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La renta fija sufre mal de amores

La inversión en bonos se presenta difícil en 2014. Habrá que ser muy selectivos

Patio de operaciones de la Bolsa de Madrid
Patio de operaciones de la Bolsa de MadridJUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

Los más drásticos aseguran que la renta fija (en general) “está herida de muerte”. El argumento es que los tipos de interés de la mayor parte de las economías desarrolladas están en mínimos históricos: antes o después acabarán subiendo y, por tanto, ante estas previsiones, la renta fija cotizada arrojará pérdidas en su valoración tal y como ya sucedió a mediados del pasado año (el precio de los bonos se mueve de forma inversa a su rentabilidad). “El riesgo que se asume en los activos de mercados emergentes, sobre todo en moneda local, es hoy por hoy demasiado elevado. La liquidez, que aún es abundante, busca un plus de rentabilidad que solo le ofrece la renta variable, bien directamente, bien a través de los dividendos”, dice un experto.

De todas formas, en los mercados no solo hay blanco o negro; existen muchos matices grises y esto vale también para los bonos, ya que que el universo de la renta fija es muy grande. “Es cierto que se ha producido un claro estrechamiento de los diferenciales en la renta fija (sobre todo, en la llamada deuda periférica); que si los tipos de interés suben, bajará la valoración de los activos; que las perspectivas para la renta variable son, en general, buenas para 2014, pero… aún hay un cierto margen para obtener rendimientos en fondos de renta fija globales, muy diversificados, con duraciones largas”, explica David Ardura, subdirector de gestión de Gesconsult.

Los expertos aún ven algo de potencial en la deuda periférica

“Las oportunidades en renta fija son muy pocas. Es cierto que, a corto plazo, se pueden obtener rentabilidades negativas: por cada punto que suba la tasa interna de retorno (TIR), las valoraciones caen en torno a un 6%. La volatilidad que se espera sobre la renta emergente en moneda local es tan elevada que se desaconseja tomar posiciones. Sin embargo, los títulos de deuda pública periférica, entre ellos los españoles, aún pueden generar rendimientos positivos”, comenta Manuel Arroyo, director de estrategia de J. P. Morgan Asset Management.

Desde BlackRock se asegura, sin embargo, que el punto de partida para la renta fija en 2014 es más favorable que el año pasado, y ello pese a “que se atisba un aumento de la volatilidad en el horizonte”. En opinión de los expertos de esta gestora será imprescindible ser flexible para beneficiarse de esa volatilidad y de las oportunidades que surjan: “Por ejemplo, en la deuda subordinada emitida por entidades financieras, en determinada deuda corporativa e, incluso, en la deuda pública de los mercados emergentes denominada en dólares”.

En Fidelity reconocen que, muy probablemente, en el segmento de la renta fija, “2014 será un año intenso”. Piensan que hay muchas probabilidades de que la búsqueda de rendimientos dure más de lo que muchos esperan; así, habría margen para que los diferenciales se estrecharan más, tanto en los bonos de buena calidad crediticia como en los de alto rendimiento, en 2014. Aunque los tipos de la deuda pública rondan sus mínimos históricos, los diferenciales de la deuda corporativa, según Fidelity, siguen estando bastante por encima de sus niveles anteriores. “Los mercados de deuda corporativa se deberían animar durante los próximos 12 meses. Entre ellos destacan los bonos de alto rendimiento europeos, una clase de activo que presenta mejores diferenciales, una calidad crediticia media superior y un menor riesgo de tipos de interés, lo que constituye una combinación atractiva para los inversores que buscan rendimientos elevados”, argumenta la gestora estadounidense.

Sigue siendo fundamental establecer diferenciaciones entre las clases de activos de deuda emergente y los países emergentes. “Los países se encuentran en momentos diferentes dentro de sus ciclos económicos y las decisiones futuras de las autoridades determinarán cuáles de ellos tienen unas perspectivas positivas. Tras su peor comportamiento relativo, la deuda pública emergente en divisa fuerte presenta cierto atractivo”, según Fidelity.

Una opción son los fondos de renta fija global con duraciones largas

El pasado año, la rentabilidad anual promedio obtenida por los partícipes de renta fija tradicional se situó, según datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), en el caso de los monetarios, en el 1,34%; en el de los de renta fija euro a corto plazo, en el 1,68%; en los de renta fija internacional, en el 0,63%, y en el de los de renta fija euro a largo plazo, en el 4,81%. Todas positivas, pero, salvo en el último caso, con márgenes cortos o muy cortos respecto a la inflación. De entre todos los fondos de estas cuatro categorías, más de cuarenta de ellos registraron pérdidas, en algún caso próximas al 10%.

Los fondos de renta variable, excepción hecha de los emergentes, tuvieron un buen comportamiento a lo largo de 2013. Los de renta variable nacional ganaron un 28,14%, en línea con las otras dos categorías más rentables del ejercicio: renta variable euro y renta variable internacional de Japón.

¿Traspasar el patrimonio de fondos de renta fija a fondos de renta variable? Coste fiscal no tiene —salvo que, efectivamente, se deshagan las posiciones en fondos de inversión, no se tributa por los rendimientos obtenidos en el IRPF—; coste de rentabilidad, bajo, según una gran parte de los expertos. La apuesta de este año 2014 es clara en la mayor parte de las gestoras de inversión: Bolsa, Bolsa y Bolsa. Y, entre ellas, la española. A modo de ejemplo: Gesconsult, en su última presentación de perspectivas, incluyó un gráfico que mostraba cómo el Ibex 35 tenía un margen de subida superior al 50% hasta llegar a los máximos registrados a mediados de 2007 (y en el dato no se tenían en cuenta las correcciones de las cotizaciones de los últimos días bajo el “efecto Argentina” o el “efecto Ben Bernanke”, vía reducción del programa de estímulo monetario).

Por su parte, JP Morgan mostraba otro gráfico sobre la rentabilidad total de los mercados de renta variable desde enero de 2005 en el que quedaba claro que la brecha de rendimientos entre los llamados países core (Alemania y Francia) y los países periféricos (España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda) se encuentra en su nivel más amplio. Hasta 2009, prácticamente esta no existía, lo que invita a creer que lo lógico será que se vaya cerrando.

Para quien el riesgo de la renta variable es inasumible —basta con ver los altibajos de los últimos días—, lo mismo que la posibilidad de obtener pérdidas en los fondos de renta fija, las posibilidades de inversión son escasas en el ámbito nacional: la rentabilidad anual que ofrecen los depósitos de las entidades financieras se sitúa por debajo del 2%; las letras del Tesoro a 12 meses generan un rendimiento del 0,726%; los bonos a tres y cinco años colocan su tipo de interés medio en el 1,6% y el 2,38%, respectivamente, y las obligaciones a 10 años, en torno al 4,1%.

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