo el 2 % salió de la pobreza.
El estudio estableció que cuatro millones de dominicanos continúan sumidos en la pobreza, mientras la clase media no ha crecido de manera significativa en una década.
El informe del BM, ofrecido en la sede de la Presidencia local, afirmó que aunque el país creció más de 5 % anual en el período 2000-2011, muchos de los dominicanos no pudieron aprovechar los beneficios del desarrollo económico.
Estos datos precisan, además, que con la crisis financiera mundial (2008-2009), la población dominicana que vivía con cerca de cuatro dólares al día, aumentó al 50 %.
Aunque la pobreza se ha reducido en un 10 % desde 2005, la capacidad de las familias pobres dominicanas de mejorar su situación económica y social a través del tiempo sigue siendo limitada en comparación con el resto de la región.
Las condiciones económicas y sociales de los dominicanos presentados en el estudio del BM también afirman que el número de pobres se ha duplicado en las ciudades, aumentando de 1,2 a 2,4 millones desde 2000.
El presidente dominicano, Danilo Medina, quien cumplirá en agosto próximo la mitad de su cuatrienio, se comprometió a disminuir la pobreza absoluta y la desigualdad entre las personas y las regiones y confía durante su gestión sacar de la pobreza a 1,5 millones de ciudadanos y de la pobreza extrema a otros 400.000.
Sin embargo, analistas y expertos temen que esto se logre con base en programas asistencialistas, dando ayudas a los más necesitados, pero sin atacar verdaderamente las causas de la pobreza.
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