Simon Holding se apuntala en China

“Cuando entré en la empresa hace 22 años no había más de dos personas que hablaran inglés y ahora tenemos más de 20 empresas en todo el mundo”. Son los puntos del inicio y del final de la internacionalización de la multinacional de material eléctrico e iluminación Simon Holding explicados por su director general, Xavier Torra.

En medio hay una sosegada estrategia de expansión que ha provocado que —en parte, por la crisis en España, donde las ventas acumulan un retroceso del 63% desde 2008— China se convierta este año en el “primer todo” para la multinacional. “Todo”, aclara Torra, significa que el país asiático será el primer mercado en producción, empleados, unidades vendidas (en tiendas propias y por Internet), facturación…

El ejercicio 2013 se cerró para la empresa —que cuatro generaciones después sigue siendo propiedad de la familia que la fundó y no hace público su beneficio— con una facturación total de 250 millones de euros, de los que “entre 70 y 80” correspondieron a China, el segundo mercado, tras España y por delante de Brasil. La previsión para 2014 eleva las cifras a 285 millones en ventas, 100 de ellos en China, donde las tiendas llegarán a 2.000. Allí, las viviendas se entregan con las paredes peladas, y los propietarios son los que compran e instalan desde los azulejos hasta los enchufes.

La empresa

¿Y no le da miedo que el negocio sufra, visto el enfriamiento del crecimiento? No, responde, porque “sigue creciendo mucho, al 7,7%”. De China, donde el crecimiento que experimenta Simon es del 20% anual, Torra celebra que sea un país “que tome las decisiones de forma tan rápida”. “Si me preguntan si el grande gana al pequeño, o viceversa, no lo sé; pero lo seguro es que el rápido siempre gana al lento”, dice y alude a la poca velocidad en la toma de decisiones en India. Allí, cuenta, mientras el Gobierno discute por qué fuentes energéticas apostar, hay en el mercado productos para cuando se corta la luz.

Además de China, donde tiene tres fábricas, Simon cuenta con plantas en Brasil, Argentina, México, Marruecos, Polonia, Turquía, India y Rusia. En otros países como Portugal, Ucrania, Italia, Bélgica, Francia, Vietnam o Perú ha establecido oficinas comerciales y planea abrir otra en Indonesia, “el cuarto país más poblado del mundo”. En total, el conglomerado suma unos 4.000 empleados (3.200 en el extranjero y 800 en España), que incluyen los de las seis fábricas españolas y los edificios corporativos en Barcelona.

En España, donde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha provocado “cinco años de dureza increíble, con una caída de la facturación a la mitad”, Simon cerró plantas y despidió a 900 personas. El director general da el ajuste por finalizado: “Hemos tocado fondo. Compactamos la organización cerrando fábricas y moviendo colaboradores, y esperamos volver a crecer en 2014, 2015 y 2016”.

Es en 2016 cuando Simon cumplirá 100 años y cuando Torra tiene intención de abandonar el cargo. “No digo jubilarme”, aclara. Tiene 63 años y dedicará los próximos dos a traspasar su conocimiento a quien el consejo de administración designe como sucesor. “No será nadie de la familia”, advierte.

Durante el almuerzo que cada año ofrece a la prensa, el director general no eludió el debate soberanista que vive Cataluña. Cree que salir de la Unión Europea sería un drama para cualquier empresa catalana.